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Denuncian golpiza a siete chicos alojados en el Irar
Por El Ciudadano -
Monday, Nov. 10, 2014 at 12:48 PM
Publicado el 9 noviembre 2014 | Un grupo de madres se presentó ayer en un Juzgado de Menores para dejar constancia de la situación.
Foto: Juan José García
Un grupo de madres denunció ayer por la mañana ante el Juzgado de Menores 1ª que el viernes por la noche siete chicos alojados en el Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (Irar) recibieron una fuerte golpiza por parte de los penitenciarios que se encontraban de guardia.
Según el relato de Natalia, madre de uno de los muchachos involucrados, el viernes cerca de las 19.30 recibió el llamado de un interno que le decía que acudiera al instituto de inmediato porque su hijo y otros seis chicos habían sido golpeados por los guardias del lugar. El adolescente había utilizado el llamado con el que cuentan los internos un día antes de recibir visitas. Enseguida, la mujer se puso en contacto con las madres del los otros chicos involucrados y se dirigieron a la dependencia de Saavedra y Cullen. Una vez allí pidieron ver a sus hijos, pero los guardias se negaron y argumentaron que los chicos estaban bien, “que no había nada de qué preocuparse”
“Cuando llegamos la policía se nos reía en la cara. Nosotras decidimos que nos íbamos a quedar ahí hasta poder ver que nuestros hijos estaban bien: no les creímos lo que nos dijeron porque este tipo de hechos pasan con frecuencia en el Irar”, sostuvo una de las madres consultadas por El Ciudadano. La mujer argumentó que situaciones como la de anteayer suelen ocurrir habitualmente con el mismo personal de guardia. En este sentido, las madres cargaron contra un efectivo del Servicio Penitenciario apodado Cachito.
Según esta versión, el guardia proviene de la cárcel de Coronda y tiene la costumbre de maltratar físicamente a los reclusos. De hecho, debido a este accionar, un grupo de presos de ese penal le habrían quemado la cara, marca con la que carga hoy en día, contó una de las madres a este diario.
Al respecto, Natalia relató que semanas atrás Cachito encerró a su hijo junto con otros muchachos en una celda mientras los amenazaba “tirándoles puñaladas” con un arma blanca.
Luego de varias horas de espera y de comunicaciones con la directora de la institución, Jimena Staurini –quien argumentó nuevamente que los chicos estaban bien–, pasada la medianoche Natalia fue autorizada a ingresar en nombre de todas las madres que se encontraban afuera. Una vez adentro, la mujer pudo constatar que su hijo tenía golpes en la cara, en una pierna y otras partes del cuerpo, así como los demás muchachos, contó.
Uno de los adolescentes presentaba una marca en la espalda que parecía de un golpe de garrote, añadió. Además, Natalia denunció que no les habían dado comida, agua ni los habían dejado bañarse, situación que se prolongó hasta el día siguiente.
Si bien los trabajadores del Irar se encuentran desde hace más de una semana con una medida de fuerza, con guardia mínima, que responde a un reclamo por la falta de recursos humanos en el establecimiento, (ver aparte), empleados informaron que los hechos del viernes quedaron constatados en las actas de procedimiento del instituto.
Según esta versión, anteayer hubo un procedimiento de guardia externa debido a que un grupo de reclusos, bajo el efecto de alguna sustancia, había provocado disturbios y agredido al personal de custodia. Al principio los chicos se resistieron a que la guardia ingresara, pero una vez que lo hizo todos se replegaron menos uno, al que lo hicieron reingresar a la fuerza, dijo un portavoz de los trabajadores. Más tarde, una de las madres ingresó para ver en qué condiciones estaban los muchachos y pudo ver a todos menos uno que, según la versión oficial, no quiso salir.
Ayer por la mañana, el grupo de madres acudió al Juzgado de Menores 1ª y realizó la denuncia por los hechos de la tarde anterior ante la jueza María del Carmen Musa.
Según las mujeres, la magistrada ordenó que los adolescentes fuesen revisados por un médico forense, que uno de ellos fuera llevado a un hospital y prometió a las mujeres actuar con urgencia.
“El Irar es un centro de rehabilitación, pero si funciona de esta manera no rehabilitan a nadie. A los chicos no los dejan estudiar, hacer deportes, talleres, nada. Sólo son maltratados por los guardias. Ellos generan la violencia desde ahí adentro”, concluyó una de las madres.
“Alarmante situación”
El 29 de octubre pasado, los trabajadores del Irar, nucleados en ATE, denunciaron la “alarmante situación” que atraviesa la institución, los internos y los trabajadores en relación con las condiciones de habitabilidad y trabajo: falta de recursos humanos en todas las áreas, pésimas condiciones en las que están las instalaciones, insuficiencia de recursos materiales, cíclica sobrepoblación y precariedad agravada de empleados que persisten como contratados, cuando prestan servicios esenciales. Por eso los empleados llevan adelante una medida de fuerza de reducción de la jornada laboral.
“Falta de respuestas”
En agosto pasado, las cuatro juezas de Menores de Rosario y su par de San Lorenzo ordenaron al Ejecutivo el traslado “a otro centro de detención de puertas cerradas” dependiente del Servicio Penitenciario de los chicos detenidos en el Irar, debido a las condiciones indignas en que están alojados y “ante la falta de respuestas serias en una situación ciertamente compleja”.
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