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Neuquén | Sobre el asesinato de Rubén Soazo
Por El Zumbido - Tuesday, Jul. 22, 2014 at 6:27 PM

Rubén "Teté" Soazo tenía 24 años cuando fue asesinado por la policía neuquina el pasado 12 de julio después de intentar robar en un domicilio particular en el barrio Barreneche de Neuquén Capital. Soazo residía en la toma La Familia, estaba casado y tenía cuatro hijos, el menor de ellos de 10 meses. Ese día salió a robar, armado. Enseguida los medios se hicieron eco de la versión del "delincuente abatido en un enfrentamiento con la policía". Las pericias demostraron que Soazo nunca disparó. Soledad Arrieta, periodista de "El Zumbido", dialogó con su compañera y madre de sus cuatro hijos y con una de sus tías, quienes aseguran que el joven fue torturado antes de morir.

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“No sabemos si lo mataron adentro de la casa o si lo terminaron de matar en la comisaría”

21/07/2014

Mientras los medios corporativos se disputan las versiones policiales sobre el asesinato estatal de Rubén Soazo, ultimado el 12 de este mes por uniformados en el marco de un robo, Zumbido dialogó con su compañera y madre de sus cuatro hijos y con una de sus tías, quienes aseguran que el joven fue torturado antes de morir.

Por Soledad Arrieta

Tanto el jefe de la policía Raúl Laserna como el Ministro de Coordinación Gabriel Gastaminza celebraron la actuación de los efectivos que asesinaron a Soazo el pasado 12 de julio, brindando con su discurso impunidad al accionar abusivo de las fuerzas no sólo en este caso.

Los medios corporativos se pisan a sí mismos con las versiones “oficiales” y las pericias; siguen hablando de que el joven de 24 años “abrió fuego” y “por eso” los policías dispararon, difundiendo los agradecimientos del matrimonio que habitaba la casa cuando Soazo ingresó a robar y victimizando a uno de los uniformados con que está amenazado de muerte y con custodia.

Ningún medio, a excepción de este, habló de “Teté” como una víctima de la violencia estatal encarnada en su brazo armado. Las pericias determinaron que en la “escena del crimen” –al que nadie llama “crimen”, porque el muerto estaba cometiendo un delito- no había vainas del arma que portaba Suazo, lo cual indica que jamás disparó.

Rubén “Teté” Suazo estaba casado y tenía cuatro hijos, el menor de 10 meses. Su familia supo lo que pasó seis horas después de que lo mataran.

No sabemos si lo mataron adentro de la casa o si lo terminaron de matar en la comisaría”, dice su compañera y madre de sus hijos: “tenía golpes, quemaduras, los dedos reventados, le faltaban dos dientes”.

La familia aún no tiene el resultado de la autopsia que se practicó sobre el cuerpo del joven, pero todos y todas aseguran haber visto los mismos signos en el cadáver. Su mamá fue la encargada de ir a cambiarlo para el velorio y allí se encontró con información que no coincidía con la que estaban difundiendo los medios a través de las versiones policiales. “No pudo seguir”, dijo su hermana: “tuvo que pedir ayuda para terminar de cambiarlo, ella no pudo con todo lo que vio”.

Él tenía disparos en la espalda, en los brazos, en las piernas, en la sien, los dedos de las dos manos todos machucados, un corte en la frente, un golpe en la boca donde le faltaban dos dientes y rasguños”, contó una de las tías y denunció que “eso no salió en los medios ni en ningún lado” y que “si lo mataron a balazos, ¿por qué tiene todas esas marcas?

Las mujeres relataron que también “hay versiones de vecinos de que a él lo sacaron esposado y se lo llevaron a la comisaría”.

Para finalizar, mientras las corporaciones comunican que el asesino policial está amenazado de muerte y con custodia, la familia de Rubén Soazo dice tener miedo porque “todos los días están pasando patrulleros y hacen como que nos van a disparar”.

Rubén “Teté” Soazo estaba robando cuando fue asesinado, pero no por eso su muerte es menos importante que otra. Lo mató el Estado con las balas que garantiza a la institución policial para que haga lo que quiera; a los policías los felicitaron los funcionarios que siguen sumando pibes a sus listas de víctimas para garantizar la “paz social”; a los funcionarios los promocionó el periodismo de derecha en los medios corporativos; a los medios corporativos los sostienen los gobiernos… Y la enumeración podría seguir.

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Notas anteriores
Por El Zumbido - Tuesday, Jul. 22, 2014 at 7:06 PM

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La policía asesinó a un chico de 24 años

13/07/2014

El destino de un pibe de barrio, de un pibe chorro. Fue el sábado a la tarde en el marco de un robo en un domicilio particular del barrio Barreneche de Neuquén Capital. En medio del operativo, los uniformados dispararon contra el joven quitándole la vida.

Por Soledad Arrieta

Rubén “Teté” Soazo residía en la toma La Familia. Como tantos otros jóvenes excluidos por el sistema de la desigualdad y el fascismo, salió a robar; aparentemente lo había hecho ya en otras oportunidades. Pertenecía a una de esas bandas “identificadas” con nombre y por “delitos”.

Sucedió cerca de las siete de la tarde en el barrio Barreneche, cuando el joven entró a un domicilio con intenciones de sustraer dinero a una pareja mayor. Estaba armado, es cierto, pero no usó su arma, como sí lo hicieron los miembros de la fuerza arremetiendo siempre contra los mismos objetivos. No se encontraron vainas del arma que portaba Suazo en la escena.

Cuando los uniformados llegaron, Soazo salió utilizando al rehén como escudo, pero inmediatamente lo soltó y recibió tres disparos a una distancia menor a los tres metros, de los cuales uno fue letal. Murió tras desangrarse en el piso, en la ambulancia.

Ninguno de los policías, que pertenecen a la comisaría 12, fue herido.

Los medios hablan de un “delincuente abatido”, y el término “víctima” lo aplican únicamente a la pareja dueña de la propiedad asaltada. También subrayan que Soazo había estado implicado en otros homicidios, aunque fue absuelto, aportando siempre al alimento de prejuicios.

La policía volvió a matar a un pibe en Neuquén. Un pibe de 24 años, atacado a golpes por el sistema y la sociedad y ultimado por las balas del Estado, que siempre da la misma respuesta.

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Estigmatiza, divide y reinarás

14/07/2014

El jefe de policía Raúl Laserna hizo declaraciones de lo más penosas esta mañana en el programa Línea Abierta con Francisco Casado. Justificó el asesinato policial del joven Rubén Soazo, acribillado el sábado por uniformados en el marco de un robo en el barrio Barreneche. “Hay que ponerse los zapatos de estos muchachos y la verdad que a mí me llena de orgullo la actuación que han tenido”, confesó.

Soazo fue baleado tres veces por policías de la Comisaría 12 este sábado, cerca de las 19, en el interior de una vivienda a la cual había ingresado a robar. Uno de los disparos fue letal.

Los uniformados no fueron demorados, pese a que así lo aseguró la primera versión, aunque se comprobó que no se trató de un “enfrentamiento” –la víctima jamás disparó-, sino concretamente de un asesinato. Ambos se encuentran cumpliendo con tareas administrativas dentro de las fuerzas.

El jefe de la policía Raúl Laserna, se dedicó esta mañana a estigmatizar la situación familiar del joven asesinado por sus subordinados. Dijo que “si sumamos todos los antecedentes de toda esta gente estamos hablando de 60, 70 hechos más o menos”, en relación a los antecedentes delictivos. “En cada uno de estos 60 hechos la policía hizo todas las actuaciones”, remarcó. Habló de la situación de todos los integrantes y arremetió contra la madre –jefa de familia- diciendo que su contención siempre fue “nula”, desligando el rol del Estado, aunque sostuvo que con los menores “todavía” se puede hacer algo.

“Lamentablemente tuvimos este caso de Rubén que falleció en ocasión de procedimiento en barrio Barreneche”, describió el jefe de policía y agregó que “el resto de sus hermanos, todos mayores, su modo de vida es el delito”, como si esto justificara las balas estatales que se acumularon en el cuerpo del joven de 24 años: “a ninguno se le ocurre por ahí comenzar a trabajar, a estudiar o algo que se parezca. Ellos han crecido en ese ambiente y lamentablemente, a mi juicio, esto es una apreciación muy personal, es muy difícil a esta altura que se separen de esta vida, la vida del delito, ¿no?” Laserna obvia que “la vida del delito” no es una opción, y obvia también que no se les puede “ocurrir” trabajar o estudiar, porque están completamente excluidos de ese ámbito, exclusión que por cierto se agudiza para ese sector social con declaraciones públicas como esta.

En relación a la actuación homicida de los uniformados, el funcionario consideró “nunca más oportuna la presencia de los efectivos en el lugar, porque de entrada presentó muchísima violencia, el muchacho este estaba con el arma, estaba con proyectiles, con disponibilidad de disparo, fue in crescendo el grado de violencia a medida que se posicionó en el lugar, no alcanzó con la billetera quería más dinero, es decir que hubiésemos tenido posiblemente una tragedia aún mayor si no hubiese llegado la cuadrícula que, dicho sea de paso, así como muchas veces se ha criticado la cuadrícula no llega, en este caso a mí juicio, no sé si no salvó la vida a este matrimonio”. Para Laserna, la vida del matrimonio, contra la que Suazo jamás atentó –recordemos que si bien estaba armado no emitió un solo disparo ni contra ellos ni contra los policías- vale mucho más que la arrebatada al joven que apenas comenzaba a vivir.

Laserna aseguró que los asesinos nunca estuvieron detenidos: “una vez que se secuestraron las armas reglamentarias de los efectivos para ser periciadas, a los efectivos inmediatamente se les dio la libertad, nosotros les hemos puestos atención psicológica de profesionales de la policía, y también hemos puesto abogado de la policía para que den los repartos que tengan que dar”.

Como frutilla del postre, el jefe de policía dijo “la actuación fue altamente profesional, aún con el resultado final, pero fue un hecho donde realmente estuvo en juego la vida de estos jóvenes policías y ellos estuvieron a la altura de la circunstancia” y agregó que “hay que ponerse los zapatos de estos muchachos y la verdad que a mí me llenan de orgullo la actuación que han tenido”.

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