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La tablita impresora
Por Rubén “Zurdo” Suárez - Monday, Jun. 09, 2014 at 3:12 PM

6 de Junio de 2014. Por Rubén “Zurdo” Suárez | Es mucho lo que se ha escrito, contado y detallado sobre la cárcel en tiempos de dictadura, por lo que no me detendré en ello. Lo que voy a contar ocurrió en un período en donde las condiciones de sobrevivencia no eran de las peores. Había posibilidad de realizar algunas manualidades, como dibujo y algo de pintura. Es decir, podíamos recibir de nuestros familiares materiales como para estas cosas. También sabíamos que había que aprovechar, ya que uno no sabe cuándo se pudre todo, te sacan las cosas, “cambio de régimen”. Y agarrate. Así que aprovechando ese “veranito” para un fin de año, se nos ocurrió que debíamos hacer algo que, al ser un producto de los presos políticos, colaborara en un doble aspecto con los familiares. Por un lado en lo político, es decir, que permitiera reforzar el incesante y titánico esfuerzo de los familiares de instalar en la sociedad la necesidad de “libertad a los presos políticos”. Por otro lado, en lo económico, pues los elementos que necesitábamos eran caros. Pero ¿qué hacer?

La tablita impresora...
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Ya había algunos compañeros que dibujaban muy bien y realizaban tarjetas que gustaban mucho y eran muy bien recibidas por los familiares y cumplían con ese rol descrito. Claro está, no todos sabíamos ni podíamos ponernos a dibujar como para hacer buena cantidad de tarjetas como para lograr masificar lo más posible. Entonces, corroborando una vez más que tres tontos hacen un sabio, uniendo las ideas de unos dibujantes, otros conocedores de impresiones y otros que hacíamos trabajos de tallas, surgió la idea de la “tablita impresora”.

Se tomó un dibujo (según tengo entendido era una ilustración de Juanito Laguna en una revista), me lo dibujaron en una tablita y me puse a tallarla en forma tal que esa madera se transformara en un sello y así, quienes sabían de impresión haciendo alquimias con tinta china espesándola no se con qué (la verdad no recuerdo), logramos sacar buena cantidad de esas tarjetas a las cuales los familiares al pie (en la parte sombreada) le escribían las consignas tales como “navidad sin presos políticos”, “libertad a los presos por luchar”.

Pasado ese “veranito” vinieron tormentas, vientos de traslado. Otras cárceles, otros compañeros. Otro tipo de lucha con gusto a sangre y olor a muerte de queridísimos compañeros, que más de una vez uno llega a preguntarse “¿por qué no a mí en lugar de ellos?”. En fin, lo de la “tablita impresora” quedo muy atrás, casi olvidada. Solo una buena anécdota.

Llegó la tan ansiada libertad. Reunirme con mi amor de toda la vida que tanto había luchado por esa libertad de todos nosotros. Trabajo, militancia, hijos, vida cotidiana que a uno lo hace dejar muy atrás lo ocurrido en la cárcel. Siempre digo que la cárcel fue una circunstancia de la militancia, por lo que no me autodenomino un “ex preso político” (porque si no tendría que decirme “ex metalúrgico” o “ex guerrillero”, etc.). Uno es lo que hace, no lo que fue. Yo hoy soy un tipo que milita en CTA, en busca de un futuro que sueño. Con un pasado de muchas cosas y actividades que me ayudan a ser éste de hoy.

En medio de estos quehaceres de la vida me llega una invitación para ir a Santa Fe donde asistirían muchos de los que compartimos la cárcel. Muy emocionante reencontrarme con gente que hacía como veinte años no veía. Describir esto merecería nota aparte. Solo voy a decir que entre ellos estaba “El Villero” Ramírez, que en un aparte me dijo:

- Zurdo, yo tengo algo que es tuyo, que me lo traje de la cárcel, lo use con los chicos del barrio, quisiera quedármelo pero debo serte sincero y dártelo

- ¿De la cárcel? ¿Qué es?

- Vení, vamos hasta mi casa y te lo doy.

Fuimos, lo esperé en el auto, pues ya salíamos para Rosario, y se apareció con la tablita impresora en sus manos. Me emocionó tanto verla, tan bien cuidada y tan bien usada que sólo atiné a abrazarlo, balbucearle algo así como ‘gracias’. Me subí al auto y arrancamos dejándolo al Villero sonriente, agitando su mano.

Hoy, después de más de treinta años se me dio por realizar impresiones, usar la tablita para ver qué pasaba y con la ayuda de un grande en estas cosas de imprimir, como es el compañero “Bolita” en ATE. Salió ésto que les muestro. Si no les gustó, ni me lo digan. Para mí es tan hermosa, que hasta el olor penetrante a tinta que tiene me resulta agradable. Gracias por el silencio.

Rubén “Zurdo” Suárez, Secretario Adjunto de la CTA Provincial. Promotor y dirigente de la Comisión de Solidaridad con los Trabajadores en Lucha-CTA.

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