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Los sindicatos de izquierda buscarán endurecer la pelea
Por Aurelio Tomás - Tuesday, Jan. 07, 2014 at 4:53 PM

La izquierda más combativa ganó en los últimos años fuerza en el campo del trabajo, a la par de su crecimiento electoral. Para este año, sus principales referentes esperan una agudización de la lucha salarial ante la creciente inflación y las expectativas que dejaron en los empleados estatales los aumentos a las fuerzas policiales.

En este marco, las juntas internas, cuerpos de delegados y secretarías generales de seccionales que están bajo control de militantes de la izquierda clasista plantearán en los próximos meses un fuerte desafío al sindicalismo tradicional: en la definición de las paritarias serán una fuerza que presione por más resultados y amenace con ganar más espacio en los gremios mediante denuncias de "entreguismo" si se moderan las demandas. Con este fin, seguirán de cerca las acciones de las mayorías actuales en sectores clave como neumáticos o alimentación, donde tienen mucha fuerza, a la vez que harán valer el control que ostentan en importantes fábricas de sectores clave, como automotores o metalúrgicos.

Para las centrales opositoras, el clasismo puede ser tanto un aliado, en caso de que opten por estrategias combativas, como un competidor que los obligue a tomar posturas más fuertes. Desde el clasismo, interpretan que las divisiones en la CGT y la CTA muestran un sindicalismo debilitado donde ganarían protagonismo.

El pasado viernes, por ejemplo, la Coordinadora Sindical Clasistas del Partido Obrero (PO) lanzó un desafío en la paritaria de docentes. "Nuestra Coordinadora desautoriza a los [Roberto] Baradel y a toda la burocracia sindical que se adapta a este ajuste en marcha aceptando los topes oficiales", declaró el diputado Néstor Pitrola. Este desafío debe ser entendido a la luz de las victorias que los denominados "Suteba clasistas", opuestos a la dirección de Baradel (afiliada en la CTA oficialista), lograron el año pasado ganar las elecciones de la secretaría general de seccionales en importantes distritos de la provincia, como La Matanza, La Plata, Ensenada, Tigre, Quilmes y Berazategui, entre otros.

El 19 de diciembre, la Coordinadora del PO y los sindicalistas de Izquierda Socialista (IS) se sumaron a la movilización de la CTA opositora, pero los sectores sindicales afines al Partido Socialista de los Trabajadores (PTS) eligieron organizar con otros sectores una marcha separada el día 20. Esta polémica, que aún se refleja en airadas acusaciones cruzadas en la prensa de los tres partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), demuestra que la izquierda sindical también enfrenta el desafío de la unidad.

Entre las estrategias que se plantea la izquierda para este año está la organización de asambleas en las fábricas y plenarios, como el que organizó en noviembre la seccional San Fernando del Sutna, donde la izquierda tiene muchas fuerza en las principales fábricas de neumáticos, con la adhesión de cuerpos de delegados de otros gremios, para impulsar un reclamo de apertura de paritarias anticipado.

La movilización que pueden lograr por este medio es aún limitada y, por esta razón, algunos referentes de izquierda, como el dirigente ferroviario de IS Rubén "Pollo" Sobrero, están impulsando una concertación con sectores de la CTA y la CGT opositoras para lanzar un plan de lucha conjunto.

La izquierda más combativa intenta convencer a los trabajadores, de tradición peronista, para que den el "salto al clasismo". Un ejemplo de esta proyección es el sindicato de la construcción Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (Sitraic), enfrentado con la Uocra de Gerardo Martínez, que obtuvo el año pasado la inscripción gremial tras una batalla judicial. Su secretario general, Víctor Grossi, explicó en una conferencia del PO algo que ilustra el proyecto sindical de la izquierda: "Casi 40 años milité en el peronismo, pero ahora nos ligamos a un método clasista porque era el único camino para derrotar a la burocracia sindical".

Para los próximos meses ya hay quien se ilusiona con lograr un buen resultado en la elección frente a la dirección de Pablo Micheli en la CTA opositora o sueñan con una gran movilización de sindicatos combativos como en los años 80.

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