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Nisman y Sergio Massa, hombres de la embajada de Estados Unidos
Por Walter - Tuesday, Jan. 20, 2015 at 7:01 PM

Nisman tenía 51 años y se desempeñaba en la causa AMIA desde 1997. Los cables diplomáticos revelados por Wikileaks exhibieron su estrecho vínculo con la Embajada de Estados Unidos. El mismo admitió su relación con el ex agente Stiuso.

¿Quien era Nisman?

El fiscal, la embajada y los servicios

Nisman fue convocado en julio de 1997 por el procurador general Nicolás Becerra para sumarse a la investigación por el atentado a la AMIA, ocurrido en 1994. Las innumerables crónicas publicadas hablan una y otra vez de dos datos que marcaron su tarea en la causa en estos años y determinaron la investigación: una “estrechísima” relación con la Embajada de Estados Unidos, lugar en el cual discutía hasta la orientación de sus investigaciones, según lo señalaron las explosivas relevaciones de los cables de Wikileaks. Y su “intensísima” y pública relación con el ahora ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) Antonio Jaime Stiuso. Una relación caracterizada como “tan intensa” que el propio Nisman solía decir que se reunían todos los días.

El vínculo con la Embajada de Estados Unidos lo marcan los cables de la diplomacia norteamericana revelados por Wikileaks y destacados por Santiago O’Donnell en los libros Argenleaks y Politileaks. Los cables describen cómo Nisman presentaba a la embajada sus proyectos de medidas en la causa; proyectos que los funcionarios aceptaban o rechazaban. También los cables mencionan varios reportes de la embajada en 2008, cuando el fiscal llegó a pedir disculpas hasta tres veces porque no les anticipó sobre los procesamientos que había ordenado para el ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, el ex comisario Jorge “Fino” Palacios y el entonces titular de la DAIA, Rubén Beraja. “Los oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”, señaló un cable del 22 de mayo de 2008. “Nisman nuevamente se disculpó (por no haber avisado a la embajada previamente su decisión) y se ofreció a sentarse con el embajador (entonces Earl Anthony Wayne) para discutir los próximos pasos.” “Los detalles de los cargos criminales contra Menem y los otros sospechosos fueron una sorpresa (...) hasta ahora tenía una relación excelente y fluida con Nisman”, detalló la embajada. Con los años, el fiscal no hizo más que dejar rastros de ese tipo de alineamiento. En la colección de cables de la embajada norteamericana en Buenos Aires hay decenas de informes de esas visitas. Desde la embajada no estaban de acuerdo con la pista siria, ni con las investigaciones de la conexión local: sólo querían que no se apartara de la investigación sobre los iraníes y que no diera elementos que pudieran cuestionar esa línea. El 27 de febrero de 2011, los norteamericanos dijeron: “No hay que orientarse a la pista siria ni a la conexión local. Seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes”.

El propio Nisman reconoció varias veces cómo intervino en esa trama su relación con Stiuso.

O’Donnell contó que Nisman fue a verlo después de la publicación de su libro para hablarle de “Jaime”. “Me dice que el trabajo está muy bien, pero que toda la información que recibe se la da Stiuso. También lo reconoció en otros lados. Me dijo que toda la información se la pasaba Stiuso porque era el que tenía contacto con los servicios secretos de Estados Unidos y de Israel”, la CIA y el Mossad. Y agregó: “Decía que Stiuso le traía la información en crudo y él veía lo que podía corroborar para convertirlo en prueba”. Y, dijo, Stiuso era un agente muy poderoso.

De Tribunales a la AMIA

Nisman dio sus primeros pasos judiciales en Morón. Era íntimo amigo de Mario Kohan, el juez del Tribunal de Casación de la provincia, muy cercano a Sergio Massa, otro hombre de la Embajada de EEUU. Estuvo con el juez Juan María Ramos Padilla y con Guillermo Montenegro, cuando el actual ministro de Seguridad de Mauricio Macri fue secretario de juzgado. Luego recaló como secretario del juez Gerardo Larrambebere, que tuvo a cargo el expediente por el ataque del Movimiento Todos por la Patria al cuartel de La Tablada, en la década del ‘80. Los periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg, contaron que el magistrado le asignó a Nisman la investigación de los casos de Iván Ruiz y José Díaz, brutalmente torturados y vistos por última vez en un Falcon, donde se los llevaron de civil. En el libro explican que el joven secretario y el juez apoyaron la versión oficial del Ejército de que habían muerto en combate. Larrambebere fue denunciado años después por los querellantes del juicio por los crímenes de lesa humanidad en el Hospital Posadas porque “no estaba en condiciones de garantizar imparcialidad”.

Las pruebas de Nisman y su relación con la Embajada

En la fallida sesión en el Congreso, el fiscal Nisman iba a dar argumentos para avanzar con la imputación a funcionarios públicos. Más allá de la denuncia pública y la aseveración de tener escuchas y diálogos que probaban un encubrimiento del Gobierno a la investigación, éstas no fueron conocidas aún.

La denuncia de Nisman se hizo en plena disputa de los agentes del Servicio de Inteligencia argentina, luego del desplazamiento del espía Stiusso. Para profundizar en el vínculo entre el fiscal que investigaba la AMIA, los funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Argentina y el sector de Stiusso en la SI, desplazado en los últimos tiempos, se hace imprescindible releer el trabajo realizado por Santiago O’ Donell al respecto:http://santiagoodonnell.blogspot.com.ar/2015_01_01_archive.html#3806932764563974838

El fallecido apareció involucrado en diálogos constantes e intensos con la Embajada estadounidense y el FBI según las revelaciones de Wikileaks de archivos confidenciales, donde el fiscal rendía cuentas ante las autoridades norteamericanas sobre sus pasos en la causa AMIA y la tarea de centrar sus esfuerzos en la “pista iraní”, en desmedro de “la pista siria”.

El kirchnerismo avaló la centralidad de la “pista iraní” y la información de Stiusso, la inteligencia norteamericana e israelí por un largo tiempo. De hecho Antonio “Jaime” Stiusso lleva muchos años en los servicios de inteligencia. Fue desplazado poco antes del inicio del gobierno de Néstor Kirchner y regresó, de su mano, a la SIDE. El ex presidente lo designó para trabajar con Nisman en la investigación del atentado a la AMIA y, finalmente, el Gobierno ordenó su salida ante su enfrentamiento con el jefe del Ejército, César Milani.

Nisman y la embajada

Durante una década, los expedientes que investigaba Nisman navegaron en las turbulencias de la coyuntura política. En 2006 acusó al gobierno iraní de planificar el atentado, y al Hezbollah de ejecutarlo. Cuando WikiLeaks sacó a la luz los cables secretos del Departamento de Estado norteamericano, quedó desnuda la relación estrecha del fiscal con la embajada de Estados Unidos, que lo llevó muchas veces a anticipar sus pasos en el expediente con los diplomáticos. Aquello dio nuevos elementos para entender la pista iraní que Nisman siguió con tanto ahínco y favorecía los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

Parte de su actuación en la causa, fue reconstruida en el libro “PolitiLeaks, todo lo que la política argentina quiso esconder”, del periodista Santiago O’Donnell, a través de centenares de cables secretos que la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires enviaba al Departamento de Estado norteamericano. O’Donnell contó que el Sobre todo, la pista iraní que

La situación quedó patente el 22 de mayo del año 2008. El despacho de Buenos Aires a Washington decía: “Los Oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al Fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”. Ese mismo día, Nisman había pedido al juez federal Ariel Lijo la detención e indagatoria del ex presidente Carlos Menem, de su hermano Munir –ya fallecido–, del entonces titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, y su segundo Juan Carlos Anchezar, del magistrado Juan José Galeano y del ex comisario Jorge Palacios, por encubrir el atentado.

Al contrario de lo que solía hacer, Nisman no informó de aquella movida a la embajada. En los cables que envió la embajada ese mes de mayo de 2008, los diplomáticos reportaron que Nisman había pedido disculpas por no haber anticipado los pedidos de detención. Tuvieron que enviar tres cables para ampliar el reporte, por la cantidad de veces que el fiscal insistió con sus disculpas.

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Es más....
Por (@@@) - Tuesday, Jan. 20, 2015 at 8:48 PM

Muy buena la nota.
Desde su nombramiento al frente de la causa AMIA, Nisman ocultó a Néstor Kirchner y a las autoridades politicas nacionales su amistad personal con Jaime Stiuso, el monje negro n°1 de los $ervi$ que encubre a los verdaderos asesinos y gobierna "la casa" por mandato del norte.
Nada más fácil que este desesperante suicidio inducido por sus cómplices, para tirarle un muerto (tan mediático) al gobierno.

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