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Piden juicio a médicos de la Morgue platense de la dictadura
Por Martín Soler - Wednesday, Feb. 26, 2014 at 1:41 AM

Lo solicitó Adelina Dematti de Alaye, Madre de Plaza de Mayo, en su testimonio brindado en el juicio a 21 acusados por delitos de lesa humanidad en el centro clandestino de detención La Cacha.

La presunta complicidad de médicos que trabajaron en la Morgue Policial de La Plata durante la última dictadura cívico militar saltó a escena con el pedido de investigación solicitado por la Madre de Plaza de Mayo Adelina Dematti de Alaye en el marco de su declaración testimonial en el juicio a 21 acusados por delitos de lesa humanidad ocurridos en 1977 en el centro clandestino de detención La Cacha. La referente social también expuso sobre la desaparición de su hijo, Carlos Esteban Alaye, ocurrida el 5 de mayo de aquel año, en Ensenada.

“Faltan ellos, los médicos de la Morgue Policial de La Plata, yo los acuso y quiero verlos sentados acá”, sostuvo la docente jubilada señalando el corralito donde se ubican los sospechosos, fuertemente custodiados por personal del Servicio Penitenciario Federal. La morgue funciona en el cementerio de la capital bonaerense y lleva el nombre de “Roberto Ciafardo”. Se trataría de uno de los médicos señalados por la testigo.

Su declaración fue acompañada por la proyección de una serie de filminas con información que complementaban e ilustraban sus palabras. Entre las imágenes, se destacaban una serie de certificados de defunción, donde resaltaban las firmas de los médicos policiales.

Todos los certificados estaban sin identidad. Solo se leen las fatídicas letras “N.N.”. En los distintos certificados se leen las firmas de los médicos Enrique Pérez Albizu, Carlos Morganti, Jorge Zenof, Roberto Ciafardo, Néstor De Tomas, Raúl Etcheverry, Luis Bajcovec, Omar Langone, Julio Brolese, Eduardo Sotes, Héctor Darbón, Héctor Luchetti, Raúl Canestri, Rolando Llanos, Ernesto Gelemur, Mario Cavazutti, Alberto Vitali, Rubén Ben, Rómulo R. Gauna, Carlos Zenof, Carlos Hid.

Según la información aportada por la testigo, los médicos firmaron 227 defunciones de cuerpos sin identidad entre 1976 y 1978. Y habló que existía una “doble moral” entre los profesionales. Cuando se trataba de una “muerte violenta de un no perseguido político” en el certificado de defunción se hacía una “descripción exhaustiva” de la causa o causas del deceso y al cuerpo se le practicaba autopsia. Caso contrario se repetía la misma leyenda “destrucción de masa encefálica por proyectil de arma de fuego, sin descripciones, sin autopsia, con intervención del área 113 del Ejército y catalogado de puño y letra de los médicos como ‘SUB’” en alusión a la presunta condición de subversivo de la persona fallecida.

Adelina se refirió al testimonio que brindó el 11 de noviembre de 1998 en el Juicio por la Verdad y se remitió al pasado: “En la APDH La Plata nos habíamos presentado un pequeño grupo de madres y padres pidiendo en Octubre de 1982 que no se innovara en las tumbas NN del cementerio de La Plata”, contó, y agregó que juntaron elementos para establecer que había alrededor de 400 tumbas NN, y que el 90% figuraba por destrucción de masa encefálica, o sea “asesinatos”.

Referencia. Un antecedente de este pedido se dio el 1 de septiembre de 1999 cuando la Cámara Federal de La Plata denunció al médico policial Néstor De Tomas por los delitos de “encubrimiento, sustracción de objetos destinados a pruebas e incumplimiento de los deberes de funcionario público”, al entender que aparece como el último funcionario de la Dirección de Sanidad de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que tuvo en sus manos documentación sobre presuntas víctimas de la represión ilegal que busca el Tribunal.

En un parte de prensa difundido entonces por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) La Plata, se destaca que desde febrero de ese año “la Cámara de La Plata busca 23 Libros de Partes Médico-legales, en los que figuran las causales de defunción de cientos de cadáveres NN entre 1976 y 1980. El médico Néstor De Tomas, quien trabajó en la Dirección de Sanidad de la Policía provincial, recibió los libros de un juzgado de La Plata en agosto de 1986 (que los había pedido para una investigación)”.

De Tomas declaró que le entregó la documentación a su superior, José Augusto Albizu, el director de Sanidad en ese año. Pero Albizu negó esto y De Tomas aparece entonces como la última persona que tuvo los libros en su poder.

Además, en 1992 el Equipo Argentino de Antropología Forense pidió a la Policía libros de varias morgues, solicitud que fue negada por De Tomas en su carácter de titular de la Dirección de Medicina Legal (una escisión de Sanidad). El médico policial adujo —“de manera poco clara y ambigua”, según la resolución de la Cámara— que existe un reglamento policial que indica que se debe quemar toda documentación mayor de diez años. Pero no aclaró si los libros de Partes Médico-legales fueron incinerados o no, o siquiera si fueron buscados. Incluso los empleados de Medicina Legal que declararon ante la Cámara manifestaron que no recibieron órdenes de buscar la documentación.

La resolución agrega que De Tomas “no ha podido explicar hasta ahora el destino que dio a los libros, ejemplares de dimensiones considerables que, difícilmente, no dejen su impresión en la memoria (...) En su carácter de funcionario público (De Tomas) debió dar seguro resguardo a aquellos”.

La causa en la que se buscan los Libros de Partes Médico-legales es la misma en la que se investiga la desaparición de Carlos Esteban Alaye. Después de aquella la denuncia de Dematti de Alaye, la Cámara comenzó a citar a los médicos policiales de Sanidad, para que expliquen cómo fue que firmaron certificados de defunción de cuerpos NN. Y con las declaraciones de los médicos, surgió la pista de los libros. Este viernes 21 de febrero volvió a insistir en que se profundice esa trama de los años negros.

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