Julio López
está desaparecido
hace 6423 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Otra vez la cuestión mapuche
Por Florencia Trentini / Notas.org - Saturday, Sep. 20, 2014 at 10:46 AM

Esta semana, en el diario La Nación, Rolando Hanglin escribió una nueva nota de opinión desacreditando al Pueblo Mapuche.

Otra vez la cuestión...
mapuches1-680x365.jpg, image/jpeg, 680x365

Esta es una práctica que el periodista tiene desde hace unos años, en donde, a partir de argumentaciones totalmente perimidas en las Ciencias Sociales y Humanísticas, sostiene, básicamente, que “los mapuches son chilenos y que por lo tanto no tienen derecho sobre los territorios argentinos que reclaman”.

En una de las primeras oportunidades en que Hanglin arremetió contra los derechos del Pueblo Mapuche, un grupo de investigadores y hasta el ex decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires salió a responderle, explicando que hace décadas que existe un consenso en las disciplinas sociales y humanísticas en considerar la auto-adscripción y el carácter relacional de las identidades, así como el condicionamiento que éstas sufren por el contexto histórico en el que se expresan, construyen y reconstruyen.

Sin embargo, Hanglin prefiere seguir refiriéndose a argumentaciones discutidas y perimidas que definen a la identidad a partir de rasgos estáticos y esencialistas, que niegan la posibilidad de cambio y que hablan de pérdida cuando alguno de estos rasgos no se encuentra presente. Según esta lógica, uno es mapuche si habla la lengua y no lo es si no la habla, pero no importa tener en cuenta los procesos históricos de discriminación, negación y violencia que sufrieron estos Pueblos en el proceso de conformación del Estado argentino.

Lo problemático es que las explicaciones biologistas y esencialistas para definir las identidades continúan fuertemente presentes en el sentido común. En este contexto, no es menor que los medios masivos de comunicación presenten este tipo de notas de opinión en donde se muestra a estos nuevos planteos científicos como meros argumentos demagógicos, producto de posicionamientos políticos y lejanos a la supuesta “verdad” científica, incuestionable e indiscutible.

De esta manera, en base a un solo autor, fuertemente discutido en las ciencias antropológicas, Hanglin intenta responder a la pregunta “¿quiénes son los mapuches?” y se cuestiona si es cierto que los mapuches fueron pobladores originarios del territorio argentino, y si entonces deberíamos devolverles sus tierras, así como los ingleses deberían devolvernos las Malvinas.

Su “investigación” lo lleva a afirmar que “si se definen como mapuches, son chilenos, y si son chilenos, no tienen derecho sobre la tierra argentina”. Explica que lo que sucedió fue una “mapuchización” del Pueblo Tehuelche, verdaderos originarios del territorio argentino, y asevera -siempre siguiendo los planteos de Casamiquela- que no había ningún mapuche en Argentina en 1865 y que recién llegaron en 1890. Y remata, sosteniendo que los que escrachaban a este autor por sus planteos no eran “indigenistas en el sentido cultural, sino piqueteros. Son políticos”.

Desde la antropología, la arqueología, la historia, la etnohistoria y otras ciencias, la idea de “invasión”, “araucanización”, “mapuchización” ha sido fuertemente discutida, y de hecho, algunos estudios arqueológicos recientes dan cuenta de tempranos contactos (siglo XIII) entre los Pueblos ubicados a uno y otro lado de la Cordillera. Estos planteos conceptualizan a la Cordillera como parte de una dinámica regional y no como un límite. Así, la idea de “mapuchización” no solo desconoce estos complejos circuitos tempranos de intercambios socioeconómicos, sino que no permite explicar por qué actualmente existen comunidades y organizaciones indígenas que se definen como “mapuche-tehuelches”.

En este tipo de notas no sólo se niega el criterio científico de “auto-adscripción”, sino también el reconocimiento jurídico a este derecho, establecido en el artículo 75, inciso 17 de nuestra Constitución Nacional, en donde entre otras cuestiones se garantiza el derecho a la identidad, algo que también está presente en convenios internacionales ratificados por la Argentina.

Entonces, si como afirmaba Casamiquela, lo que hay que preguntarse es “¿qué buscan los mapuches?”, uno podría también preguntarse ¿qué buscan estas argumentaciones que niegan las discusiones y avances científicos y los derechos jurídicamente reconocidos? y podría pensarse si es casual que las mismas surjan en un contexto en que este Pueblo viene profundizando su lucha frente a variados conflictos territoriales, como resultado de diversas actividades económicas (explotaciones turísticas, inmobiliarias, forestales, de hidrocarburos convencionales y no convencionales, etc.).

Negar las discusiones científicas, las leyes vigentes y hasta la Constitución, y presentar lecturas sesgadas y descontextualizadas parece tener como único objetivo desacreditar las luchas actuales del Pueblo Mapuche en base a negar su preexistencia al Estado argentino. Con este tipo de planteos se trata de convencer a la sociedad de que lo que este Pueblo hace es “ilegal”, y aporta a continuar criminalizando la lucha por territorios y derechos.

El problema es que notas como las de La Nación se presentan como “la verdadera historia” y se amparan en una supuesta neutralidad científica, desacreditando las posibles discusiones a partir de indicar que los planteos que no coincidan con esta visión no son científicos, sino políticos. Sería importante, que sin pretender cambiar la “opinión” de los periodistas no especializados que escriben estas notas, al menos se les pidiera dejar en claro la existencia de otros posicionamientos dentro de la comunidad científica y que los medios de comunicación abordaran esta compleja temática con responsabilidad, ya que la misma actualmente genera fuertes enfrentamientos y violencia en los territorios.

Florencia Trentini – @flortrentini

agrega un comentario