Julio López
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18F: los sonidos del silencio en la marcha por Nisman
Por reenvío lavaca - Thursday, Feb. 19, 2015 at 8:35 AM

Se realizó la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman. Los convocantes, la gente que fue, los diálogos, los silencios y las sorpresas. Las otras voces sobre el tema, fuera del cuadrilátero gobierno-oposición: derechos humanos del presente (Vanesa Orieta), la palabra del pueblo mapuche (Jorge Nawel), Esquel (Marta Sahores) y la mirada de una educadora, Cristina Devita.

Diez minutos antes de las 6 de la tarde, hora convocada para la marcha en homenaje al fiscal Alberto Nisman convocada por un puñado de sus colegas, se largó la lluvia. Una dama sin edad, coqueta con su paraguas rosa, se resignó: “Es la maldición kirchnerista”. Alguien dijo: “Ojalá que se vayan”, pero ella contestó: “No, acá no vinimos para que se vayan. Que se queden hasta el último día, porque si se van antes encima van a presentarse como víctimas”. El paraguas rosa se sacudía con cada palabra, amenazando ojos ajenos.

La Policía Metropolitana cotizó generosamente la marcha en 400.000 personas, y la Federal calculó mezquinamente 50.000. El oficialismo le rebaja el tamaño, pero si la marcha hubiese sido propia, y bajo la lluvia, hubiera sido catalogada como una epopeya griega.

Hubo ciertas geometrías: un recorrido recto desde Congreso a Plaza de Mayo, un cuadrado o corralito dentro del cual caminaron los convocantes, lluvia oblicua, fiscales y políticos sinuosos.

Fue visible cierta homogeneidad social relacionada con ese enigma llamado clase media. Y fue notable también la enorme presencia del abanico generacional que va desde el medio siglo de vida hasta la tercera edad.

Salvo excepciones, los jóvenes de la marcha representaron una minoría que no bajaba de 40 o 45 años. Y la mayoría de veteranas y veteranos aguantaron la lluvia persistente bajo la lenta marcha de 10 cuadras. Hubo relativo silencio, algunas veces se cantó el Himno, algunas veces se gritó “justicia” y otras “Nisman”. En muchos momentos se masificó un prolongado aplauso.

Verónica, que trabaja en una empresa marítima: “Este acto es impresionante y ordenado. Vinimos a rendir homenaje a un fiscal. El gobierno no lo hizo, y hasta la Presidenta pareció burlarse al decir que dejaba el silencio para la marcha y la alegría para el gobierno. No entiendo la alegría cuando estamos hablando de una muerte”.

Los bares, incluido Mu.Punto de Encuentro, fueron refugio para algunos que huían del primer aguacero fuerte. Diálogo de dos hombres canosos:

-Vamos a ver, con esta marcha, qué hace la cerda.

-¿La cerda? No, no, nosotros la llamamos de formas peores.

-Uy, perdón, no soy de acá, vine del campo, entonces soy más delicado.

Un par de señoras se sacudían el agua. La que tenía más botox dijo: “Increíble, no había taxi para venir. Tuvimos que llegar en subte”. Asombrada, aunque sin poder estirar más las cejas, reveló: “Yo no sabía. ¿Vos viste el calor que hace ahí abajo en el subte? ¿Cómo hace la gente para viajar?”

En la vereda de Avenida de Mayo al 1400 una señora sub 60 con smartphone y paraguas al tono reclamaba: “Roberto, venime a buscar”. Silencio. “¿Y qué subte me decís que tome, Roberto?”. Silencio. “No, nunca ando por estos lugares Roberto. Vení por favor”. Habrá que resetear la idea de que la Argentina termina en la General Paz: tal vez haya encogido y finalice en Rivadavia. No se supo si Roberto logró zafar del reclamo telefónico.

A los 15 minutos de iniciada la lluvia, Jorge ya estaba vendiendo bolsas de plástico que servían como poncho-piloto a 20 pesos, y su compañero Diego tenía en la mano derecha un revoltijo de billetes mojados que no alcanzaba a guardar, cual personaje de Breaking Bad. “La embocamos con los pilotos. ¿La marcha? No me interesa nada. Yo vine a vender”.

La marcha era lenta, encabezada por una camioneta de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN). El copiloto a cargo del micrófono planteaba: “Ciudadanas, ciudadanos, este acto es de todos, demostremos que podemos marchar en paz y unidos por el fiscal Pablo Nisman”, en referencia a Alberto Nisman. “Ciudadanas, ciudadanos, el acto es de todos, pero córranse por favor que no podemos pasar, y cuidado con la camioneta”.

Unos metros más atrás se acercaba el corralito de los fiscales convocantes. Un señor con sus lentes y sus bigotes blancos mojados: “¿Por qué van ahí separándose del resto? ¿Qué tenemos, sarna?” Su señora, al lado: “Está perfecto”, dijo, y al tenerlos cerca les gritó: “¡Fuerza fiscales!” Los citados seguían su caminata con un gesto ante las cámaras acorde a la convocatoria. Se sumó la ex esposa de Nisman, la jueza Alejandra Arroyo Salgado con sus hijas, en lo que resultó tal vez la presencia más fuerte y genuina dentro de ese corralito.

El grupo iba precedido por patovicas que empezaron a intentar acelerar la marcha. “Pero qué me empuja este negro” dijo un señor corrido de su lugar, en referencia a uno de los guardias. Los patovicas gritaron varias veces: “Córranse por favor, que viene la familia de los fiscales”. Más allá de que ostensiblemente no sabían de qué hablaban, la frase puede ser releída no como un error, sino como un involuntario editorial político.

Ya de noche la movilización llegó a Plaza de Mayo. Hubo velas encendidas, y la gente no permaneció sino que tomaba a la izquierda para desconcentrarse velozmente por Diagonal Norte.

En un bar estaban María Inés, María Laura y María Delia, tres primas todas en el rango de los 70-80 años. Casi no hicieron falta preguntas:

-Nos mojamos bastante pero estamos sinceramente felices. Salimos desde Palermo y no nos importó mojarnos.

-Lo que pasa es que se pide que no haya más tragedias como la de Nisman, basta de impunidad, y está el hartazgo de la gente que viene a decir basta de corrupción, basta de impunidad, basta de atropellos.

-Yo le digo, este es un país hermoso, era el granero del mundo. Cuando yo era chica llegué a tener institutriz in-gle-sa, y eso que mi padre era un chacarero. Y mi hijo que falleció hace poco, siendo ingeniero agrónomo, era menos que un peón. ¿Qué me dice?

-No sé.

-Mire, lo que falta aquí es libertad. Nos quieren someter.

-¿En qué la quieren someter?

-¡En todo! Los jóvenes no trabajan en lo que quieren. Entonces no hay libertad. El Himno es un rock. La escarapela no se conoce. En un país fantástico, estamos en el 5º mundo por los gobernantes que tenemos.

-¿Qué opina de los opositores que tenemos?

María Inés calla. María Laura toma la posta:

-Lo último que se pierde es la ilusión. Yo veo que alguien hace obras y digo: vamos a tirarnos a la pileta.

-Se refiere a Macri.

-Sí, porque si un gobernante hace obra, gestión, es lo mejor. Las bicisendas, el Metrobús. Y es darle la oportunidad a alguien distinto. Y que no haya más impunidad.

-Pero Macri intentó colocar en la Metropolitana a una de las personas acusadas de encubrimiento por lo de la AMIA, el comisario Palacios.

-Y bueno, por eso digo tirarte a la pileta. Pero al menos a ese lo sacaron. Macri arma buenos equipos de trabajo. Y por eso lo va a votar toda la gente que anda por acá.

Tres personas que opinaron cosas similares contestaron “no te lo puedo decir” cuando les pregunté por su trabajo o actividad. Si se descarta que sean agentes secretos, es posible que la marcha haya estado bastante poblada por empleados del gobierno de la Ciudad. El que sí lo reconoció fue Eduardo: “Estamos como indignados. Si no respetás la esencia del ser humano, ¿cómo hablás de derechos humanos?”. Luego dijo, textualmente y moviendo los brazos: “La Argentina tiene una falta de cualitividad que hace que tengamos una democracia que no es como la europea, que implica grados culturales en los que se le da a la gente sociológicamente su tiempo para que se lleve el contexto de cómo está educada la sociedad”.

Una señora pasó, performáticamente, con una mordaza negra, para las fotos, pese a lo cual seguía hablándole a su marido, el único silencioso de la familia.

Mariana, una de las que no puede decir de qué trabaja: “Aquí vi ciegos, vi gente con bastón, con sillas de ruedas, movilizándose pese al diluvio. Creo que todos marchamos por la desprotección que muestra que maten a un fiscal que estaba por denunciar al gobierno. Aquí mucha gente piensa que a Nisman lo mandaron matar, o que no lo protegieron lo suficiente. Es cierto que el Poder Judicial también tiene sus peros, porque una causa como la AMIA no puede estar 20 años sin que se avance nada. ¿De qué tamaño son los cajones de los jueces para tener un expediente 20 años? Lo bueno hoy fue que los políticos que vinieron, ni se notaron”.

En Avenida de Mayo, un vendedor se quejaba: “Este público no es de choripán”. Una señora, como para desmentirlo, se acercó, pidió uno y dijo: “A nosotros no nos lo regalan. Lo compramos”, dijo con orgullo engulléndose el choripán bajo lo que a esa altura era una garúa de despedida.
Otras voces

Mientras la marcha parecía centrar todas las miradas, ¿cómo ven el presente experiencias que están trabajando en diferentes territorios, en diferentes realidades, que casi nunca son reflejadas en los medios oficialistas ni opositores? lavaca propuso estos contactos con Jorge Nawel, vocero del pueblo mapuche, Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, Cristina Devita, fundadora de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, y Marta Sahores, de la asamblea de Esquel.
Fiscales, mafias, barrabravas

Luciano Arruga es el adolescente desaparecido cuyo cadáver se encontró el año pasado. Su hermana, Vanesa Orieta, se ha transformado en un referente de las nuevas generaciones que discuten y encaran el tema de los derechos humanos del presente. En viaje hacia Buenos Aires, Vanesa dijo a lavaca:

“Una cosa tiene que ver con lo que es el pedido de esclarecimiento de lo que ocurrió, que eso lo tiene que realizar la justicia, una investigación eficiente que nos permita saber que ocurrió con el fiscal Nisman. Pero aquí creo que se están jugando otras cuestiones. Escuchábamos hace un tiempo al que fue ex ministro de seguridad Calos Stornelli el que llama a la gente a marchar. Pero también sentimos que tiene que ver con una movida que intenta desestabilizar, no voy a decir al gobierno de turno, sino a la misma democracia. Son personas que han tenido cargos dentro del gobierno, que lo que han hecho fue darle mucho más poder a las policías mafiosas, como en el caso de Stornelli. Gente que no ha aportado para nada a la resolución de hechos terribles que hubo por en la provincia de Buenos Aires, que tiene que ver con la inseguridad. Un hombre ligado a barrabravas, que hoy le pide al sector político un mayor compromiso y acompañamiento. Así que lo que uno siente es una contracción muy grande”.

“Aquí se están trabajando otros temas que no tiene que ver con el esclarecimiento de lo de Nisman, sino con sacar ventaja para posicionarse con sus políticas de derecha. En ese sentido nos parece que hay que estar atentos, hay que informarse y tener una mirada propia, objetiva y por sobre todas las cosas sincera, no especulativa como es este caso, y entender que lo que se juega aquí en este momento es el futuro de todos nosotros y la democracia”.

“Los medios monopólicos de la derecha lo que están haciendo es aprovechar por supuesto también este hecho para afianzar su poder, seguir implementando medidas de control en una sociedad que está bastante dañada por el miedo que le provocan diferentes hechos de inseguridad. Este es un hecho más que se utiliza para seguir generando temor en nuestra sociedad mientras no toman otros hechos emblemáticos de nuestro país como han tomado ese caso”.

“Es grave lo de Nisman porque es una persona que estaba investigando un hecho terrible que ocurrió en nuestro país, pero siempre la investigación iba en beneficio de unos pocos. Y lo que uno entiende es que tiene que ver con una cuestión de clase. Las clases altas, poderosas, son los que generan esa marcha y los que seguimos denunciando hechos de inseguridad nunca somos escuchados ni por los medios, ni sectores políticos ni judiciales. Los judiciales y los fiscales salen a marchar para pedir que se garantice la justicia. Ellos deberían garantizarla. Uno se siente desamparado y no encontramos la forma de canalizar nuestro dolor y angustia en los poderes judiciales ni políticos. Y los medios monopólicos, como siempre, se ocupan de las noticas que les sirven a ellos, que generan miedo en la gente, y desestabilizan a los gobiernos que no cumplen exactamente con lo que ellos disponen”.
El gobierno que viene

Desde Neuquén el mapuche Jorge Nawel dijo a lavaca: “Nosotros nos hemos mantenido al margen de este debate no porque no tengamos una opinión, sino porque creemos que todo lo que está pasando con la muerte del fiscal y toda la disputa ente gobierno y oposición es un reflejo claro de las instituciones que están cada vez más degradadas. Porque esta situación muestra un sistema jurídico degradado, absolutamente oscuro, lleno de interrogantes hacia la sociedad civil. Y eso para nosotros no es nuevo, porque la justicia para nosotros está degradada desde su misma naturaleza porque responde a los factores del poder. A los pueblos indígenas nos han oprimido, nos han avasallado nuestro territorio. Y muestra también una degradación del sistema político, porque no es ni participativo, ni democrático, ni representativo, por lo menos de los intereses más populares. También del poder legislativo, que se ha convertido en cualquier cosa menos en un espacio de participación y representación”.

“En la última década los pueblos indígenas hemos sido marginados, destruidos, somos totalmente periféricos a la agenda que manejan los poderes tanto político, legislativo o judicial. Y no solamente estamos señalando al gobierno actual, sino a todos los que lo antecedieron”.

Sobre la oposición: “Creemos que lo que se viene después del gobierno de Kirchner es un gobierno todavía más discriminador. Entonces creemos que vamos a vivir momentos todavía muchos más duros. Y creo que van a ser momentos mucho más genuinos, porque vamos a estar peleando todos contra un claro enemigo de los sectores populares. Fueron tiempos de mucha confusión para los sectores populares y los movimientos sociales porque hay un doble discurso. Pero con el próximo gobierno va a ser diferente la disputa y la pelea que vamos a tener”.

El pueblo mapuche continúa reclamando por el avasallamiento que sufren sus territorios por parte de la industria petrolera, bajo la tecnología de la fractura hidráulica o fracking.
Condolencias y media asta

Desde Esquel, Mara Sahores, una de las fundadoras de la Asamblea vecinal que logró detener el proyecto de minería de oro en la región: “A nivel nacional y a nivel político la verdad que la muerte de Nisman no se sabe mucho como fue, pero que vino después fue mucho maltrato del poder político, porque se sabía amenazado. Lo menos que se podría haber hecho es poner la bandera a media asta, o dar las condolencias a la familia. Eso le critico por supuesto al poder político. Ellos saben por qué lo hacen y tendrán que explicarlo en algún momento. En cuanto a Esquel, no estoy de acuerdo en marchar por este tema porque si bien envío mis condolencias y me parece un desastre que estas cosas pasen en Argentina, no coincido con muchos de los políticos convocantes a la marcha. Me hace acordar a épocas muy nefastas donde estas marchas llevaban a otra cosa, no a precisamente a lo que se enuncia”.

“Pero además hay otra cosa que me preocupa y es el tema de que la justicia o los servicios de inteligencia han estado todo este tiempo con el gobierno y fallando en su accionar, es decir, no han actuado como deberían frente a tantísimas muertes y violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en esta época. Sin ir más lejos lo que en estos días se ve con los qom en Formosa”.

“Además, si ganara a nivel nacional la oposición, Esquel quedaría igual o peor. Desde Massa, Macri y hasta Scioli, tienen intereses con la minería. Yo no creo más en el partidismo, en esta democracia entre comillas. Creo que la democracia en el mundo está en picada fuerte y que tiene que terminar de estrolarse contra el piso, porque tiene que surgir otra democracia, la verdadera, la que surge del pueblo. No sé si lo veré, pero siento que es lo que se viene”.

Toda la provincia de Chubut continúa movilizada promoviendo la prohibición de la megaminería a nivel provincial.

Cristina Devita es una de las fundadoras de la escuela de gestión social Creciendo Juntos, de Moreno: “A veces me tomo la política y la vida con humor. Y pensé en esta marcha, y el ‘yo soy’ usado todo el mundo. Parece que el verbo ser, el soy, ya no es más lo que sos sino lo que te dicen que tenés que ser. Entonces se me ocurría ir a la marcha y decir ‘no soy Nisman, soy Cristina’. Pero ahí iba a tener serios problemas, ataques. Pero resulta que yo soy Cristina. Y me parece que no quieren que seamos lo que queremos ser”.

“Yo vivo donde estoy, así que pienso donde piso. Te puedo decir a veces con los medios pasa que me pudre estar escuchando todo el tiempo lo mismo. Y que no hay otra noticia. Se instala una noticia. Te marcan la agenda. Yo mucho no sé qué es eso, y me gustaría que el periodismo de todo tipo informara de otras cosas, porque se están haciendo cosas interesantes en otros lugares. Y tenemos voz, pero nadie nos pone micrófono. Si me decís a nivel país, hoy iba en tren a Luján, se armó una pavada que empezaron todos a decir: ‘los ferroviarios son todos chorros, si hay un gremio que no labura son los ferroviarios’. Otro dijo: ‘Asi estamos’, y otro agregó: ‘hay que matarlos a todos’, y otro terminó diciendo ‘con los militares estábamos mejor’. Esa charla la escuché hoy. Se me pararon los pelos. Es todo un clima de queja, cuando siento que estamos haciendo esfuerzos enormes todos por la educación y de esas cosas tendríamos que hablar. Y que no nos marquen la agenda, para que encima ande tanta gente quejándose todo el tiempo”.

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