Julio López
está desaparecido
hace 6427 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Bahía Blanca: La muerte se viste de impunidad
Por reenvío Red Eco Alternativo - Friday, Jun. 06, 2014 at 9:34 AM

Bahía Blanca informó que los diarios de Paraguay dieron cuenta del fallecimiento de Aldo Vara, el cura investigado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar, que estaba con prisión domiciliaria a la espera de su extradición tras haber sido hallado en ese país hace pocas semanas luego de meses de estar prófugo de la justicia. Red Eco Alternativo

(Red Eco) Buenos Aires – Cuando en setiembre de 2012, el Tribunal Oral Federal subrogante dio a conocer su sentencia condenatoria en la causa V Cuerpo de Ejército en Bahía Blanca, solicitó además que se investigara el rol de la Iglesia durante el terrorismo de Estado y en particular el del capellán militar del Ejército Aldo Vara.

Esto se dio a partir de los testimonios escuchados durante las audiencias del primer juicio contra represores realizado en esa localidad bonaerense, que apuntaban al modo de actuar de Vara en centros clandestinos de detención ante la presencia de secuestrados.
Incluso, el capellán contaba con una oficina en la planta baja del Batallón de Comunicaciones 181, que fue un lugar de cautiverio de varias de las víctimas.

En marzo de 2013, se pidió su detención y citación a declaración indagatoria: “Vara comparte el pacto de silencio cínico y cruel que une a todos los responsables, silenciando información que podría aliviar el dolor de sobrevivientes y familiares, al punto, en el caso de las personas desaparecidas, de transgredir el ancestral derecho de dar cristiana sepultura a los ausentes, el derecho al duelo”, se afirmaba en aquel pedido.

Sin embargo, Vara hacía tiempo que no estaba en Bahía Blanca y se desconocía su paradero, por lo que era considerado un prófugo de la justicia argentina.
Recién el 28 de abril de este año, Interpol lo encontró en la parroquia Virgen del Rosario del barrio Pablo Rojas de Ciudad del Este, en Paraguay. Luego se supo que allí estuvo durante al menos los últimos tres años, gracias a un permiso del obispo paraguayo Rogelio Livieres. Además se informó que había llegado a este lugar “a pedido de su Obispo”, lo que compromete al arzobispo de Bahía Blanca, Guillermo Garlatti, hoy imputado por encubrimiento junto al empresario y apoderado de Vara, Leopoldo Bochile.
A pesar de no conocerse su paradero, el cura siguió cobrando su jubilación a través de Bochile, cuya casa fue allanada la semana pasada a pedido de la justicia.
A su vez, Garlatti había asegurado por escrito que desconocía el paradero de Vara, aunque su firma también aparecía todos los meses junto a la de Bochile en el recibo del aporte jubilatorio que la Iglesia otorga a los mayores de 68 años.
Tras ser hallado por Interpol, Vara se encontraba con prisión domiciliaria a la espera de su extradición a la Argentina. Sin embargo, en la tarde de este martes 3 de junio, los medios de Paraguay informaron la noticia de su muerte.

Tanto el juez federal de Bahía Blanca, Álvaro Coleffi, como los integrantes del Ministerio Público afirmaron que impulsan los trámites de identificación y averiguación de las causas del fallecimiento.
A su vez, Néstor Allende, secretario de derechos Humanos de la CTA de Bahía Blanca, manifestó en declaraciones al medio local Frente a Cano, que “si la Iglesia lo encubrió hasta ahora, es posible que haga cualquier estrategia para seguir encubriéndolo”.
“Fue un honor para mí haber podido comprometer mi vida, y arriesgarla, durante estos largos años de iniquidad y salvajismo. Fue un honor brindar mi aporte sacerdotal a una empresa tan difícil”, había escrito Aldo Vara el 28 de setiembre de 1979 al renunciar a su cargo ante el jefe del Batallón de Comunicaciones 181.

En este sentido, vale remarcar que Aldo Vara era el único de los religiosos que actuaron junto a los represores en Bahía Blanca que vivía, pero ahora no es el único que murió impune. Tales fueron los casos del ex arzobispo Jorge Mayer, su segundo Emilio Ogñenovich, y Dante Inocencio Vega, capellán del Cuerpo V que durante la dictadura dijo ante un grupo de madres de secuestrados que sus hijos estaban en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio La Escuelita, pero que luego - ya en democracia - negó esta información jurando por la Biblia.

“¿De qué hablamos cuándo pedimos celeridad en los juicios de Lesa Humanidad?”, se preguntan desde H.I.J.O.S. Bahía Blanca: “Hablamos de que los genocidas se mueren de viejos porque pasaron 38 años de las atrocidades que cometieron. Pasó la impunidad política que los dejó en una posición privilegiada viviendo sus vidas en libertad. Hoy tenemos Justicia y condenas a muchos genocidas. Sin embargo, muchas veces, los procesos judiciales se hacen lentos porque son dilatados por razones técnicas, políticas, ideológicas, corporativas, especulativas, etc.; que permite que puedan fugarse siempre con una ayuda cómplice y encubridora, o que les llegue la muerte a los genocidas sin ser juzgados ni condenados”, responden. La muerte de Aldo Vara es un nuevo ejemplo de la importancia de acelerar los juicios por crímenes de lesa humanidad.

Fuentes: HIJOS Bahía Blanca / FM de la calle

agrega un comentario