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Hubo 328 casos de torturas en comisarías santafesinas en solo un año
Por CeProDH Rosario -
Wednesday, Jan. 07, 2015 at 9:32 AM
Miércoles 7 de enero de 2015 | Según un informe de la Defensoría de Reconquista, entre 2013 y 2014 hubo al menos 328 casos de tortura en las comisarías santafesinas. Uno cada 27 horas. Es la "narcopolicía" que dirige desde hace siete años el "socialismo" de Binner y Bonfatti.
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Constanza Villanueva
CeProDH Rosario
Foto: Secretaría de Comunicación Social
El domingo pasado, el diario Rosario 12 publicó un informe del trabajo realizado por la Defensora Regional de Reconquista sobre datos del Registro Provincial de Casos de Torturas y Abusos policiales que depende de la Defensoría Penal donde se detectaron 328 casos de torturas durante todo el año pasado. La policía santafesina no sólo encabeza anualmente el ranking nacional de casos de gatillo fácil en proporción a la cantidad de habitantes. Ahora también es oficial que de los 328 casos de torturas en el último año, 278 de ellos fueron protagonizados por uniformados que lograron mantener el anonimato en 256 oportunidades.
El trabajo fue realizado por Ariana Quiroga, de la Defensoría Regional de Reconquista, área cuya competencia pertenece a la Secretaría de Prevención contra la violencia institucional. El trabajo abarca desde el 1 de noviembre de 2013 al 15 de diciembre de 2014. El informe registra un número significativo de casos (256) donde la víctima no puede identificar a su autor porque no lleva insignia identificadora o porque suelen estar vestidos de civil.
En los casos en que el personal policial es identificado se debe a que son conocidos de la comisaría, sobre todo en los ocurridos en pueblos pequeños, que suman 72 de los 328. Entre las franjas de edad identificadas se observa que en 6 casos la víctima ha sido menor de edad entre 15 a 17 años y que el sector de personas entre 18 a 21 años es el más victimas suma. El informe destaca que se observa un alto número de registros de exceso de la fuerza física de parte del personal policial durante la detención en la vía pública al momento de la aprehensión, dentro de la comisaría y la alcaldía.
Los métodos elegidos por la Santafesina S.A
Los golpes o las golpizas son el método generalizado resultando muy dificultosa la comprobación de las lesiones ya que en la mayoría de los casos no quedan indicios de las mismas. Se han registrado casos de personas agredidas con balas de goma, casos de submarino, hechos que han ocasionado cortes, torturas con utilización de picana y ducha de agua fría. Con respecto a las afectaciones psicológicas más comunes de abuso policial el informe indica que se han registrado casos de amenazas de detención o de armado de causas, maltrato a familiares de personas privadas de libertad, de impedimento de vinculación familiar y de requisas agraviantes. Entre las restantes afectaciones más comunes se señalan la falta de atención a grupos de alto riesgo y falta de atención médica, odontológica, psicológica y acceso a medicamentos.
El reino de la impunidad
Solo el 20% de los casos han sido judicializados, en particular cuando las personas han recibido de parte de la defensa pública el asesoramiento para la formulación de la denuncia pero salvo casos puntuales, no se observa avance judicial. En relación a los casos no judicializados las víctimas han manifestado que entre las razones más comunes por las cuales deciden no hacer denuncia es porque temen represalias o creen que empeorará la situación. En la mayoría de los casos relevados, se da cuenta de que mediante el uso de fuerza física o psicológica el personal policial ha pretendido lograr una confesión o declaración autoincriminatoria.
El caso de Franco Casco, un caso testigo
El 30 de octubre de 2014 apareció el cuerpo sin vida del joven albañil de 21 años flotando en el río Paraná luego de haber sido detenido y golpeado en la Comisaría séptima de la ciudad de Rosario. El caso de Franco hoy es un caso testigo en la provincia, que producto de la fuerza y movilización de su familia con el acompañamiento de organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas, pudo salir a la luz la complicidad política, judicial y policial; se logró apartar a la justicia provincial y que hoy, bajo competencia federal, se investigue su asesinato como desaparición forzada de personas. A más de dos meses de su asesinato, ni Bonfatti ni ninguno de sus funcionarios recibió a la familia Casco, y ni un solo policía de la Comisaría Séptima fue separado. Una verdadera postal de la complicidad política con la policía asesina y torturadora.
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El caso de Franco Casco, un caso testigo
Por CeProDH Rosario -
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