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El camino es el de la palabra digna
Por Fuente: Periódico Renacer - Tuesday, Dec. 10, 2013 at 11:27 AM

Hay un problema grave al Norte del Cauca y si usted va al municipio de Corinto en la noches, va a ver puros pesebres y bombillos porque se produce mucha marihuana hidropónica que cultivan con estas luces y parte de la misma comunidad, ha tenido que hacer erradicación por su propia cuenta”, dijo Constanza Cuetia, periodista del Tejido de Comunicación Nasa, en la cumbre indígena que se realizó entre el 10 y 16 de noviembre, en el resguardo La María, municipio Piendamó, en el departamento del Cauca (Colombia).

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El Cauca, ubicado al sudeste de Colombia, es uno de los más azotados de la historia del país, lleva más de 35 años siendo víctima del fuego cruzado entre guerrilleros, fuerzas militares, policiales, paramilitares y con presencia del narcotráfico, siendo entonces territorio de guerra donde los más afectados son los indígenas. En medio de esas balas, El Tejido de Comunicación Nasa, informa a diario a su comunidad sobre los hechos que allí acontecen, enfrentándose no solo a los grupos armados, sino también a las críticas de sus propios dirigentes indígenas. El caso del Tejido de Comunicación de los Nasa, es uno de los más excepcionales, porque no surge de manera aislada, sino que hace parte de la historia colombiana, frente a la cual surgen respuestas como el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) que nació en 1971 en Toribío como una plataforma de lucha, junto con la Guardia Indígena. Decidieron trabajar desde distintos frentes o tejidos, entre los que está el de comunicación y ya han pasado cerca de 8 años desde la creación del tejido de comunicación. Los mismos campesinos, no sólo los indígenas, lo reconocen como representación de su propia voz, porque han denunciado a diestra y siniestra y con nombres propios a guerrilleros, militares y ‘paracos’ y no siendo poco, han sido bastante críticos con sus propios dirigentes.
La periodista Constanza Cuetia, hablando al respecto se formuló la siguiente pregunta: ¿cómo estamos las comunidades indígenas? Y afirmó que hay una crisis de gobernabilidad en todo el continente. El ‘n’ número de organizaciones que asistieron en representación de los indígenas, más las ONGs, los partidos políticos y demás ¿en realidad están representando a las comunidades de las bases? Entre las mismas mesas se planteó el error de repetir el modelo occidental que tanto se critica, dejando el poder en pocas manos y actuando de la misma manera en que lo vienen haciendo los gobiernos de turno.
El tejido de comunicación de los Nasa, critica a sus líderes y ahora no sólo es atacado por los grupos armados, sino por su propia comunidad. A futuro, la lucha quizás no vaya a ser solo en contra las multinacionales y los gobiernos, sino también contra los mismos líderes y organizaciones que dicen representar a los indígenas. El modelo no está funcionando y poco a poco se empiezan a ver las consecuencias. “Nosotros recogemos lo que dice la comunidad con el sentido de fortalecer nuestros planes de vida, miramos si se respetan las decisiones colectivas y cómo se fortalecen esos espacios. Tratamos de informar para reflexionar, analizar y ser conscientes para tomar decisiones”, explica Cuetia, quien además agregó: “Hemos sido muy críticos cuando eso no se cumple, cuando se imponen ideas y se empiezan a perder espacios”. Ella trae a colación el hecho histórico de la llegada de los recursos económicos dados por el gobierno a los resguardos y comunidades indígenas. “Fue ahí que empezamos a convertirnos en instituciones y a responderle sólo a los proyectos. Cambiaron, las dinámicas y ahora se escuchan y se plantean propuestas, pero a veces no se respeta eso que se ha acordado”, agregó.
Harold Secue, también del Tejido de Comunicación Nasa, habló sobre una contradicción en específico y que se relaciona con las ONGs, las cuales quieren invertir recursos, pero que a la hora de analizar las condiciones, quieren entrar a participar de los contenidos o modificarlos. “Nosotros ahí no podemos negociar, porque vamos a perder credibilidad frente a las bases, perdiendo también nuestro propio norte”, aseguró Secue. “Tenemos que ser dignos –agrega– y eso nos ha traído problemas con los mismos líderes, quienes dicen que esos dineros hay que recibirlos para la comunidad y para los mismos comunicadores”. Harold también lanzó la crítica de que en todos los procesos indígenas hay personas que hablan bien de la comunidad y de la defensa de la tierra, pero que manejan un doble discurso. “Dicen lo que les conviene en una asamblea, pero cuando están en otro escenario, acomodan su discurso a lo que dice el gobierno. Nosotros hacemos visible eso, llamamos la atención y claro, eso nos trae problemas”, explica.
La persecución, a su juicio, ha sido grande. “La respuesta sobre las denuncias es que nosotros no respetamos el liderazgo, pero sólo pedimos que sean coherentes. (…) Nos critican porque somos directos, pero no tenemos nada que perder porque somos indígenas campesinos, tenemos nuestra comida y nuestra casa y no contamos con un salario en el tejido”.
Muchos compañeros, afirma, han desertado porque económicamente no pueden asumir este trabajo, entonces hemos ido integrando a más jóvenes que quieran aprender y en contraprestación les damos una habitación y alimentación y eso nos ha permitido seguir avanzando. “El tema es que a nosotros no nos quiere ni el gobierno, ni la insurgencia, ni los mismos líderes, pero sí las bases y siendo así, seguiremos apostándole al tejido. Es más, ha sido la comunidad misma la que ha sentido la necesidad de la información y la que ha dado sus aportes. Nos respetan y nos quieren, porque si pasa algo, ellos se sienten acompañados”.
“En la misma cumbre, aseguró, muchos medios nos dijeron que quieren seguir nuestra misma línea, y eso es alentador, porque nos damos cuenta de que no estamos solos”. Antes que los medios existieran, dice la periodista Cuetia, estaba la comunicación propia para las comunidades con las movilizaciones, mingas, trabajos comunitarios, la naturaleza y la relación con la madre tierra. Las personas, por ejemplo, iban a los ríos para que no los escucharan los terratenientes y se comunicaban a través de sus sueños. “Eso nos pone en el reto de pensar, cómo rescatar y articular esas tradiciones con los medios apropiados”.
El tejido de comunicación nació en el año 2005 cuando se realizó el congreso del Cauca. Por ese entonces, recuerda ella, ya había personas que hacían actividades de comunicación, pero de manera aislada, porque en el 2000 varios jóvenes participaron de una escuela de comunicación donde aprendieron a manejar la radio, pero nadie entendía qué era por ejemplo el TLC. “Cuando empezamos a hablar de esos temas, la misma gente de las bases también aprendió y se inició así la generación de propuestas”. “Con la escuela aprendimos a acercarnos a la comunidad y a participar de las asambleas, pero cuando ya empezamos con el tejido, nos quedó el reto de saber cómo proyectar todo eso y nació entonces la segunda escuela, la de la palabra digna, donde ya empezamos a aprender el tema político, comunicacional y cultural, pero sin llegar a imponer”. De la escuela participaron no sólo los indígenas, sino también los campesinos y, aunque duró solo un año y hasta el 2012, formó a varias personas. Teníamos hormigueros donde se recogían las prácticas de vida de las comunidades, se aprendió sobre el conflicto armado, el narcotráfico, la salud propia, la cultura propia, la identidad y la vivienda, entre muchos temas más.
Ahora el tejido se compone de 15 personas que colaboran desde distintos frentes, ya sea con la página de internet y las emisoras: radio Nasa en Toribío, “Voces de nuestra tierra” en Jambaloi y Radio Pa’yumat. El tejido hace también producción audiovisual, crea documentales y maneja el espacio de video- foros, sobre las situaciones de los indígenas en el resto del continente y luego reflexionan sobre dichas problemáticas.
“El internet nos ha servido para informar hacia afuera lo que está pasando, pero teníamos unas listas electrónicas de cerca de 80 mil correos que fueron cerradas, pero no sabemos quién las borró y no hay nadie que responda sobre este tema, porque eran gratuitas, así que pensamos, esto hace parte de la persecución política”, dijo la periodista Cuetia,
En el tejido también se realizan monitoreos de medios, porque según lo explica Harold: “los indígenas también debemos aprender a leer esos contenidos. Nos enteramos de lo que pasa en todo el continente y tratamos de buscar información para difundirla. Eso nos ha permitido hacer hermanamiento o nudos con otras comunidades, como les llamamos nosotros, porque sabemos que la misma trasnacional que nos afecta a nosotros, está afectando también a los demás países, entonces son temas de interés continental”.
Así mismo, el tejido no se limita a contar la noticia escueta, sino que hace seguimiento de los casos, así les lleve más tiempo. “Si nosotros mismos no hablamos de nuestros muertos, los vamos a terminar olvidando”, afirmó.
Sobre los cultivos ilícitos, Cuetia explicó que muchos de los traficantes les ofrecen rentas, o les dan dinero a los mismos indígenas y campesinos para que cultiven y mientras algunos sí lo hacen, otros generan sus propias acciones legitimas como realizar erradicaciones manuales. Otro ejemplo es el de un cerro está siendo perforado por la misma comunidad que le está sacando el oro, pero el resguardo de Canoas junto con Mochique y otro de Santander de Quilichao, decidieron decirle no a la minería y a la misma comunidad, procediendo a cerrar los socavones. Las acciones colectivas que se llevan a cabo en el Cauca no son pocas, y ser comunicador en la zona, requiere además de un trabajo arduo, un conocimiento y apropiación de la historia y del trabajo constante con las bases.

Desde el Cauca:
Claudia Milena
González Bernal
Periódico Renacer

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