Julio López
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Juicio La Cacha: Audiencias del miércoles 26/2 y viernes 28/2 de 2014
Por Unión por los DDHH La Plata - Thursday, Mar. 20, 2014 at 11:17 AM
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Gacetilla de prensa

 

Juicio La Cacha: Audiencias del miércoles 26/2  y viernes 28/2 de 2014


 

Miércoles 26/2/14


Testimonios


Carlota Ayub de Quesada

Declaró por videoconferencia desde Barcelona. Es la madre de Graciela Quesada, secuestrada el 17/3/77. Cuando le preguntaron por las generales de la ley dijo que conoce a Garachico porque es quien asesinó a su yerno (Luis Bearzi, asesinado junto a Marcelo Bettini el 9/11/76, en la calle).

Relató que los suegros de su hija Graciela vivían frente al SIE en La Plata; que Graciela fue a la casa de ellos acompañada por el imputado Acuña; que el suegro la vio embarazada de unos 5 meses.

Dos sobrevivientes le confirmaron que habían visto a su hija en La Cacha: Patricia Pérez Catán y Patricia Rolli.

Mencionó una carta que Camps le escribió a Suarez Mason pidiendo sacar del país a 9 personas que ya “habían cumplido”. Se trataba del grupo de los 7 detenidos en Brigada de Investigaciones más Cano “el ingeniero” y Graciela Quesada “Marina”. La respuesta fue positiva.

Nunca más se supo de ellos y pasado un tiempo el Dr. Bearzi fue al SIE a preguntar por su nuera, le dijeron que ya había salido del país. Cree que quien lo atendió fue Perea.

 

Ana Araceli Quesada Ayub

Hermana de Graciela. También declara por videoconferencia. Su relato es muy coincidente con el de su madre.  

Agrega que recibieron tres cartas de Graciela, dos dirigidas a sus padres y una a ella. Al leerlas sintió que le habían lavado el cerebro, o se las habían dictado los represores. Hablaba de arrepentimiento, de Dios, cuando ella era atea. Las fechas de las cartas que fueron presentadas al expte como prueba son: 13/4/77 – 30/5/77 – 27/6/77.

 

Julia Bearzi

Hija de Graciela Quesada. Agregó datos a los testimonios precedentes: recuperaron rápidamente el cuerpo de su padre a través de un amigo de su abuelo, un marino llamado Jorge Devoto.

Juan Carlos Guarino nombró a su madre en su testimonio como vista en La Cacha. También relata que su madre llamó por teléfono el día del cumpleaños de su hermano para avisar que se iba del país por lo que necesitaba documentación. La prepararon y alguien la pasó a retirar. Para el cumpleaños de ella fue acompañada de dos personas que decían llamarse “Aguirre” y “Ocampo”.

También piensa que las cartas son “visadas”.

 

Jaime Smart

Solicitó ampliación de indagatoria y utilizó el espacio para realizar parte de su alegato en respuesta al testimonio de los Tolosa de la semana anterior. Una vez más dejó en claro su posición ideológica y su consustanciación con la dictadura. Dijo haber sido abogado de los Miara y reivindicó a los apropiadores. Celebró que la relación de los mellizos con la familia materna está perdida y que el viernes previo, día de sus testimonios, los habían revictimizado. Se explayó sobre el lavado de cerebro de los jóvenes y aconsejó al Tribunal que pida al presidente de la UNLP y a la decana de Periodismo que impidan la concurrencia de los estudiantes al juicio ya que es una incitación a la violencia. Relató que se exilió después del 25/5/73 pero regresó al país en octubre del 75.  

 


 

Viernes  28/2/14


Testimonios

Verónica Bogliano

Contó que sus padres, Claudio Adrián Bogliano y Maria Susana Leiva, fueron secuestrados el 12 de agosto 1977 de la casa familiar, estando ella y su hermana presentes. También buscaban a Dora, una compañera de sus padres que vivía con ellos, y al Vasco.

La patota fue después a casa de su abuela, se anunciaron como ejército argentino. Le dejaron a las nietas, vio que al lado de unos autos estaba Ma. Susana.

Al día siguiente familiares fueron a la comisaria de Villa Elisa, en una oficina había un memo donde decía que la zona estaba liberada.

Al tiempo del secuestro los represores volvieron a la casa y se llevaron todo, hasta el inodoro, las canillas, hasta las fotos.

Hicieron presentaciones ante la OEA, en la Cruz Roja.

Años después se entrevistaron con Marcela Quintela, quien les contó que estuvo con el papá en La Cacha, que estaba muy golpeado y muy preocupado por su familia. También estaba el Vasco.

El 18 de septiembre  hubo un traslado grande, esa noche fue la que asesinaron al papá.  Aparecen en 3 lugares diferentes los cuerpos del Vasco, el papá, la mamá, un matrimonio mayor, Jorge, y un cuerpo no identificado que podría ser el de Dora.

En mayo del 2008 identificaron a su mamá. El 30 de noviembre de 2009 les confirmaron que habían podido identificar al papá. En agosto de 2010 los enterraron juntos.

En este juicio sólo declara por el papá, porque fue visto en La Cacha y es caso. Piensa que también tendría que estar la mamá, porque con su padre fueron secuestrados juntos y asesinados juntos.

Sus padres eran peronistas y formaban parte de una generación que quería cambiar las cosas: El papá tenía militancia gremial, trabajaba en lo que hoy es ANSES.

Declara porque elije estar ahí, porque son sus papás, porque son los 30.000 desaparecidos y porque necesitan que se haga justicia. 

 

Inés Seoane

Relató que vivían en Berisso, toda la familia fue testigo del secuestro de su hermana María el 12 de mayo de 1977.  Entre la 1 y 1.30 de la madrugaba se despertaron con ráfagas de fuego. Los interrogaron con golpes. Uno se animó a decir que después preguntaran por su hermana en la Brigada de Investigaciones. No fue un operativo con vehículos del ejército.

Hicieron un Habeas Corpus al día siguiente, fue presentando en el juzgado Nº 2 Secretaría Nº 3. Nunca tuvieron respuesta adecuada.  

Una mañana apareció una persona golpeando la puerta, le dijo a la madre que su hija estaba viva, y que no podía decir más nada porque corría riesgo.

No tuvieron más noticias de María, hasta agosto del mismo año 1977. Un compañero de trabajo se le acercó atemorizado y le contó que un compañero suyo, Omar Diesler, secuestrado en La Cacha, había estado con María, que estaba viva, que había muchos compañeros que se daban ánimos, y que su hermana tenía mucha entereza. Esto se lo transmitió también Patricia Rolli que estuvo también en La Cacha.

No hubo gestión eficaz con posterioridad. Recurrieron a la embajada de España y al  Vaticano, desde donde le respondieron que los acompañaban en la oración y les recomendaron que “ofrezcan el sufrimiento”. 

Relató que con la hermana habían militado en una unidad básica del barrio; ese lugar, en 1974, fue incendiado por el Comando de Organización (CdO).  Siendo estudiantes de Psicología, fueron amenazadas por la Concentración Nacional Universitaria (CNU).

María era militante de la Juventud Peronista Montoneros. Tenía un apodo, Gallega.

Hubo lentamente una trama de solidaridades, algo novedoso. Desde ese sentimiento se fueron consolidando los organismos.

Al final, leyó un poema que su madre hizo en el año 81, Las sombras,  publicado en el poemario de las Madres.

 

Ramón Baibiene

Su familia fue duramente castigada por el terrorismo de Estado. Da testimonio por la mamá.

El 26 de abril de 1977 hubo un gran operativo en su casa. Se presentaron como “fuerzas conjuntas”, preguntaron por Arturo Baibiene, el papá, él tenía 5 meses. La mamá es Elba Leonor Ramírez Avella, a ella la sacaron ensangrentada, en el auto había otra mujer, Liliana Pizá de Paira. 

Al “Ruso” Paira también lo mataron en ese operativo; cuando pasó por la casa, lo reconocieron y a una cuadra y media lo asesinaron.

La orden para liberar la zona y quien organizó el operativo era la Armada. Participaron también policías, entre ellos dos vecinos, uno de apellido Taborda.

Contaron los vecinos que cuando llegó el papá, salió corriendo, le dispararon y lo hirieron, se metió en un terreno baldío, barrieron el cañaveral y lo subieron a un rastrojero, le pegaron muchos palazos. Le hicieron un interrogatorio, después de un tiempo, bajaron la música y se escucharon dos disparos de arma de fuego.

La familia hizo averiguaciones en la comisaria de Berisso y aparecieron él, su hermana y otra beba.  La abuela reconoció a esa nena, la familia buscó a los abuelos de Julia Paira y la entregaron a sus abuelos.

El 29 de noviembre de 1999 salió publicado en Clarín que fueron reconocidos 8 cuerpos de desaparecidos entre los cuales aparecía mencionado el papá. La información no era cierta.

Se pusieron en contacto con sobrevivientes de La Cacha que habían compartido cautiverio con la mamá.  Patricia Rolli, les dijo que la mamá se hizo llamar “Bichi”, como le decía el papá. Les contó que la mamá y ella intercambiaron un arito, quedando con el compromiso de que si alguna sobrevivía iba a entregar el arito a sus familiares. Patricia cumplió su pacto y se los entregó. Sintieron que de algún modo retornó Bichi en ese arito.

Conocieron a muchos compañeros que les contaron de la entereza, lo solidarios que eran sus padres.

Los represores nunca dijeron qué día, ni como mataron a la mamá. Además robaron el cadáver.

El papá fue enterrado en la Plata como NN y luego entregado en Rosario. En los libros de la morgue, hay dos certificados de entrada que podrían corresponder uno con el papá y otro con el Ruso porque la descripción es “derrame de masa encefálica por disparo de arma de fuego”.

Presentaron Habeas Corpus, se hicieron denuncias en la CONADEP, se hicieron un sinfín de gestiones para ver que había ocurrido con ellos.

Estos juicios son muy importantes. Este proceso lo fundaron sus abuelas, desde que se pusieron los pañuelos, a 37 años que el pueblo argentino pueda estar juzgando. No perdonamos y no nos reconciliamos. Donde haya una necesidad van a pelear por esa necesidad. En las banderas van a estar los 30.000 compañeros detenidos.

 

Leticia Baibiene

Hermana de Ramón Baibiene. Agregó otros datos al testimonio precedente.  

Siempre se quedó con la  imagen de la mamá rodeada de “estos”, no sabe cómo nombrarlos.

Al principio lo contaba como para poder entender, después empezó tener otro sentido que era generar memoria y denunciar. La mamá no la abandonó, se metieron en su casa y la secuestraron. Y hoy tiene otro sentido, que es el de justicia.

La familia se enteró de lo sucedido por los diarios, sale en la Nación y en El Día, dan el nombre de Alberto Paira y el nombre del papá. Carlos Ramírez Avella, era abogado penalista, fue al regimiento Nº 7 a preguntar por el cuerpo. Le dijeron que cualquier persona que fuera a preguntar por Arturo Baibiene iba a ser detenido salvo que sea el padre o la madre.

De la casa se robaron todo; lo que no robaron, lo rompieron.

A los 30 años del secuestro hicieron un homenaje en la casa. Todos sabían todo lo que había pasado. Los vecinos si bien les dieron mucha información, pero dijeron que seguían con miedo, y que no iban a testificar.

Los papás tenían una solidaridad y un compromiso fuertísimo. El recuerdo más fuerte que tiene es todo el amor que le dieron. Ellos militaban por el futuro, para que ellos estén mejor.

El 26/02/77 secuestraron a Eduardo Cassataro y su mujer. A partir de este secuestro, la familia empezó a tener mas cuidado. No se visitaban, no había llamados telefónicos, nadie sabía donde vivía el otro.

El 6/12/77 secuestraron a Alicia Ramírez Avella y Daniel Cassataro, tenían dos hijas Juliana y Roxana. Y luego secuestran a Maneli Ramírez Avella y a Nereo del Pratti, quienes tienen un hijo que se llama Arturo por su papá.

Hicieron todas las actuaciones y presentaciones creyendo que iban a obtener respuesta con los Habeas Corpus o en las comisarías. Nunca se llegó a nada.

Conocieron a Patricia Rolli, a Silvia Bucci, a Raul Quinterno. Todos les contaron los últimos días, del espíritu de la mamá, que siempre daba ánimo. A la mamá le decían Lía y al papá Rodolfo. Bichi se decían entre ellos.

Elaborar la desaparición fue el trabajo de su vida. Lo más perverso es que uno tiene que decidir cuándo deja de esperar aquello que más deseó en la vida. Cuando era chiquita le costaba mucho ser feliz, como que traicionaba a la mamá si era feliz.

Este juicio es para todos ellos muy importante, un triunfo. Nunca pararon y siempre nos quisieron desaparecer, borrar, callar a través del miedo, la desaparición y la tortura. Estamos acá con mucha alegría, orgullosos.

 

Laura Bogliano

Aportó otros datos complementarios al testimonio de su hermana Verónica Bogliano.

Los papás tenían militancia política, estaban comprometidos con los derechos de todos y todas. Eran personas comprometidas, muy solidarias y quiere reivindicar eso.

El día del secuestro los vecinos cuentan que se genero mucho miedo. Días después relató que al papá lo habían “matado en la cabeza”.

Marcela Quintela  vio al papá y al Vasco en La cacha. Pero no pudo decir nada de la mamá.

Cada cumpleaños, esperaba que llegaran. Otra cosa muy dura  fue el silencio, por eso la pone muy contenta poder estar acá y ser escuchada porque muy pocas veces fue escuchada. Otra cosa que fue muy difícil es el haber sido madre, cuando sus hijos llegan a la misma edad que ella tenía en aquel momento.

Hubo situaciones que se dieron en este juicio, esas medidas dilatorias, cuando un abogado de la defensa dijo que se habían presentado fuera de término, para ellas fue muy doloroso.

Agradece al tribunal y a los abogados querellantes la celebración de este juicio, a todos los organismos de derechos humanos, a los ex -detenidos, a los hijos de La Plata de acá y de otros lugares.

Hace un agradecimiento muy especial a su hermana que fue querella en los juicios en La Plata, en el juicio a Etchecolatz donde tuvieron que soportar que desaparezcan a Julio López, fue querella en el juicio a Von Wernich y en Circuito Camps,  pero sobre todo quiere agradecerle que esté hoy porque la dignifica.

 

Camilo Nahuel Cagni

Sus padres fueron secuestrados en la Plata el 22/06/1977. A la madrugada, ingresó a su casa un grupo de 10  o 12 personas, con armas cortas y largas, vestidos algunos de civil. El tenía 4 meses y medio. Dieron vuelta toda la casa. Después de una hora se llevaron a sus padres. Las abuelas se quedaron en sus habitaciones hasta que no escucharon ningún ruido extraño y escucharon su llanto.

Los vecinos confirmaron que hubo un gran operativo. Se presentaron como integrantes de fuerzas de seguridad.

A partir de ese momento no supieron nada más. Al otro año, una sobreviviente de la Cacha, María Elvira Luisa, les informó que los había visto en La Cacha, ella había salido el 8/08/1977. Contó que estaban juntos, que estaban bien. El mensaje era para él, que sepa que lo querían mucho.

Silvia Bucci también aportó datos a la familia.

Presentaron dos Habeas Corpus, en el 77 y 79, en la Cámara Federal nº 2 de la Plata y ambos fueron rechazados. Se inició una serie de denuncias.  

El padre, Julio Cesar Cagni, tenía un compromiso militante más de lleno, era de la juventud guevarista, el brazo estudiantil del PRT-ERP.

Varias de las preguntas que les hicieron tenían referencia con un kiosco familiar donde trabajaban. Lo que se llevaron de la casa fueron sus documentos y hojas de la libreta que ellos tenían. 

Después, en la casa de la abuela había una vigilancia. Durante el año 78, fue gente de civil a entrevistarse con la abuela, le propusieron información a cambio de dinero. Aparte del dinero, había otra maniobra, meter miedo, alargar algo que nunca se concretaba.

El abuelo paterno falleció de un paro cardiaco, por mucha tristeza. La abuela tuvo un cuadro depresivo. Los abuelos maternos y paternos se unieron para criarlo. Se le hacía muy difícil hablar de sus padres, trataba de evitarlo o mentía, era una situación muy traumática y difícil de compartir. Siempre dibujaba una familia incompleta.

Otra cosa que quiere contar es lo que significaba la espera de que ellos volvieran. Es una desesperación muy triste.

Todos fuimos víctimas del terrorismo de estado, y todos continuamos y seguimos con secuelas. La realidad marca que fueron asesinados, y todavía no fueron encontrados los cuerpos. Eso es una perpetuación del terrorismo de Estado, sigue vigente si no se tiene la posibilidad de encontrar los cuerpos. Y la identidad de los más de 400 pibes que no han sido encontrados aún, como es el caso de clara Anahí. Son secuelas que exceden a su familia en particular.

Mas allá que éste no sea un juicio como el que se esperaba que sea, lo valora; está satisfecho que el Estado nacional se haga cargo de la memoria verdad y justicia, y tiene en claro que esto fue posible por un largo camino donde muchos familiares de víctimas y organismos han luchado.

Este juicio va servir para investigar como funcionó el terrorismo de Estado en La Plata. Va a da muchos nombres de responsables directos e indirectos, Pidió que se siga avanzando en la identificación de los desaparecidos.

Cuando las causas son fraccionadas, se da la reiteración del testimonio de las víctimas. Revictimizar al testigo no tendría que ser. Los que tendrían que estar hablando y aportando datos son los señores que están atrás de él. Mientras siga el pacto de silencio, se prolonga el terrorismo de Estado.

 

 


Luego de los testimonios, el público comenzó a cantar. El Oso Acuña se paró con los dedos en V, haciendo gestos obscenos, empezó a gritar; los policías lo trataron de frenar. Su abogado defensor, le agarró la cara diciéndole que se calme, pero le gritó al tribunal que son todos unos cagones, lo terminaron sacando.

Desalojaron la sala.



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Imágenes integradas 1


Por l@s 30.000 compañer@s desaparecid@s!
 
Juicio y cárcel efectiva a todos los genocidas!
 
Restitución de tod@s l@s niñ@s apropiad@s!
 
Basta de impunidad!
 
Julio López y Silvia Suppo Presentes!
 
No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos
.


UNIÓN POR LOS DERECHOS HUMANOS LA PLATA
Ex-detenid@s desaparecid@s, Familiares y Compañer@s
 
Matrícula nº 39453  D.P.P.J. 

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