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Donnelley, pequeños pasos que son gigantes
Por Insurrectos para el Futuro - Thursday, Aug. 14, 2014 at 9:59 PM

14 de Agosto de 2014

Pequeños pasos que son gigantes. Las sensaciones que recorren el cuerpo no son las mismas, son hermosas. Se abre la puerta, la de siempre, pero esta vez los recibe un compañero de trabajo con un abrazo fuerte, es un encuentro feliz. El pecho queda chico, algunos no pueden contener la emoción, se empañan los ojos, las sonrisas florecen y como en tantas otras luchas están unidos, juntos, codo a codo. Ya nada será igual. Menos todavía lo que se siente en el aire, no hay jefes, gerentes ni patrones, sólo trabajadores (como debe ser). El sentimiento de libertad se entremezcla con la fuerza que indica que “si, se puede, lo estamos haciendo”. Llegan a sus puestos, los cruces de miradas cómplices abundan, una nueva jornada laboral, pero no la tediosa y rutinaria, quizás con días sin dormir, pero sobran energías para llevar adelante el trabajo porque el objetivo de la producción no es para que un puñado de yanquis acumule mas riquezas, sino para que la fábrica bajo control de los trabajadores funcione, cuide las fuentes de trabajo y sea un ejemplo para el resto de los trabajadores del mundo.

Acuerdos, diferencias, discusiones, enojos, dudas, todo se expone en la asamblea, se debate, se vota, se lleva adelante. Es el método que asusta a empresarios, sindicalistas vendidos y gobernantes. Es el método que convirtió una detestable hoja A4 que anunciaba el cierre de la planta y un 0800 con una contestadora que repite que hablen con un juez y esperen noticias, en un sueño, en un escenario que se soñaba despierto frente a cada ataque, amenaza de despido y hartazgo de la explotación, que fue parte de innumerables charlas con mate o cerveza, en el bondi o en los pasillos lejos de los vigilantes.

Pero estas ideas no caen del cielo. Un fantasma recorría los depósitos de Donnelley, era el fantasma de Zanon que estaba al acecho, detrás de las bobinas de papel, esperando su oportunidad. La cerámica Zanon (FaSinPat) es el emblema actual de un programa histórico que Trotsky incluía en el programa de transición: “control obrero de la producción” y agregaba que el control obrero pasará a sería escuela de la economía planificada. A través de la experiencia del control, el proletariado se preparará para dirigir directamente la industria nacionalizada para cuando llegue el momento.” Tampoco a él se le ocurrió de la nada sino que fueron conclusiones extraídas de las mas avanzadas experiencias del movimiento obrero para dar repuestas a ataques. En la actualidad, es una salida válida frente a las suspensiones, despidos y cierres que debe expandirse como opción a tener en cuenta, de acuerdo a la relación de fuerzas, para ponerse en práctica como lo fue hace poco en la Cerámica Neuquén.

Gramsci decía “Las comisiones internas son órganos de democracia obrera que hay que liberar de las limitaciones impuestas por los empresarios y a los que hay que infundir vida nueva y energía. Hoy las comisiones internas limitan el poder del capitalista en la fábrica y cumplen funciones de arbitraje y disciplina. Desarrolladas y enriquecidas, tendrán que ser mañana los órganos del poder proletario que sustituirá al capitalista en todas sus funciones útiles de dirección y de administración.”

La historia de la comisión interna, de los trabajadores de Donnelley y la agrupación bordó gráfica (PTS + independientes) es un ejemplo: organización clandestina para recuperar la comisión interna, el impulso de la “Comisión de Mujeres”, el método de la asamblea, la lucha contra el trabajo precarizado, las discusiones contra el machismo y la xenofobia, la unidad y apoyo con otros trabajadores, la solidaridad con causas obreras importante como la absolución a lo petroleros de las Heras, luchas contra despidos, organización paciente para algún día recuperar el gremio para los trabajadores, discusiones políticas, participaciones en encuentros combativos y en un centenar de elementos mas que harían este post interminable. Ahora también se vienen manejando de una manera inteligente y profesional, como lo expresa Eduardo Ayala en esta nota: “Sabemos que la patronal yanqui maniobra todo el tiempo: los alambres de púa, las rejas en puertas y ventanas, el intento de sacar la materia prima impedida por los obreros, el desvío de la producción a otros talleres. Todos intentos de amedrentarnos, dividirnos, crear un clima de terror. Pero los trabajadores cada vez fuimos participando más de las acciones, los bloqueos a otras imprentas, pasando por la fábrica a conocer las novedades.”

En la puerta de Donnelley se hizo presente la izquierda que viene siendo participe activa, especialmente el PTS, en desarrollar al máximo este rico proceso de organización, combate e independencia de los trabajadores. Estuvieron las comisiones internas que siguen este camino, como los obreros y obreras de Lear que dieron un paso importante al lograr reingresar a sus delegados elegidos por el 70% de la fábrica y cuya lucha continúa hasta que todos los despedidos entren. 

Todo esto, le molesta y no le cabe ni un poco al peronismo: el SMATA amenaza al estilo AAA, Capitanich ataca a la izquierda con su macartismo de manual, Diani Conti se pone nerviosa, intolerante y censura a los diputados del FIT, Berni se transforma en gerente de la empresa y conductor de las represiones, el gobierno deja pasar despidos y suspensiones, saca planes insuficientes que favorecen a empresarios, sus paladines del discurso nacional y popular como Artemio y 678 se ubican a la derecha de la realidad y ninguno, pero ninguno propone un programa para enfrentar los despidos, cierres y suspensiones. Por eso molesta tanto la izquierda y el nuevo sector de trabajadores combativos, porque estamos dispuestos a dejar todo para que cada lucha triunfe, no basándonos en sus reglas, leyes y códigos morales sino en la basta experiencia del movimiento obrero para llevar adelante un lema que esta calando profundo: ¡Familias en la calle, NUNCA MAS!

De esta lucha es parte nuestro compañero Pollo, dirigente del PTS y obrero gráfico de Donnelley. Palabras de Eduardo: “la asamblea terminó contando el último parte médico de nuestro compañero “Pollo”, que se encuentra internado luego de sufrir un accidente brutal con grandes quemaduras. La lucha de Donnelley es la lucha del Pollo, como la lucha del Pollo es la lucha de todos los trabajadores de Donnelley.”

Luigi, trabajador de peaje

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