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Sindicalismo, fútbol y manejos políticos
Por Ricardo Carpena - Monday, Jun. 16, 2014 at 2:23 PM

16/06/14 | Hugo Moyano ya lo tiene definido: será candidato a presidente. Se convertirá en el mayor desafío de su carrera. Tiene por delante solucionar no sólo el caos económico, que es mayúsculo. También deberá acertar para decidir el rumbo político y elegir a un equipo que está obligado a lograr los mejores resultados, pero sabe que primero hay que ganarle al kirchnerismo en las urnas.

Sindicalismo, fútbol...
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No es lo que parece. El líder camionero oficializará hoy su postulación, pero para presidir el club de sus amores, Independiente, que acaba de lograr el ascenso a Primera y que tendrá elecciones el 6 de julio para elegir sus autoridades, luego del descalabro de la gestión de Javier Cantero. Aunque, según confió a sus allegados, se enfrenta a un adversario temible: “El Gobierno está haciendo en el terreno futbolístico lo mismo que en la CGT, presionando y tratando de sacarme respaldos”.

Se refería a la supuesta ofensiva del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, reconocido hincha del Rojo, que, según el jefe cegetista, estaría utilizando el poder de “persuasión” que le da su cargo para debilitar su candidatura y favorecer a una lista encabezada por Daniel Bertoni, un ídolo de Independiente. Uno de los casos que menciona el moyanismo es el de un empresario del rubro gastronómico que apoya la postulación del camionero y que habría sido llamado por allegados al funcionario K: “¿Tenés todos los papeles en orden? Te vamos a destruir”, le advirtieron.

No son nuevos los lazos entre el fútbol, la política y el sindicalismo. De por sí, hay influyentes hinchas del Rojo que siempre sospecharon de una mano negra del Gobierno para llevar al descenso a Independiente: Néstor Kirchner era fanático de Racing, al igual que su hijo, Máximo. Cantero había alimentado suspicacias gracias a sus permanentes contactos con funcionarios K, a los cuales recurría, según él, para mantener su batalla sin cuartel contra los barrabravas.

¿Cómo evitará Moyano quedar asociado con los escándalos del mundo futbolístico, que incluyen violencia descontrolada, negocios sospechosos y manejos políticos?

Para el camionero, sobre el que siempre existieron indicios de vinculación con los barras, se trata de un riesgo enorme. Al que también se expondrá su hijo Pablo, que pilotearía la subcomisión futbolística del Rojo y que hoy preside el Club Atlético Camioneros, que juega en la cuarta categoría local, el Argentino B.

La otra duda es si la multiplicación de tareas no interferirá en su tarea sindical. De por sí, Moyano no descuida la paritaria de los Camioneros: rechazó una contraoferta del 26% a su reclamo del 40% y asoman los paros sorpresivos, que dejarían sin nafta a todo el país este fin de semana largo.

Incluso tendrá más trabajo en la CGT Azopardo: en estos días debatirá con Luis Barrionuevo, Roberto Fernández (UTA) y Omar Maturano (La Fraternidad) si realizan otro paro de 24 horas contra Cristina Kirchner en la segunda quincena de este mes, al que se sumaría la CTA rebelde. Pero Moyano siente que lo empujan y que la huelga debe hacerse sólo si hay garantías de éxito. Quizá no tenga que esperar tanto: en el ambiente sindical hay perspectivas de alta conflictividad.

Por ejemplo, tras finalizar la conciliación obligatoria, el gremio de Alimentación empezó con paros rotativos de cuatro horas por turno en reclamo de un aumento superior al 40%, pero surgieron diferencias internas: en Villa Mercedes, San Luis, los obreros de Bagley y de Mondelez, alineados con Luis Morán, titular de la federación, decidieron no adherir a la protesta. Aun así, los sindicatos Capital y Córdoba presionan para profundizar las protestas, que incluirían bloqueos a fábricas.

En el Sindicato del Neumático hay malestar por el acuerdo salarial del 30% en dos pagos que firmó Pedro Wasiejko, de la CTA oficialista, y que fue sometido a un plebiscito entre los trabajadores: ganó el aval al convenio en Pirelli y Bridgestone, pero se rechazó, por 786 a 402 votos, en Fate, donde predomina el combativo Sindicato San Fernando.

Como represalia, denuncian, el gremio K dejó de pagar los sueldos a los dirigentes de esa seccional rebelde, cercana al Partido Obrero.

Un similar clima de efervescencia existe en el gremio telefónico: hay acusaciones cruzadas luego de una asamblea general de afiliados de Foetra Buenos Aires, que dirige la dupla kirchnerista Osvaldo Iadarola-Claudio Marín, en donde se votó el último acuerdo salarial, que alcanzó el 30%.

La izquierda rechaza ese acuerdo salarial de los telefónicos porque prevé un 18,5% ahora y un 11,5% recién en enero y asegura que en la asamblea perdió el oficialismo. El oficialismo, en cambio, dice haber ganado y denuncia que sus opositores golpearon a algunos trabajadores. Casi no hay gremios en donde los acuerdos salariales se aprueben en asambleas, pero aquí se votó a mano alzada, algo que favorece la manipulación.

Los aires de pelea están frenados entre los gremios ferroviarios, que hoy resolverán si aceptan la oferta del 28%, más dos sumas fijas. En esa negociación están frente a frente el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el líder de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia, que respaldará la candidatura presidencial de ese funcionario K durante el congreso del gremio que se hará el jueves 26 y prepara una estructura sindical que incluiría a UPCN, pilotos (APLA) y jerárquicos ferroviarios, entre otros. Los muchachos randazzistas, por ahora, salen de las filas estatales y del transporte, pero todo dependerá de las señales que brinde Cristina Kirchner y de cómo llegue al final de su mandato. Porque el sindicalismo peronista siempre acompaña, pero es difícil que se suicide.

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Moyano y Caló ofrecen la renuncia para lograr una CGT unificada
Por Carlos Galván - Monday, Jun. 16, 2014 at 2:24 PM

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16/06/14

Declaraciones de ambos dirigentes a Clarín El camionero y el metalúrgico aliado del Gobierno coincidieron en buscar la unidad. Pero aclaran que es imposible que sea este año.

Una solitaria fotografía se destaca en una de las paredes del despacho de Hugo Moyano en el tercer piso de su gremio. Fue tomada en Canadá, hace exactamente cuatro años: sonrientes, aparecen junto al camionero los sindicalistas Juan Carlos Schmid, Mario Manrique y Omar Viviani. A simple vista suena raro que el jefe de la CGT opositora no haya tirado a la basura esa instantánea. Es público que el taxista rompió hace dos años su histórica relación con el camionero y que desde ahí en el moyanismo lo califican indistintamente como “traidor” o “el innombrable”.

Pero como demuestra la foto, las cosas no son tan definitivas en el sindicalismo. El enemigo de hoy puede ser el aliado de mañana. Es más: Moyano y su actual archirrival, el secretario general de la CGT oficialista, Antonio Caló, admitieron por separado a Clarín que están dispuestos a dar un paso al costado “en aras de la unidad en el movimiento obrero”.

“Si se unieron las dos Alemanias, ¿cómo no vamos a poder unirnos nosotros?, se preguntó Moyano. “Si la unidad es para garantizar los derechos de los trabajadores uno no puede ser tan egoísta de querer permanecer en el cargo”, agregó el líder camionero.

“Si es por la unidad pongo la renuncia a disposición de los compañeros”, aseguró el metalúrgico. Y enseguida completó con una broma: “La unidad está a la vuelta de la esquina, el problema es que hay que encontrar la esquina”.

Ambos dirigentes, sin embargo, reconocieron que la unificación de la central sindical es improbable durante este año. “Si hoy no hay unidad es simplemente por la injerencia del Gobierno en las organizaciones gremiales. A mí se me fueron de la CGT por lo menos 14 gremios por las presiones del Gobierno”, resaltó Moyano.

“Siempre existe la posibilidad de la unidad, pero será en el momento oportuno”, dijo a Clarín Caló el viernes, durante la inauguración del imponente y moderno edificio de la obra social de los docentes privados.

Se palpa que el año que viene, cuando el escenario electoral esté bastante definido, se podría poner en marcha la unificación. Para entonces Moyano y Caló están dispuestos no buscar su reelección.

Si ellos se bajan, ¿quién quedaría al frente de reunificada CGT? Lo que asoma como más probable es que todos los sectores sindicales elijan por consenso a un nuevo secretario general. “Nombres posibles no hay muchos”, advirtió Moyano sin dar ninguna pista de quién podría ser su candidato. “La verdad es que hoy no hay muchos candidatos posibles. Pero a Ubaldini no lo conocía nadie de antes y mirá el secretario general que terminó siendo”, recordó Caló.

Consultado sobre el perfil de ese eventual nuevo titular de la CGT, Moyano contestó: “Será importante tener en cuenta la conducta de los dirigentes. No será lo mismo los que acompañaron hasta último momento al Gobierno que los que no lo hicieron”.

Pero Caló no comparte el criterio del camionero de tener en cuenta los antecedentes. “¿Quién resiste un archivo acá?”, se diferenció.

El jefe de la UOM también se mostró dolido con el trato que recibe de la CGT rebelde: “Me agredieron mucho, me dieron muy duro cuando no me sume al paro al que convocaron ellos en abril. Igual no soy rencoroso. Lo personal no va a impedir la unidad”, aseguró.

De lo que sí no tiene dudas Moyano es que el año que viene estarán todos de nuevo unidos: “Debemos hacer el esfuerzo para superar todos los problemas que va a dejar el actual Gobierno. El nuevo Gobierno, el movimiento obrero y la Argentina necesitarán de nuestra unidad. Tenemos la obligación de ayudar al próximo Gobierno, sea del partido que sea”.

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