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La contaminación en Puerto Piray por la empresa Alto Paraná S.A.
Por Juan Manuel Boccacci – Red Eco - Friday, Mar. 06, 2015 at 9:41 AM

5 de Marzo de 2015 | Miriam Samudio forma parte de “Productores Independientes de Puerto Piray”, una organización vecinal que se formó para hacer frente al accionar nocivo de la empresa Alto Paraná en Misiones. Denuncian la utilización de agrotóxicos, vertidos sobre la población y cursos de agua, y la desatención por parte de las autoridades frente a lo que ocurre delante de sus ojos: niños con problemas respiratorios, vómitos, malformación; mujeres que pierden embarazos; tumores en vecinos de la zona; animales muertos, etc. Sin embargo este tipo de modelo extractivista cuenta con el apoyo tanto del gobierno como de los partidos políticos mayoritarios. Red Eco Alternativo.

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(Juan Manuel Boccacci – Red Eco) Argentina - Miriam Samudio expresó aquello que el relato oficial calla: las consecuencias nocivas del agronegocio, en este caso en Puerto Piray, Misiones. Allí un grupo de vecinos se organizó dando forma a “Productores Independientes de Puerto Piray” (PIP), para denunciar las terribles consecuencias del modo de producción extractivista llevado a cabo por la empresa multinacional Alto Paraná S.A., que se dedica a la producción de “productos de papel y forestales” concentrando cerca de 233.700 hectáreas, según datos de la propia empresa.
Miriam, entrevistada por la Agencia para la Libertad, dio cuenta de la preocupación que surgió entre los vecinos debido a los problemas de salud que veían replicarse en la zona: “comenzamos a encontrarnos las mamás en las salitas, con nuestros chicos enfermos, cada vez que fumigaban con Round Up o Arsenal. Los chicos nos dimos cuenta que tenían bronco espasmos, dolor de estómago, devolvían y siempre en época que largaban esos venenos”. La propia Miriam se encuentra en Buenos Aires atendiendo a su hijo por problemas de salud que aduce a los agrotóxicos. Esta presunción se vio reforzada al encontrar allí a otros vecinos de zonas aledañas a Alto Paraná S.A.: “... Al estar acá, en el (Hospital) Garrahan, nos dimos cuenta que hay otros chicos de nuestra zona con enfermedades graves, mi sobrino con un tumor en la cabeza, otra nena que necesita todos los días diálisis porque va a trasplante de riñón…y nos llama la atención eso…no es pura maldad, pero nos preguntamos qué está pasando en nuestra provincia, qué está pasando en nuestros país con usar tantos agrotóxicos, que benefician a los grandes pero perjudican a los humildes, a los chicos sobre todo les perjudican mucho a la salud”.
En su página web Alto Paraná S.A. dice encargarse de “la protección del medio ambiente como materia fundamental de su Política de Responsabilidad Empresaria”. Sin embargo, Miriam mostró una realidad distinta: “la mayoría de las veces lo que hace esta empresa en esos arroyos donde los chicos se bañan, de donde tomamos agua, de donde lavamos la ropa, de ahí ellos van y toman el agua para preparar los venenos y cuando terminan, entra el tractor y ahí lavan las máquinas y dejan todo el veneno ahí, antes solía haber pesca ahí, ahora ya no hay peces”.
Los vecinos organizados en el PIP denuncian la connivencia entre políticos, aparato judicial y medios, que callan lo que allí está ocurriendo: “de parte de la empresa, de parte del Estado, de parte de la policía, de la justicia, el comisario y el juez, nosotros sentimos que ellos van todos de la mano y entonces como ellos hacen todo ese círculo tan fuerte, nos cuesta mucho a nosotros derribar esa cadena que arman y la única que nos queda es unirnos en una Red de Organizaciones”.
La expansión del modelo extractivista en la Argentina tuvo un desarrollo sostenido en la última década. De ahí la ausencia de la “cuestión ambiental” en el discurso que dio en el Congreso la presidenta Cristina Fernández el último domingo. Los sectores concentrados del agronegocio, tanto nacionales como extranjeros, tuvieron enormes ganancias durante la gestión kirchnerista. Monocultivo, desforestación, utilización indiscriminada de agrotóxicos, concentración y extranjerización de la producción de granos, persecución a los pueblos originarios y asambleístas que protegen sus tierras, son algunos de los condimentos que hacen al modelo extractivista imperante.
En una reciente nota para “Comunicación Ambiental”, Eduardo Soler da cuenta de lo que denomina “consenso extractivista”: “la alianza del gobierno kirchnerista con una empresa emblemática como Monsanto es elocuente en estos términos. Pero, una vez más, esta alianza no está discutida por los principales partidos opositores, incluidos dentro de este consenso extractivista. Incluso puede llegar a discutirse los acuerdos con China pero no la producción sojera destinada a ese país que es visto como el gran mercado”. El modelo no se discute. Sí, como ocurrió en el denominado “conflicto con el campo”, qué repartición de la torta le toca a cada cual.
Soler cierra su nota con una conclusión que vale la pena compartir: “En este sentido, la carpa que debió instalar de nuevo en Buenos Aires el líder qom Félix Díaz es un signo de demanda de justicia que no puede ser satisfecha por créditos al consumo ni por planes asistenciales”.

Fuentes: Agencia para la Libertad / Comunicación Ambiental

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