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Cinco empresas concentran casi la mitad de la exportación de granos y derivados
Por Julieta Camandone - Tuesday, Feb. 18, 2014 at 11:02 AM

Economía y política 18.02.14 | Cuando el oficialismo apunta sus críticas y reclamos a “las cerealeras” y les pide que liquiden divisas para sostener las reservas de dólares del país, estrictamente habla de más de 180 empresas que exportaron granos o subproductos desde la Argentina el año pasado. Pero se refiere a un puñado de ellas, a las grandes traders con plantas, oficinas y contactos en los centros del comercio global.

Solamente cinco empresas concentraron cerca de la mitad de las exportaciones de granos, suproductos (pellets, harinas) y aceites en 2013, según los datos que publica mensualmente el Ministerio de Agricultura, que acaba de cerrar su serie de informes de 2013.

El ‘top five’ de las ventas del año pasado lista a las globales Cargill, Bunge y Dreyfus; a la local Aceitera General Deheza (AGD) y a Toepfer. Entre los cinco, son responsables del 47,8% de las ventas, que superaron en 2013 las 70 millones de toneladas, según datos oficiales.

El listado extendido incorpora a la cooperativa nacional A.C.A, Noble, Nidera, A.D.M. y Molinos Río de la Plata.

Son las mismas que liquidaron casi u$s 500 millones de dólares por ventas en la última semana para alcanzar la meta de u$s 2.000 millones mensuales antes de marzo (ver más información en suplemento F&M (tapa). Y son las empresas que, en los últimos meses de 2013, también le dieron al sistema una inyección extra de más de u$s 1.800 millones, por un compromiso tomado con el Gobierno.

Es que, pese a que el listado de operadores es extenso, el grueso de las ventas se concentran en pocas manos. Las diez primeras operadoras son responsables de llenar casi tres de cada cuatro barcos que salen cargado de granos y subproductos destinados, en su mayoría, a Asia y Europa.

Con sede en los Estados Unidos, Cargill lidera el negocio en el país y el mundo. Participó con el 15,5% de las exportaciones desde la Argentina, a través de la exportación de 10,9 millones de toneladas de granos, aceites y harinas. Tiene presencia en el país desde hace dos décadas, y entre sus reveses locales está la incursión en el negocio frigorífico, que vendió en 2011, en plena crisis de la cadena de la carne. Cargill era dueño de las dos plantas de la firma Finexcor, que había adquirido en 2005, cuando el negocio prometía. Ahora, Cargill se concentra en el procesamiento de granos para exportar desde el país, y tiene inversiones en otro negocio deprimido: el del biodiesel.

Bunge Argentina es subsidiaria de Bunge Limited, que tiene sede en Nueva York y cotiza en esa plaza. Fue responsable de casi el 10% de las ventas externas del sector el año pasado, superando las 7 millones de toneladas vendidas, con una participación equitativa entre granos y subproductos.

Sigue en el ranking la francesa Louis Dreyfus Commodities, otro gigante mundial de capitales privados –al igual que Cargill–. Exportó el 9,2% del total de toneladas vendidas en 2013 desde la Argentina, mayormente granos, pese a que tiene una participación relevante en el mercado de subproductos. En total, fueron 6,4 millones de toneladas de productos las exportadas por la compañía.

La cordobesa A.G.D. (Aceitera General Deheza), comandada por el ex senador Roberto Urquía, tiene el cuarto puesto de los envíos, con una participación del 7,5%, principalmente focalizada en aceites y subproductos y totalizando 5,2 millones de toneladas exportadas.

La alemana Toepfer, con sede en Hamburgo, obtiene el quinto puesto en ventas, con el 5,5% de la participación por sus exportaciones de granos (3,9 millones de toneladas), ya que no procesa en la Argentina.

En un mercado de escaso margen unitario y donde el volumen es lo que importa, estas firmas protagonizan un negocio crucial para la economía macro nacional.

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El fantasma de la Junta Nacional de Granos
Por Fuente: El Cronista - Tuesday, Feb. 18, 2014 at 11:03 AM

Economía y política 18.02.14

La necesidad de dólares, de que los productores vendan para que los exportadores liquiden, y de que éstos exporten para que el mecanismo funcione, evocaron al fantasma de la Junta de Granos, que centralizó el comercio de los bienes agrícolas en distintos momentos pasados, hasta su disolución definitiva, en 1991.

Su primera aparición, en 1933, llegó a paliar la caída abrupta de los precios internacionales cuando la Argentina exportaba el 50% de su producción de trigo, el 90% del lino y el 80% del maíz.

Ahora, las características del comercio global y los costos en infraestructura y operativos son las principales contras de una vuelta a ese sistema en un negocio que, de todas formas, el Estado puede seguir muy de cerca.

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