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El machismo femenino
Por ANRed - Sunday, Mar. 08, 2015 at 4:44 PM

Domingo 8 de marzo de 2015 | La Doctora en comunicación social Noor Jiménez Abraham analiza como alrededor de la conmemoración del día de la mujer surgen comentarios que atraviesan la vida cotidiana y aparece la necesidad de responder a las variadas expresiones sesgadas, propias del machismo ejercido por algunas mujeres que, tal como aquél de ciertos hombres, son producto de la misma cultura androcéntrica que naturaliza las desigualdades. Por diariofemenino.com.ar

El machismo femenino...
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En relación al Día Internacional de la Mujer y como suele suceder el resto de las jornadas en que se conmemora la fecha, surgen comentarios que atraviesan la vida cotidiana y aparece la necesidad de responder a las variadas expresiones sesgadas, propias del machismo ejercido por algunas mujeres que, tal como aquél de ciertos hombres, son producto de la misma cultura androcéntrica que naturaliza las desigualdades, a la que si no se aprende a mirar críticamente no se logrará transformar para acceder a un mundo con personas de géneros diferentes pero iguales en derechos.

Aparecen entonces quienes desprestigian a colegas que son bonitas porque ascienden rápidamente, según sus consideraciones al utilizar sus dones físicos en pos de beneficios laborales; cabría aquí la misma duda que cuando le toca el turno a las mujeres que son pareja de deportistas, ¿por qué se las denosta a ellas, no es ese un juego de dos, qué pasa del otro lado, no tiene que existir un hombre que, en este caso, por ejemplo, abuse de un cargo de poder para decidir que la belleza valga más que el talento?

Se escucha también a algunas mujeres molestas con sus congéneres porque llevan a sus hijos a encuentros laborales en los que se considera que niños y niñas disturban o atraen la atención; aparece allí la poca solidaridad con la situación de muchas mujeres que tienen que acarrear su maternidad por todas partes porque no pueden pagar cuidados externos ya que, de no hacerlo, deberían renunciar a la posibilidad de un empleo, una profesión, su desarrollo en el ámbito público.

Es parte de la cotidianeidad que mientras el afuera acribilla las voluntades con la consigna de la lactancia materna, otros y, en su mayoría, otras, se ofendan con las mujeres que exhiben sus senos para amamantar, ¿qué se pretende, entonces, un gueto para ellas, el aislamiento?, ¿dónde funcionan las guarderías en los lugares de trabajo para que las madres puedan desarrollar sus carreras del mismo modo en que lo hacen los padres?

Algunas personas hablan desde su lugar de comodidad, sin preguntarse qué sucede un poco más allá de sus realidades, se escuchan citas tales como: “No creo en la necesidad de agruparnos como mujeres… lanzamos un mensaje: somos débiles”. Deviene contestar que gracias a que muchas mujeres se unieron y abandonaron sus situaciones de confort para reclamar frente al statu quo, hoy, las que les sucedieron, acceden a votar, heredar, ejercer la patria potestad, solicitar un crédito, conducir un auto, publicar obras y muchos más derechos que, aunque otorgados, no a todas les llegan efectivamente porque, entre “las consecuencias de ser mujer”, se cruzan varias vulnerabilidades.

Se critica la cuota de género sin pensar que eso que se denomina discriminación positiva se utiliza como mecanismo para naturalizar el hecho de que las mujeres tengan posibilitados lugares que han sido históricamente privativos de varones, sin tener que demostrar unos “super poderes” que, en general, a los hombres no se les pide.

En un mundo donde un tercio de la población femenina ha sufrido abusos -y las estadísticas muestran que seguirán pasando por malos tratos-, gran parte de las cuotas alimentarias por hijo e hija no se pagan, más del sesenta por ciento de las personas analfabetas son mujeres, al igual que la cantidad de la infancia no escolarizada y son ellas las que conforman las tres cuartas partes de las personas pobres; la solidaridad debería empezar por casa porque, parafraseando los dichos del Martín Fierro, si entre hermanas se pelean, las seguirán devorando los de afuera.

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