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Persecución sindical en Metalsa: Es tan solo capitalismo
Por GAC -
Tuesday, Dec. 16, 2014 at 1:03 PM
Grupo de Aporte al Comunismo | La multinacional de origen mexicano Metalsa, con presencia en 15 países, se especializa en la provisión de estructuras a la industria automotriz. En el caso de nuestro país, es la proveedora de chasis para las terminales de pick-ups de Ford, Toyota y Volkswagen, empleando para ello a 1400 obreros en su planta de El Talar.
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En el marco de la crisis que vive la industria en el país, y el ajuste lanzado por la burguesía, la empresa ha lanzado una serie de medidas contra los trabajadores, tales como despidos o la flexibilización de horarios. Es en este contexto que el delegado Ignacio Javier Serrano Gamarra, elegido democráticamente el 13 de Septiembre de 2013 por sus compañeros por un plazo de 2 años, se opuso abiertamente a la estrategia patronal.
Tras una serie de ataques por parte de la empresa y la burocracia del sindicato metalúrgico, el gremio decidió contra sus propios estatutos desconocer el mandato del compañero, a lo que sumo una juntada de firmas, basada en aprietes y amenazas de despido (como si fuera la patronal), en el mismo sentido. Posteriormente se suspendió al compañero Serrano aduciendo que ya no era más delegado por lo cual estaba incumpliendo sus compromisos laborales.
Este hecho no es aislado, sino que se inscribe en una práctica sistemática que lleva adelante el triángulo empresas, burocracias sindicales y gobierno en el capitalismo. Ante una crisis las 3 patas refuerzan su ataque contra la cualquier oposición de los trabajadores que pueda amenazar la última razón del capitalismo: la obtención de ganancias a costa de los obreros.
En los momentos de crisis aparecen los límites del reformismo burgués. A la hora de tener que elegir sobre quién paga la crisis, siempre lo harán los trabajadores. No es casual que el ministro Tomada llame a “eliminar el virus” de la empresas (refiriéndose a los delegados combativos), o que el gobierno kirchnerista tenga por aliado a la burocracia de la UOM, porque siempre, llegado el caso, burocracias y gobiernos capitalistas deberán defender las ganancias de los capitalistas, sobre todo en ramas estratégicas de la reproducción del capital.
Es por esta razón por la que al capital y a su gobierno le sea más mucho más fácil permitir la participación en la democracia representativa burguesa que permitir la democratización del mundo sindical, que requiere enormes luchas de los trabajadores para obtenerse y está bajo constante ataque. En el ámbito de las relaciones capital-trabajo se da la lucha principal que atraviesa la sociedad, entre los patrones que quieren robar lo más posible a los trabajadores y estos que bregan por evitarlo.
Por ello, si bien es necesario usar en nuestro favor todas las herramientas legales que ofrece el Estado del enemigo, la confianza en estas herramientas no debe ser la base de la política obrera, sino la organización independiente de los trabajadores. Sabiendo que estos choques serán una constante hasta que no liquidemos el sistema capitalista, mediante el paso de la lucha de los trabajadores de un plano defensivo y sindical a un plano político y revolucionario.
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