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Negrópolis
Por Periódico El Roble - Friday, Nov. 14, 2014 at 2:42 PM

14/11/2014 · 12:25 | Mientras el gobierno se vanagloria por el desarrollo científico logrado a partir del lanzamiento al espacio del satélite arsat 1, la situación de los jóvenes científicos que trabajan en Tecnópolis no “despega”. La precarización y el trabajo en negro que desarrolla el Estado.

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Un estudio elaborado por la organización internacional del trabajo (OIT) dio como resultado que el 46,8% de los trabajadores de nuestro país se hallan en la informalidad, situación que aumenta al analizar al sector de la juventud donde el porcentaje trepa al 61,6%.

La respuesta por parte del gobierno no se hizo esperar. El mismo día, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desmintió dichas cifras en un acto realizado en Tecnópolis, afirmando que tales resultados se deben a deficiencias en las metodologías empleadas y que la cifra real de trabajadores informales es del 33, 1%.

Resulta paradójico que la presidenta minimice tales cifras en el mismísimo Tecnópolis, donde más de 600 jóvenes científicos (estudiantes y graduados) realizan su labor de divulgación científica en las máximas condiciones de precariedad laboral. A partir de un convenio entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva junto a la Universidad de Buenos Aires (en particular con las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales, y Filosofía y Letras), los jóvenes científicos son seleccionados sin mediar contrato alguno ni garantizar los más mínimos derechos sociales que debe tener cualquier trabajador. Oculto bajo la figura de “colaboración” sobre la que se recibe un estipendio en concepto de “viáticos”, se precariza a los jóvenes científicos sin cumplir con los pagos en tiempo y forma, ahorrándose aportes, obra social, pago diferenciado por día feriado, reconocimiento de días de estudio y de enfermedad, y más.

Es que el trabajo en negro en Tecnópolis es moneda corriente, afectando no solo a los estudiantes y graduados de la UBA, sino también al resto del personal contratado. Un claro ejemplo de ello (pero no el único) es el caso del personal de mantenimiento y limpieza, que es contratado a través de empresas tercerizadas que pagan parte de los sueldos en negro y que han llegado a despedir trabajadores aun antes de cumplirse los tres meses “a prueba”, ahorrándose las cargas que implica la efectivización de los mismos.

Es necesario lograr la organización para que las próximas camadas de jóvenes científicos comprendan que su participación en Tecnópolis es un trabajo, y que éste debe darse en condiciones dignas. El Estado no sólo debe abocarse a una política que repatríe a científicos emigrados en tiempos de crisis, sino que también debe ocuparse de aquellos que desde nuestro suelo seguimos apostando por una ciencia al servicio del pueblo.

Hernán

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