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Sergio Arelovich: El mercado de trabajo en Argentina se desacelera
Por Fuente: La Capital - Monday, Jan. 06, 2014 at 2:10 PM

Domingo, 05 de enero de 2014 | El mercado de trabajo en Argentina estuvo bajo presión durante el año que recién culmina. El economista de la UNR explica dónde están las mayores tensiones y los desafíos de la puja distributiva de cara a lo que viene.

—¿Cuál ha sido el desempeño del mercado de trabajo durante los últimos doce meses en Argentina?

—En materia de empleo asalariado, la economía argentina viene registrando una desaceleración en la tasa de aumento de puestos de trabajo. Esto permite ver que el crecimiento del PBI, aún a tasas no tan bajas, no es condición suficiente para la expansión del empleo. Nuevamente la teoría del derrame vuelve a hacer agua. En el 2013, el número de empleadores promedio ha sido casi similar al de 2012. En materia de creación neta de puestos de trabajo, la información surgida del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa) dice que el empleo registrado creció a una tasa anual de algo más de 1 por ciento, esto es la mitad que en 2012 y un quinto del aumento de 2011. Es claro que no todas las ramas de actividad se comportan de igual modo a la hora de creación de puestos de trabajo. No todas reproducen y/o amplifican el proceso de creación de empleo. Por el contrario, hay ramas cuyos estilos de desenvolvimiento implican destrucción de puestos. El caso particular del complejo automotriz, que muestra una expansión nominal indiscutible, es una rama importadora neta de puestos de trabajo, lo cual se expresa crudamente en el comercio externo. Entre 2003 y 2013, la industria automotriz generó un déficit comercial de 40 mil millones de dólares, según el balance cambiario trimestral elaborado por el BCRA con datos hasta el tercer trimestre del 2013. Todo ello plantea dos niveles de problemas: el primero de naturaleza personal para los afectados directos, el segundo macroeconómico porque cerca del 80 por ciento del PBI se destina al consumo del mercado interior, teniendo por tanto en éste la razón central de su comportamiento.

—¿Cuál fue el comportamiento del proceso de redistribución del ingreso?

—En materia de distribución funcional del ingreso, si bien hubo mejoras sustantivas en los ingresos personales a lo largo de la década, ello no quitó relevancia a la desigualdad distributiva. Sólo en el plano de los ingresos salariales hay realidades que así lo reflejan, emergentes del Sipa. Las proyecciones para el total de 2013 permiten afirmar que de 7,7 millones de trabajadores, el 0,7 por ciento tuvieron ingresos salariales promedio superiores a $ 50 mil pesos mensuales, con valores máximos estimados en $ 620 mil. La masa salarial total de este núcleo privilegiado —dentro del que hay directores de sociedades y cuerpo gerencial superior— representó casi 10 por ciento del total devengado para el conjunto de los trabajadores registrados en el régimen. Por otro lado, casi 20 por ciento de los trabajadores registrados en el Sipa tuvieron ingresos salariales mensuales promedio por debajo del valor legal del salario mínimo vital y móvil fijado por el Consejo del Salario, durante el 2013.

—¿Por dónde pasarán los mayores desafíos en materia económica para el gobierno este año?

—La persistente y relevante existencia de trabajadores no registrados en el sector privado marca una agenda obligatoria. Por un lado asociada con la necesidad de inclusión y mejora personal, por otro corrigiendo tensiones que en el corto y mediano plazo tienen influencia sobre las cuentas públicas. El censo 2010 es muy ilustrativo al respecto. En Santa Fe, la población menor a 24 años carecía de cobertura de obra social en un 42 por ciento promedio. La persistencia de empleo precario bajo figuras contractuales que ocultan relaciones salariales implícitas, siguen siendo extendidas a lo largo del sector público. En la contracara, según las estadísticas tributarias que anualmente prepara Afip basadas en las declaraciones juradas de las empresas, se percibe una situación diferente. Si bien el impacto de la crisis en 2009 y 2012 amesetó o atenuó la performance declarada, lo interesante es que la tasa de ganancia, esto es la utilidad antes de impuestos versus capital neto, no ha dejado de crecer desde la crisis de 2001. Por tanto, la tensión entre capital y trabajo en materia distributiva pareciera adquirir centralidad a la hora de explicar el ritmo y nivel alcanzado por el crecimiento del nivel general de los precios.

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