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Reservas, ajustes, cambios y necesidad de unión de clase
Por Periódico El Roble - Thursday, Dec. 12, 2013 at 12:27 PM

12/12/2013 · 11:00

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Editorial El Roble 71: Reservas, ajustes, cambios y necesidad de unión de clase

Allá por el 2003, un tímido kirchnerismo llegaba al poder de la mano de Duhalde y encontraba unos escasos 10.000 millones de dólares en las bóvedas del banco central. Ya para 2011, dichas reservas se habían multiplicado por 5, sosteniendo a un oficialismo aplastante que se impondría en las elecciones del 2011 con el famoso 54%. Sin embargo, en octubre pasado, el kirchnerismo se encontró con un duro revés en las urnas, y en este noviembre, dicho revés se reflejó en las reservas, totalizando una caída de 10.000 millones de dólares en lo que va del año, dejando así solamente 33.000 millones en las arcas del central.

Estos vaivenes de las reservas no hacen más que mostrar los vaivenes de la política nacional, que entre el 2003 y el 2011 pudo enmascararse de “popular” por medio de una política de redistribución del ingreso (que recompuso parte de lo que la clase trabajadora había perdido durante la década previa), pero que una vez más demuestra las limitaciones del capitalismo argentino, que por más cambios que meta, lo que queda claro es que seguimos sin soluciones de fondo, que se sigue entregando las riquezas al gran capital concentrado, y que cuando los números no cierran se acude a un nuevo ajuste, que apunta, una vez más, a la clase trabajadora.

Frente a esta realidad, el kirchnerismo con su acostumbrada iniciativa política, plantea por un lado un discurso más amplio y permeable, abriendo el diálogo tanto con sindicalistas como con empresarios y políticos opositores, a la vez que aplica cambios en su gabinete, que buscan dar un golpe de efecto sobre el ánimo de las masas y cierto giro en las políticas de cara a los empresarios.

Mientras que a la cabeza del ministerio de economía se nombra a Kicillof, puertas adentro se discute para frenar la salida de dólares si se implementa un desdoblamiento cambiario, o si se continúa con una devaluación gradual aunque más acelerada, decidiendo así entre dos políticas que sin dudas harán mella cada vez más en nuestros salarios. A su vez, este gobierno que se jacta de su enorme desendeudamiento, envía a Lorenzino a negociar ante la unión europea con miras a obtener “dólares frescos” y empieza a hacer buena letra acordando con Repsol, arreglando en el CIADI, y armando un nuevo IPC nacional, esta vez “en serio”, como manda el FMI. Paralelamente, para bajar el déficit fiscal se planea a mediano plazo otro golpe a nuestro bolsillo, basado en un recorte de los subsidios a los servicios públicos. Y para completar la “lavada de cara” del gabinete económico, a pedido de la presidenta renunció Guillermo Moreno, quien a los ojos de la población era tal vez el mayor “pianta votos” de la actual gestión.

A la par de esto, se siguen procesando laburantes por luchar, el gatillo fácil sigue haciendo estragos en las barriadas obreras, y nuestros compañeros de Las Heras esperan que el 12 de diciembre un tribunal patronal se expida sobre su causa armada. En este campo, Cristina hizo otro cambio de fichas, nombrando a Capitanich (aquel ex jefe de gabinete de Duhalde y actual represor chaqueño) como jefe de gabinete, lo que por un lado reforzaría aún más la política represiva de acá al 2015, y por otro lado tejería alianzas al interior del PJ nacional, buscando así una mayor gobernabilidad en lo que queda de mandato.

Por el lado de los sindicatos, la burocracia se empieza a preocupar cada vez más por el avance del clasismo y la profundización de la organización de base, que fruto del desarrollo de la lucha de clases empieza de a poco a mostrar sus fuerzas, ganando terreno en las comisiones internas y comenzando a articular entre distintos sectores políticas conjuntas, como en el plenario del SUTNA o la comisión de apoyo a los presos de Las Heras.

Está más que claro que la burguesía ya pidió de forma clara un cambio en la política nacional, cambio que le permita mantener sus ganancias récords y continuar con la explotación de los trabajadores sin los “inconvenientes” que puede representar lo que ellos llaman la “pérdida de competitividad” o la misma organización clasista de los laburantes; a la par que está más que claro que el gobierno tomó apuntes tanto del mensaje de las urnas como de los pedidos de los patrones, por lo que accionó en consecuencia, tanto desde lo discursivo como desde lo político.

Frente a todo esto, compañeros, estamos nosotros, los trabajadores.

Enfrente nuestro tenemos un plan casi maestro que quiere hacernos pagar una vez más una crisis de acumulación capitalista, que encuentra un origen tanto en las políticas locales como en la crisis internacional.

Frente al intento devaluacionista, frente a la avanzada represiva, frente a la burocracia traidora, todas herramientas que sólo sirven al deseo impetuoso de ganancias de la clase capitalista, como trabajadores debemos forjar y mantener una unidad que hoy nos proteja de esta ofensiva, pero que no se quede en esa mera defensa. Debemos entender que este mundo es nuestro, que nosotros lo producimos, y unos vivos se lo apropian. Debemos entender que tenemos que recuperar de una vez y para siempre lo que es nuestro, eso que nos quitan día a día, desde la noche de los tiempos. Debemos unirnos como clase y ser uno solo, para tomar al fin, el cielo por asalto.





Equipo de El Roble

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