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La lucha por la educación y contra el ajuste, en Rosario y en el país
Por Hector Ghioldi - Monday, Aug. 18, 2014 at 7:00 PM
ghioldihector@outlook.com

¿ALGUNAS COSAS PODRÍAN FUNCIONAR MEJOR?

A pesar de la crisis del gobierno y el descrédito de la burocracia sindical, muchas cosas no resultan fáciles. Así como no resulta fácil en Rosario una gran movida por la educación pública; tampoco es fácil en el país parar los ajustes.
El cierto divorcio entre Cta Micheli-Nueva Izquierda y el Frente de Izquierda es algo que no ayuda al campo popular a superar las dificultades.
Hay instancias de unidad de acción que no se optimizan o no se intentan. Si se permite que las diferencias pesen más que las coincidencias, nunca será posible intentar por ejemplo dar ciertas respuestas político gremiales medianamente novedosas que podrían estar planteadas para “romper el cerco” de la burocracia :

1-Imaginemos que con una alianza de agrupaciones diversas ganamos un sindicato local, delegación, filial, etc. Seguramente ello amerita instalar de inmediato una análoga alianza o unidad de agrupaciones a nivel provincial, nacional, etc, para extenderse en ámbitos más grandes de ese gremio. Incluso antes aún de que se gane una filial, los trabajadores necesitamos la unidad de acción sin egoísmos de las agrupaciones de los clasistas, de los combativos, de los antiburocráticos, etc.
2-Defendemos y practicamos la gran herramienta de la democracia sindical, el voto directo de las bases ¿Es el arma infalible? No, porque si alentamos paros pisando demasiado el acelerador en votaciones divididas (o cuando el ambiente es medio confuso, o no es de alza) las cosas salen mal. Pero aún en situaciones de bajón, siempre se puede hacer votar algo menos arriesgado y que fortalece. Por ejemplo hacer votar allí donde podamos (aún saltándonos la organicidad) si es que exigimos reapertura de la discusión salarial. Cuando la burocracia y su gente digan “No voten eso”, o “No es orgánico, no es válido”, entonces se debilitan ellos y nos fortalecemos nosotros.
3-¿Qué tal instalar una convocatoria nacional amplia, una movida de gremios, agrupaciones, organizaciones populares de todo tipo (políticas, independientes, etc.), y que sea contra los ajustes, por el sueldo, la educación, etc. Su programa : Las dos o tres coincidencias principales que hacen en el momento a los intereses de los trabajadores y el campo popular. ¿Y los programas más puntillosos, más exigentes? “Aplaudimos que a la vez cada organización tenga el suyo propio; pero esto es por las coincidencias”.
Que Moyano (o el Ubaldini de turno) de pronto tenga a su izquierda una movida contundente y cohesionada (aunque no sea orgánica) que incluya ctas opositoras, frentes de izquierda, y muchos, muchos más (incluso a veces apareciéndosele como un aliado no deseado y peligroso).
4-Hay una receta sindical básica de los clasistas (una secuencia de objetivos): delegados-comisión interna-lista sindical; la cual está muy bien. Pero en la CGT (y en general en lo que no es estatal) casi nunca se gana un sindicato (ni se acorrala realmente a la burocracia). Hay una receta más : “Coordinadoras” (de organismos en los que se ha hecho pie, coordinados con definiciones programáticas y con pretensión de funcionar orgánicamente). Las coordinadoras también están muy bien. Es decir, si tenemos seis o siete sindicatos y no muy dispersos, les empiezo a creer. ¿Y las multisectoriales? Como ya vimos son convocatorias más amplias, locales, no sólo de gremios, también para agrupaciones, y para organizaciones de todo tipo. Darles contenido es no sólo instalarlas sino convocar hacia todos los sectores, e incluso comprometer a sectores de la burocracia local que a veces no puede evitar ser llevada a engrosar esa movida. El caso es que “Coordinadoras” y “Multisectoriales” no se excluyen, porque unas nadan y otras caminan, pero todas pueden avanzar para el mismo lado. Pueden complementarse.

Enumeramos estas “otras herramientas posibles” y vemos cuántas posibilidades tiene la unidad de acción. La clave es “Poner las coincidencias por sobre las diferencias”. Vale decir:
Si los del Frente de Izquierda dicen “En la huelga de docentes bonaerenses Micheli siguió más los ritmos de Moyano que los de la lucha; y su apoyo a los de Salta también se demoró bastante”, estarán tratando temas concretos. Si en cambio dicen “Aliarse con los de Micheli es convertirse en furgón de cola de la burocracia”, entonces sólo estarán diciendo que no quieren tratar seriamente el tema de la unidad de acción (donde lo que importa es que cada acción o instancia no incluya claudicaciones concretas). Cómo caracterizamos a cada aliado o potencial aliado, sirve para prever cursos de acción, no para dividir de antemano por cuestiones programáticas o ideológicas.
Si los de Cta oposit.-Nva Izq. dicen “Cuando los del Frente de Izq. hacen sus congresos obreros, no nuclean mucho más que lo que ya influenciaban. Igual está bien; pero para que la extensión sea en todos los sentidos, instalemos juntos una convocatoria amplia”, entonces estarán tratando algo mucho más concreto que la chicana de sólo decir “Son sectarios y construyen en el aire”.
Ahora el tema es “cómo se para el próximo ajuste (y lo que aún está en curso del ajuste reciente)”, y “cómo se acorrala a la burocracia, y cómo se le manotea al menos una rienda al Ubaldini de turno (actualmente Moyano)”.
Para eso hacen falta más (o mejorar las) herramientas político gremiales. ¿Será este planteo una “desviación sindicalista”?. No, porque parar los ajustes y derrotar a la burocracia son necesidades importantes, y de gran contenido político de los trabajadores (no meramente reivindicativas). Y acá y en todo el mundo las burocracias siguen garantizando los ajustes, e incluso que los trabajadores no irrumpan en los quilombos de hoy (¿Medio Oriente? ¿España?....¿y qué tal Argentina 2002?).
Lamentablemente siempre decimos “Tenemos bastantes fuerzas gremiales, sólo un poco minoritarias”. De hecho las sobreestimamos, y luego esperamos que nuestro programa político acertado compensará toda limitación y nos ubicará en el podio. Así es como ni siquiera paramos los ajustes. Claro que son imprescindibles las vanguardias políticas; pero no llegan a todos los lugares. Y en tiempos modernos parece que también hacen falta “vanguardias político gremiales” (las cuales para ser “verdaderas” no pueden ser sólo “incipientes”). ¿Será que si la burocracia sigue controlando a un ochenta y cinco o noventa por ciento de los trabajadores, entonces no tenemos todavía una nueva alternativa de dirección para los trabajadores?
A lo mejor estamos en los umbrales (o casi) de una nueva alternativa de dirección, pero supongo que más nos acercaríamos con algunas actitudes y orientaciones que se corresponden con una mucho más generosa unidad de acción.



http://hectorghioldi.wordpress.com/

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