Julio López
está desaparecido
hace 6423 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Un agujero en el tinglado del PJ
Por Brian Majlin - Saturday, May. 03, 2014 at 3:57 PM
(@Bniljam)

abril 21, 2014 / Las reuniones preparatorias y los movimientos por lo bajo para normalizar al PJ mediante un Congreso Partidario dejaron en evidencia dos elementos distintivos: asistimos a la retirada estratégica del kirchnerismo, por un lado, y a la absorción final de La Cámpora y demás expresiones de la autodenominada “izquierda del modelo” por parte de los barones del pejotismo, que buscan reagruparse frente a las díscolos que amenazan su predominio electoral.

Un agujero en el tin...
scioli-e1398637676913.jpg, image/jpeg, 630x360

En el marco de una crisis profunda del Gobierno nacional que no puede contener la crisis económica y política y con el peligro de la disgregación del aparato pejotista –gobernadores, intendentes y legisladores se han reubicado, bajo preceptos similares pero jefes distintos, bajo el ala de Sergio Massa- la estrategia del kirchnerismo quedó en evidencia: ya no irán por todo, como mentaban, sino que buscarán la forma de asegurarse una salida tutelada por el peronismo reunido. Lo dijo Zannini, pidiendo integrar aún a los díscolos (Peralta, Poggi y De la Sota), y lo ratificó el apoderado Landau, reclamando un “tinglado” que cobije a todos.

Es la misma expresión que redundó en unificaciones en la Provincia de Buenos Aires, donde el matancero Espinoza fue el paraguas en febrero –donde los camporistas y jóvenes del Evita quedaron desdibujados ante el predominio de los barones territoriales-; y en la Ciudad en las últimas semanas, bajo la mentirosa dupla Santa María-Recalde: en realidad La Cámpora quedó relegada a puestos menores y el único que se alzó con el aparato fue el burócrata sindical Santa María.

La estrategia kirchnerista entronca con la de los gobernadores peronistas: de esa unidad y una interna que los amontone depende la continuidad de sus mandatos en municipios, intendencias e incluso gobernaciones, así como las aspiraciones presidenciales de un par de figuritas. Por eso Daniel Scioli hace todo lo posible por sostener a De la Sota –enemistado con el kirchnerismo- dentro del PJ, a pesar de los encuentros públicos del cordobés con Massa.

Otro que muestra la indefinición, especulación y debilidad del abanico peronista es Moyano, que permanece flotante y analiza sus opciones: ya adelantó que se decidirá por un candidato – ¿Massa o Scioli?- cuando queden pocos días para la elección de 2015.

El tinglado peronista se ha agujereado con la aventura de Sergio Massa –con apoyo de sectores burgueses y peronistas opositores-, al que muchos han seguido, y las consecuencias y temores ya se expresan en voz alta. Si van por separado en momentos en que el partido en el gobierno no puede sujetar la crisis, se los comen los de afuera: el caso Santa Cruz es emblemático, donde el kirchnerismo incluso indultó al enemigo Peralta para evitar que la provincia –y los documentos del kirchnerismo primigenio- caigan en manos del radical Eduardo Costa. El temor es tal que incluso Duhalde, padre del borrego K, allá lejos y hace tiempo, pidió la unidad hasta con Massa.

Lejos de las épocas del “vamos por todo”, el kirchnerismo transmutó en una fuerza que precisa de los díscolos para garantizar una transición cuidada hacia el ostracismo: precisan de un PJ que tome la batuta y les garantice la impunidad necesaria en el marco judicial.

Es esta la verdadera razón de que sectores “izquierdistas” del kirchnerismo agiten las candidaturas inviables de Uribarri –ausente en los últimos encuentros pejotistas o de gobernadores-, Kicillof, de Rossi o hasta de Aníbal Fernández. Más allá de aspiraciones personales –entre los que se suman Julián Domínguez o Florencio Randazzo- o de las ensoñaciones de La Cámpora, son la moneda de negociación con el sciolismo aspiracional y no la consolidación de un proyecto propio: buscan oponer una fortaleza que es solo virtual para lograr un acuerdo de tutela real.

agrega un comentario