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Perú: Aurora y Ana, guerreras y maestras de la vida
Por Zully Pinchi Ramírez - Monday, Dec. 29, 2014 at 8:38 AM
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Ana en cambio me confeso su enfermedad, cáncer también, con una frialdad de corta duración porque en seguida se le notaron las lágrimas y yo sentí una presión tan inexplicable que esa noche lloré tanto por ella, porque es una mujer extraordinaria, la admiro y hemos sido como hermanas, tuve un amanecer nublado, los ojos hinchados y mi corazón en pausa, preguntándome sin respuesta, ¿por qué?

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29-12-2014

Dicen que para los ricos la única patria es el dinero. Y su única fe, las cuentas bancarias.

Pero hoy quiero hablar de dos mujeres que me enseñaron la grandeza de la vida y de la fe, Aurora y Ana.

Aurora, una mujer muy trabajadora, madre de dos hijos, que una vez perdió a su primer amor en un accidente que le dejó una muy profunda cicatriz y que cada vez que la veo me inspira porque es una guerrera sobreviviente y muy fuerte.

De manera súbita el padre de sus hijos murió hace unos años, curiosamente su gran segundo amor también se adelantó en su partida.

Hace unos diez años fue diagnosticada con cáncer al cuello uterino y al saber la frialdad con la que el médico comentó, se deprimió como nunca antes a pesar de sus grandes pérdidas, lo había hecho.

No tenía ni SIS ni ningún otro seguro médico y aún enferma tuvo que levantarse a trabajar para sacar adelante a sus entonces menores hijos.

Al perder la esperanza, por no haber nacido en un país que pudiera apoyarla y respaldarla, puesto que todos sabemos que en muchos otros países del mundo, nadie se muere si se enferma, porque el Estado no lo permite.

Como en China a donde fui a hacer obras sociales también que los médicos son contratados para prevenir que se enferme el pueblo más que para sanarlo.

Los dolores intensos como era de esperar llegaron y aun así con toda la debilidad en sus células, no podía darse el lujo de parar.

¡Qué burla y qué parodia las estrategias políticas de aquellas mandatarios que se ufanan de sus grandes logros y cambios, si eso puede ser para las portátiles y algunos títeres de la prensa pero no para nosotros, el pueblo, no nos engañan, sabemos cuál es la realidad más allá de las falsas estadísticas hechas entre colegas a media noche!

Aurora se sometió a una riesgosa cirugía para eliminar el cáncer que la carcomía segundo a segundo, así que cuando la volví a ver, tuve la oportunidad de sonreír y decirle: "lo lograste".

Pero me quede atónita cuando sin ningún desparpajo me dijo: "fue un milagro Zully, no tenía un sol, la depresión había secuestrado mi alegría, las fuerzas se desvanecieron y se fueron como se va el tiempo y como se respira el aire, he orado casi 3 meses de rodillas en ámbitos moleculares que no te imaginas, Dios me sanó, Jesús lo hizo”.

Mis especulaciones se resistieron a creer al cien por ciento, en las bases de positivismo al escuchar las palabras de aquella mujer, a la que he llegado a querer con todos mis mejores sentimientos.

Ana en cambio me confeso su enfermedad, cáncer también, con una frialdad de corta duración porque en seguida se le notaron las lágrimas y yo sentí una presión tan inexplicable que esa noche lloré tanto por ella, porque es una mujer extraordinaria, la admiro y hemos sido como hermanas, tuve un amanecer nublado, los ojos hinchados y mi corazón en pausa, preguntándome sin respuesta, ¿por qué?

Un aviso en el periódico ofrecía servicios de brujos y hechiceros que sanaban todo tipo de enfermedades muy simple, solo había que hacer un pacto con Satanás, aquellos individuos en sus mesas de trabajo nos relataban tenían todo tipo de santos, cruces, estatuas, velas de todos los colores sin discriminar a las velas negras, calaveras y cabezas de éstas, herraduras, cruces egipcias, cruces de nerón, talismanes y todo tipo de amuletos, sábilas amarraditas con listón rojo, sin olvidar la puzanga, el pachuli y la famosa paquitina.

Las gallinas negras esperaban en fila para ser usadas como sacrificios para amon, balon o belial, ah pero un detallito siempre mencionaba a San Jerónimo, Santa Rosa, San Judas, San Antonio, Santa Marta, San Martín de Porras, y mencionaban a "un Dios", mas nunca supimos cuál era la identidad de aquel extraño Dios que por un lado ofrece sanar con los "santitos" y por otro invocaban infinitos nombres de principados, potestades, gobernadores y huestes de maldad de las legiones celestes.

Usando siempre plantas que, según ellos, harían con la magia verde grandes milagrotes.

Pero Ana fue fuerte y no sucumbió a la tentación, ella alabó, adoró, hizo vigilias, ayunos, se arrodilló orando por los días y las noches, hizo intercesión profética, leyó mil veces aquel versículo del libro de Isaías del antiguo testamento ése que explica: "que por sus llagas hemos sido curados y por sus llagas hemos sido sanados", y aquel mar de enfermedad que la llevaría a la muerte, sólo sirvió para hacerla una mujer de verdad, una mujer de roble, una dama de hierro.

Estuve a su lado en todo momento y al salir de la clínica después de su intervención quirúrgica me abrazó, lloró como una niña pequeña y me llenó de besos y me dijo: "fue Jesús de Nazaret, Zully, fue mi amado padre celestial".

Hermosas palabras que hoy, diez años después, las comparto con ustedes en fechas como estas, para que sepan que todo se puede en esta vida y estás dos mujeres fueron sanadas por su fe.

Aurora está mas sana que nunca, tiene un precioso nieto, ha tenido la dicha de ver casarse a su última hija y realizarse como mujer, salió adelante, es una exitosa empresaria y su cáncer se extinguió para siempre.

Ana tiene un hermosa hija, prosperidad, salud total, su cáncer desapareció, ella está más bella que nunca y yo las amo a las dos porque estuve a su lado en sus momentos de alegría y tristeza, en los momentos amargos y difíciles y una vez más aprendí una gran lección, los médicos nunca tienen la última palabra, no en vano los llaman "los matasanos de la nueva era".

Y lo más profundo pude ver de cerca sus "milagros de sanidad hechas por su invencible y poderoso Salvador"

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