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El devaluado “Plan Progresar”
Por Ernesto - Thursday, Jan. 30, 2014 at 12:32 PM
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La oposición hizo fila para saludar la medida sin ningún atisbo de crítica: Ernesto Sanz, Julio Cobos, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer, Mauricio Macri, Sergio Massa y María Eugenia Vidal. Además, desde el PRO recordaron que ellos tienen un plan similar.

En medio del torbellino que barría con el poder adquisitivo de los salarios, con una devaluación por encima del 3% en un solo día, Cristina Kirchner -que pasó más de un mes sin apariciones públicas- tomó el micrófono y anunció, con festejos, “un proyecto de vida para los jóvenes”: el Plan Progresar.

Un programa de becas de 600 pesos para jóvenes precarizados, trabajadores informales o por debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil, cuyos padres -entre ambos- tampoco perciban ingresos por encima de 3.600 pesos, quienes deberán acreditar su inscripción al sistema educativo en cualquier nivel u oficio avalado por el Ministerio de Trabajo como contrapartida. Una gota de agua en un desierto que abarca, como dijeron, a más de 1.550.000 jóvenes de entre 18 y 24 años -más de un 30% de la población de esa edad-, entre los que casi un millón pertenece a los denominados “ni-ni” (ni estudia ni trabaja).

Lo que no dijo la Presidenta es que ya existía otro programa desde hace cinco años con un par de pesos menos. Hasta aquí funcionaba -funciona- el programa Más y Mejor Trabajo, que desde 2008 otorga becas de hasta 450 pesos mensuales para ayudar a los jóvenes para prolongar sus estudios o formarlos laboralmente. Y va más allá: estipula subsidios de 1.000 pesos por cada joven precarizado que contrate una empresa. Es decir, no alude específicamente a los “ni-ni” -pueden anotarse jóvenes que estén estudiando-, pero se ubica en la misma franja poblacional.

El anuncio actual, con bombos y platillos, es entonces una celebración bochornosa de un fracaso ostensible. En 2014, a cinco años de desarrollarse el otro plan -a cargo del ministro laboral, Carlos Tomada-, hay 1.555.817 jóvenes de entre 18 y 24 años que o bien no estudian ni trabajan o bien lo hacen bajo un régimen de hiperexplotación que, aprovechándose de su necesidad y proponiéndoles “una posibilidad”, los mantiene bajo condiciones de extrema precariedad.

Este nuevo programa ratifica lo anterior, “blanquea” el trabajo en negro y la precarización. Pero, además, contradice la propia presentación de la Presidenta: lejos de ser un problema de “los hijos del neoliberalismo” -como los llamó CFK, olvidando que tenían entre 7 y 13 años en 2003-, emerge con los planes y desarrollos posteriores a los albores del kirchnerismo. No son planes heredados, sino emergentes de la miseria ocasionada por la “década ganada”: el Más y Mejor Trabajo en 2008, la AUH en 2009, el Progresar en 2014.
La oposición hizo fila para saludar la medida sin ningún atisbo de crítica: Ernesto Sanz, Julio Cobos, Elisa Carrió, Margarita Stolbizer, Mauricio Macri, Sergio Massa y María Eugenia Vidal. Además, desde el PRO recordaron que ellos tienen un plan similar.

Esta beca -que será abonada vía Anses por tarjeta de débito, pero que será financiada por el Tesoro Nacional- representará 11.210 millones de pesos anuales -al valor actual, cerca de 1.400 millones de dólares. Una suma que, en gran medida, podrá ir a las arcas de la burocracia sindical por el pago de la “formación” técnica de los eventuales interesados -el requisito de los cursos formativos es que estén avalados por el Ministerio de Trabajo, que avala únicamente los de la burocracia sindical. El titular de la Anses, Diego Bossio, se encargó de despejar la duda al confirmar que se va a preparar “una oferta de cursos en conjunto con los sindicatos”. Un dique de contención millonario a eventuales reclamos en épocas de devaluación, inflación y paritarias por venir. De ahí, tal vez, la alegría de dos de los presentes en el anuncio: Hugo Yasky y Antonio Caló.

Los 600 pesos del Plan Progresar nacieron con poda por la devaluación que los acompañó.

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