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(documental) TPB AFK: The Pirate Bay Lejos del Teclado
Por (reenvio) Simon Klose - Wednesday, Jul. 23, 2014 at 5:53 AM

El documental TPB AFK: The Pirate Bay Away From Keyboard está basado en las vidas de los tres creadores de The Pirate Bay (un tracker) - Peter Sunde, Fredrik Neij, y Gottfrid Svartholm. La filmación comenzó en el verano del 2008, un tiempo después de haber iniciado el proceso en contra de The Pirate Bay y se concluyó el 25 de agosto del 2012. La película incluye escenas cuando los tres fueron activamente parte del sitio, un extracto de la película salió a la luz en el 2009. El filme también sigue de cerca los acontecimientos que suceden durante el proceso judicial en contra de The Pirate Bay. Duración: 82 minutos.

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TPB AFK: El documental de The Pirate Bay
Por (reenvio) Álvaro Ibañez 'Alvy - Wednesday, Jul. 23, 2014 at 5:59 AM

12-2-2013 / Cuenta la historia del popular buscador de enlaces P2P. Sus fundadores fueron condenados a multas millonarias y pasaron una temporada en prisión. El documental se puede ver completo en internet o descargarlo, ya con subtítulos en español.

La historia de The Pirate Bay, uno de los más populares y mayores -sino el más grande- buscadores de enlaces P2P es sin duda curiosa. Millones de personas de todo el mundo lo han utilizado y lo utilizan todavía hoy en día para intercambiar mediante software P2P y el protocolo llamado BitTorrent archivos de todo tipo, especialmente películas.

Nacido en 2003, The Pirate Bay vivió prácticamente una década convulsa hasta que finalmente sus fundadores acabaron pasado una temporada en prisión -a lo que habría que añadir la losa de unas multas millonarias-. Ahora este documental rodado durante los últimos años muestra parte de esa historia con imágenes de sus protagonistas.

El trabajo del director Simon Klose se titula TPB AFK, siglas que hacen referencia a The Pirate Bay: Away From Keyboard. Lo primero es el nombre del sitio web protagonista de las andanzas de estos amigos suecos que se conocieron por internet. Lo segundo, una expresión habitual de los chats que significa 'lejos del teclado': sirve para indicar que una persona está "en el mundo real" en vez de en las redes o delante de ordenador. Aunque como claramente explican en el documental, para estos jóvenes "ambos mundos sean igual de reales".

El documental es una narración centrada en el juicio que se celebró en Suecia, propiciado por la industria de Hollywood: Warner Bros, MGM, Fox, etc. Aprovechando ese hilo conductor se describe cómo se conocieron los protagonistas, cómo se tomaban las decisiones, cómo era el trabajo del día a día y algunos otros detalles de la historia.

La historia se centra en tres hackers -que es la forma apropiada de denominar a los "expertos apasionados por la tecnología, capaces de hacer cosas maravillosas con ella"-. Todos ellos son suecos: Fredrik Neij, Peter Sunde y Gottfrid Svartholm. Un cuarto personaje (Carl Lundström, el socio capitalista) no aparece por iniciativa propia, aunque también fue condenado en el juicio. Junto a ellos, toda una serie de abogados, amigos y algunos familiares.

Como en casi todo en la vida, quienes para algunos son héroes para otros son villanos. En el documental quedan claras dos cosas: primero, que los protagonistas de la historia crearon y mantuvieron en funcionamiento The Pirate Bay simplemente por el placer de hacerlo, por el reto tecnológico que suponía coordinar millones de máquinas en una gigantesca red capaz de hacerlas compartir datos unas con otras -un montaje que en sus últimas versiones cabía en un armario de un centro de proceso de datos de un proveedor de Internet-.

Y segundo, que para la industria de Hollywood quien hace ese tipo de cosas a sabiendas de qué se están usando "para hacer el mal" es culpable de enriquecerse con el trabajo ajeno -en este caso violando el copyright de las películas y causando un perjuicio económico del que además se aprovechaban para obtener ingresos-.

Un juicio rápido y aplastante

El final de la historia es bien conocido: la industria de Hollywood reclamó daños y perjuicios por valor de muchos millones de euros y ganó. Como en otros casos similares, se hizo un cálculo de los ingresos que generaba The Pirate Bay y se reclamaron cantidades en base a eso. Tal vez si sus creadores no hubieran sucumbido a la tentación de llenar las páginas de The Pirate Bay de publicidad mayoritariamente pornográfica y engañosa –algo habitual en este tipo de sitios– la historia de su proyecto sido muy distinta.

Además de la multa a los protagonistas de la historia les cayó cerca de un año de cárcel a cada uno. Tras las habituales apelaciones las penas se redujeron a unos cuantos meses. Uno de ellos (Svartholm) no fue condenado en ese juicio, pero fue detenido en Camboya y deportado a Suecia –donde todavía está a la espera de juicio– por otros delitos informáticos graves, incluyendo presuntamente crackear los ordenadores de la Agencia Tributaria Sueca. Todavía está esperando el juicio, que se celebrará en los próximos meses.

En el documental se descubren algunos datos curiosos, como que todos los protagonistas se conocieron a través del chat, o que sus vidas son relativamente comunes tirando a humildes -e incluso podríamos decir que aburridas-; nada que ver con los excéntricos millonarios de otros proyectos de Internet o lo que algunos imaginan tras haber conocido a Kim Dotcom de Megaupload.

A pesar de sus típicos perfiles de ¡genios informáticos' tampoco se muestran especialmente antisociales, aunque sus declaraciones en el juicio son más bien de pobre calidad, muy desafiantes y seguramente no les aportaron nada bueno.

En medio de todo este asunto se mezclan además diversas situaciones rocambolescas como una redada en la que les confiscaron todos los servidores o la duplicación de máquinas y reubicación en diversos ISP -incluyendo uno bajo una montaña a prueba de ataques nucleares- para evitar problemas futuros. También se habla de la peculiar relación de The Pirate Bay con WikiLeaks, proyecto al que apoyaron con su plataforma para garantizar que la información pudiera fluir libremente a pesar de que el sitio original fuera desactivado.

Juego de hackers

En el documental queda claro que para los protagonistas de la historia, todo esto es sumamente importante para sus vidas pero lo tratan como un juego más: un reto, "tácticas de guerrilla informática" según ellos mismos dicen: mover máquinas de unos sitios a otro para evitar el cierre inminente o los bloqueos, contratar varios proveedores, mejorar los sistemas. "Si quienes nos persiguen supieran que quienes organizamos todo esto en realidad no somos más que tres tipos hablando por chat se llevarían una sorpresa", confiesan en un momento dado.

Y es que en el documental no puede evitarse ver el lado humano del asunto: cómo ese juego que para muchos es virtual pero para ellos es real acaba aplastándoles con la misma crudeza de la realidad misma. Son hackers, son genios, son para algunos incluso héroes. Pueden mantener millones de ordenadores interconectados, pero no pueden hackear la máquina de la Justicia. Tras intentar todos los recursos y recovecos legales -en ocasiones casi de forma infantil- el tiempo pasa y la sentencia llega. Game Over.

Ellos mismos son conscientes de sus debilidades y se confiesan: "En todo este tiempo hemos intentado organizarnos, pero hemos fracasado miserablemente". Y cuando llega el final, se da a conocer el veredicto y se pierden las apelaciones, llegan también los reproches y se ven los problemas: a uno de ellos le acusan de ser quien gestionaba los mensajes de correo y no haber cifrado con clave nunca jamás ninguno de ellos -algo sencillamente inconcebible-; de otro dicen que "cuando se toma dos cervezas se pone increíblemente borde; el problema es que se toma esas dos cervezas todos los días".

Un trabajo hecho con amor al arte

La labor que hay detrás de TPB AFK es toda una obra por amor al arte, a la que se ha dedicado mucho tiempo. Simon Klose movió una campaña de financiación colectiva para arrancarlo. Además de eso consiguió una subvención gubernamental, y por menos de 100.000 euros ha podido completar el trabajo.

Como casi no podía ser de otra forma, TPB AFK se distribuye con una licencia libre Creative Commons, lo que significa que se puede ver, copiar y redistribuir libremente – y además sin tener que pagar por ello. Quienes lo prefieran también pueden verlo a través de streaming a precios populares e incluso comprar una copia física en DVD. Para descargarlo en alta calidad basta tener un programa de descarga de ficheros torrents y seguir este enlace:

TPB AFK: The Pirate Bay - Away From Keyboard

El documental también se puede ver en YouTube y otras plataformas de vídeo. Está disponible con subtítulos en inglés, español y en otros idiomas. En sus primeros días ya ha alcanzado más de un millón de descargas según la página oficial, TPBAFK.tv, donde además se puede encontrar mucha más información.

fuente http://www.rtve.es/noticias/20130212/tpb-afk-documental-the-pirate-bay/607883.shtml

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