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Perú: ¿Son delincuentes todos los jueces?
Por Herbert Mujica Rojas - Tuesday, May. 13, 2014 at 4:30 PM
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La demanda que en nombre del interés público interponen los ciudadanos Guillermo Olivera Díaz, Raúl Wiener Fresco y quien esto escribe, tiene sólidos fundamentos que necesitan ser materia de una exhaustiva exégesis, debate y ciencia jurídica para rebatir sus aserciones contundentes. La lógica del único abogado del trío, Olivera, brilla con luces rutilantes de enorme apego al derecho en general y al código procesal constitucional, en particular.

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Perú

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
13-5-2014

¿Son delincuentes todos los jueces?
http://www.voltairenet.org/article183756.html?var_mode=recalcul

Por fin ingresó la demanda de Amparo por violación de derechos constitucionales que lesionan al Estado, es decir, a la ciudadanía o a todos los peruanos: 1) al servicio parlamentario de investigación de asuntos de interés público, sin mengua judicial ilícita; y, 2) a la administración de justicia con tutela procesal efectiva, vía resoluciones judiciales fundadas en derecho objetivo (debido proceso), sin corrupción, ni prevaricación. El expediente contra el juez de Alan García lleva el número: 16042-2014 y le compete conocer al 10° Juzgado Constitucional.

¿Es justa y equilibrada la pregunta, son delincuentes todos los jueces? Ensayo una respuesta categórica: ¡de ninguna manera! Hay una minoría venal, comprable, en dólares o en euros, capaces de vender hasta su alma con tal de favorecer el desarrollo sempiterno de la corrupción en el Perú, ese grupúsculo acapara los casos grandes, yugula cualquier chance que magistrados sin ataduras o ligazones sospechosas de afinidad o trabazón dineraria, analicen y dictaminen sobre los señorones que delinquen y luego todo lo arreglan con cientos de miles de billetes. ¿No hay acaso un juez imbécil que se ufana de hacer caso omiso a las observaciones sobre sus gruesos yerros que favorecen a un ex mandatario de firma dinámica para fabricar indultos a narcotraficantes?

La demanda que en nombre del interés público interponen los ciudadanos Guillermo Olivera Díaz, Raúl Wiener Fresco y quien esto escribe, tiene sólidos fundamentos que necesitan ser materia de una exhaustiva exégesis, debate y ciencia jurídica para rebatir sus aserciones contundentes. La lógica del único abogado del trío, Olivera, brilla con luces rutilantes de enorme apego al derecho en general y al código procesal constitucional, en particular.

¿Es un tema puramente jurídico? Quien así lo afirme, cae en craso error de apreciación. Más allá de la discusión entre leyes y códigos, hay un asunto que es el mar de fondo retador: ¿es posible luchar y vencer a la corrupción congénita en Perú desde el mismo momento en que los tres ibéricos de la conquista: Pizarro, Almagro y el infaltable cura católico Hernando de Luque arribaron a nuestras costas? ¡He allí un dilema inescapable! ¡Vamos a ver si nuestros "analistas, internacionalistas, y demás istas" se atreven a cruzar el Rubicón de naderías para tratar una materia que exige definición y militancia: ¡contra la putrefacción política nacional o a favor de ella! Así de simple.

De buenas intenciones está empedrado el suelo del infierno (si es que existe) y Perú es el compendio de aquellas. Hay que hacer y organizar, pelear en los estrados judiciales, en las calles, en las aulas, en los centros de trabajo, en todos los sitios para evitar que la Patria siga constituyendo un vivero en que los rateros y ladrones, de bisabuelos a bisnietos, con o sin apellidos rimbombantes, persistan en la letal comisión de destruir y empobrecer al país. ¿Que siempre ha habido corrupción? Sin duda, pero ¿eso debe ser nuestra letanía cotidiana para NO hacer nada? Quienes así piensen, morirán sin haber dejado huella o impronta. ¡Allá ellos!

Perú debe estar atento a cómo se comporta el Poder Judicial y es pertinente preguntar si acaso hemos llegado al fin de la historia de lo posible en este país y si existe un solo juez ético capaz de desoír las sirenas del soborno o las trompetas que tocan a rebato para lavarse las manos.

Pocas veces se han presentado disyuntivas tan serias como las de esta oportunidad. Es hora de ajustarle las tuercas a ex presidentes rateros y vulgares que jamás conocieron el quehacer cotidiano que se llama trabajo honesto, común y corriente. También es momento de convertir a la Patria en madre y no madrastra de sus hijos trocándola en fuente de progreso y desarrollo imbatibles y no en madriguera de pícaros y monreros.

¿En qué grupo se alinea usted amable lector? Luz, fanal, antorcha que alumbra derroteros, la demanda contra el juecesito de García ya ingresó al Poder Judicial. Estemos alertas a ver qué ocurre de ahora en adelante.

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