Julio López
está desaparecido
hace 6428 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Weatherford, un día en la dura lucha
Por Jorge Zombi - Monday, Jun. 30, 2014 at 10:19 AM

Continua desde hace un mes la lucha de los obreros de Weatherford Río Tercero contra los despidos y a favor del derecho constitucional de agremiación. Crónica de un día de lucha.

El viernes pasado a las dos y media de la tarde, cuando llegaba a la inmediaciones de la carpa que los obreros de Weatherford en lucha tienen instalada desde hace un mes, frente a la planta fabril, me encontré con la sorpresa de que los trabajadores, estaban realizando nuevamente una manifestación con bombos, redoblantes y cantos en el momento en que emprendían la retirada de las instalaciones, los empleados jerárquicos y administrativos de la multinacional.
Sorpresa, ya que hacía una semana que habían dejado de lado ese tipo de demostraciones para “hacer buena letra, ya que el gobierno nacional no quiere conflictos”, asi me lo manifestó uno de los delegados de los operarios, y argumentó que era para estar en consonancia con la realización de una reunión, que finalmente no ocurrió, con las altas esferas del poder político nacional, para conseguir una respuesta positiva al pedido de los despedidos, es decir su reincorporación y la garantía de ejercer los derechos constitucionales de agremiación.
Esa fallida reunión de la semana pasada, y el conflicto que se hace muy extenso, impacta profundamente en la sensibilidad de los trabajadores y sus familias. Ante la pasividad de la semana que transcurrió y sus escasos resultados, los obreros decidieron reiniciar sus manifestaciones pacificas a la salida de los “carneros”, como ellos con su testimonio denominan al puñado de trabajadores que “incumplieron la decisión mayoritaria de luchar”, que inclusive algunos de estos “fogonearon en su momento”, con el agravante de que además fueron “candidatos a delegados” y plantearon, antes de “darse vuelta”, “la afiliación al gremio químico”.
Las personas cambian, pero, según expresan los obreros despedidos, “no se entienden esos cambios tan bruscos en tan poco tiempo”.
La demostración de este viernes, al igual de las que se realizaban con anterioridad, es a paso de hombre, lo que ocasiona la ralentización del andar de los dos colectivos que trasladan a un total aproximado de cincuenta personas, entre gerentes, jefes, ingenieros, supervisores, secretarias y diecinueve operarios que no cumplen la decisión mayoritaria de defender a los despedidos y los derechos democráticos de los trabajadores.
Del otro lado, este pasado viernes, en la calle Peñaloza a metros de la entrada de la fábrica, había unas sesenta y cinco personas entre operarios despedidos y suspendidos, familiares, y vecinos que se acercaron a brindar solidaridad con este reclamo. Apoyados en la sonoridad de una “orquesta” de tres tambores, cuatro redoblantes y un megáfono que le daba contenido rítmico y conceptual a la marcha, bajo lemas antiimperialistas, como es lógico, debido a la filiación estadounidense de la multinacional petrolera, lo que explica también, que el encabezamiento de la marcha estaba apoyada en la bandera patria, y un trabajador la hacía flamear efusivamente con la sincopa de la protesta.
Entre medio, pero “tomando partido por la patronal”, según se expresaban los manifestantes, estaban desplegados dos patrulleros policiales y unos diez agentes, del que sobresalía un uniformado que marcaba el ritmo de avance al chofer de la primera unidad de transporte y contrariamente, empujaba hacia atrás a los manifestantes, con sus helados ademanes.
Con este paisaje, se caminó por intermedio de una hora, cuando “Sacha”, uno de los líderes de la protesta, reunió a todos los proletarios que estaban al frente de los colectivos y les planteo: “seamos inteligentes, yo se que la quieren hacer a la protesta más larga, pero guardemos fuerza para la próxima”, y a continuación procedieron a desconcentrarse, lo que posibilitó que los colectivos emprendieran raudos la retirada del sector, escoltados por los dos patrulleros .
Para finalizar este escrito sobre la movilización ocurrida el viernes pasado en las puertas de Weatherford, necesito destacar un par de cuestiones, la primera es sobre acusaciones de amenazas y otras ilegalidades a este tipo de acciones realizada por los despedidos y allegados, según pude constatar, desde adentro del colectivo se abren los cortinados y los ocupantes del mismo, hacen señales ofensivas a los manifestantes, como el típico de extender el dedo mayor cerrando los restantes de la mano, con el trasfondo de risas lacerantes, lo que motivó a que los policías obligaran a los transportados hacia la retirada, a que cerraran el cortinado. Paisaje que explica la exuberancia de algunas respuestas, sobre todo de mamás deseperadas por el futuro de sus hijos.
La otra cuestión que necesito describir es sobre la batucada, ejercida por esa “orquestas” de desesperados. Como se induce más arriba, la marcha se originó a partir de ciertas frustraciones y estaba un “poco bajoneada” por las respuestas que no ocurrieron, y en un momento, gradualmente los que golpeaban los bombos empezaron a darse animo a fuerza de ritmo, a fuerza de la música antropológica del golpe en el parche, hasta que todos los presentes nos envolvimos con los compases cada vez mas acelerados de la orquesta en esa mística tamboril, tribal y milenaria, de la unidad frente a la injusticia y de la solidaridad entre los nadie.

[[Poema radial sobre esta situación o descripción de otra manera: "La serpiente, el tambor y la carne" http://www.ivoox.com/3266265 ]]

agrega un comentario