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UCR-PRO: la centroizquierda se subordina y la izquierda crece
Por Octavio Crivaro - Virginia Grisolía - Saturday, Mar. 21, 2015 at 10:43 AM

Viernes 20 de marzo de 2015

UCR-PRO: la centroiz...
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Se disgrega la centroizquierda: patalean, pero están con Macri y Del Sel

Hay que ser claros: más allá de todo pataleo, la UCR que en Santa Fe es parte de la alianza de gobierno con el Partido Socialista, y que le puso el candidato a Vice Gobernador a Miguel Lifschitz, es exactamente la misma que a nivel nacional jugará con el derechista y menemista PRO de Mauricio Macri. Lifschitz, que estaba cómodo en su rol de pegarle a Del Sel luego de su alianza con el inundador Carlos Reutemann, ahora tartamudea al tener que explicar que sus aliados estarán inflando globos amarillos en pocos meses.

A decir verdad, nadie debería sorprenderse: el radicalismo, a través del concejal rosarino Jorge Boasso, le puso el candidato a Vice al Midachi, al machista, al enemigo de los pobres, Del Sel. El panorama, visto desde aquí, marea un poco: Lifschitz y el PS critican a Del Sel y el PRO; los aliados de Lifschitz, le ponen el candidato a vice a Del Sel y votan hacer un acuerdo con su partido a nivel nacional.
¿Será esta una “capitulación” exclusivamente radical de la que el PS de Binner no deba hacerse responsable? Absolutamente no. En la provincia de Mendoza, no solo la UCR, sino que también el PS, ya son parte de una coalición con el PRO de Macri y Del Sel. La renuncia de Binner a su pre candidatura a Presidente es la confesión de que el caprilista santafesino no quiso (no puede) enfrentar a Macri, no quiso oponerse a la derecha. Nosotros sí.

Más de 30 años de problemas irresueltos para el pueblo santafesino

Los radicales santafesinos, junto al “socialismo”, alertan contra Del Sel y Macri, pero actúan como ellos. Tomemos tres ejemplos: la Policía, la política de vivienda y la situación de los trabajadores. Si miramos estos tres temas, desde el primer gobierno peronista hasta el mandato que está culminando Antonio Bonfatti, solo se puede concluir algo: la estructura de la provincia “fundada” por aquel orden neoliberal en los 90s, y contra la que tanto se fustiga en tiempos electorales, se mantiene intacta. Y los problemas del pueblo trabajador siguen irresueltos.

La crisis de la narco Policía en Santa Fe, sus evidentes vínculos con todo tipo de negocio ilícito y la connivencia estatal tanto con de los gobiernos de Reutemann y Obeid, como los de Binner y Bonfatti, exponen la vigencia de un modus operandi nefasto. La impunidad policial y su complicidad con el crimen organizado no se detuvieron sino que se perfeccionó. El procesamiento del ex Jefe policial Hugo Tognoli no hace más que corroborar esto. No es una historia que comenzó ahora, es la historia de una Policía formada por el genocida Feced, que perpetuó sus prácticas represivas hasta alcanzar los primeros puestos en los índices del gatillo fácil en Argentina. Un residuo de lo más rancio de la derecha, administrado hoy por los socialistas que se jactan de sus “manos limpias”. Sí, seguro.

El problema de un techo donde vivir sigue castigando al 10% de la población santafesina. Se necesitan más de 300 mil viviendas para solucionar este flagelo. Sin embargo la receta ante esto es un coctel neoliberal. Lifschitz a cuando fue intendente de Rosario, dio rienda suelta a la especulación inmobiliaria para fortalecer la “marca Rosario”, lo que se tradujo en tapar el déficit habitacional con torres de lujo. A esto le sucedieron desalojos varios. Mientras tanto los alquileres consumen casi el 40% del salario de los inquilinos. Bien a lo Macri.

La precarización laboral, que junto al desempleo se disparó en los noventa, sigue afectando a casi un tercio de la fuerza laboral en Santa Fe. Según la Encuesta Permanente de Hogares, en el Gran Rosario y el Gran Santa Fe este índice supera el 33%. Por último, la actitud del gobierno de radicales y socialistas hacia el paro docente en curso fue un déjà vu reutemista, atacando el derecho a huelga y amenazando con el descuento de los días de paro.

El acuerdo entre radicales y el PRO no podía ser entonces la consecuencia lógica de una agenda corrida a la derecha por los principales candidatos a suceder la Argentina pos-kirchnerista, Scioli, Macri y Massa. Ello tiene sus expresiones en la provincia, como planteamos acá: también en Santa Fe todos se corren a derecha. Toda disputa electoral entre los partidos tradicionales, en este marco, es una farsa, una pantomima.

El Frente de Izquierda: la alternativa frente a la derechización

Frente a la derecha en todas sus expresiones, y a una centroizquierda que se disuelve y claudica al PRO, el Frente de Izquierda se propone como la única alternativa política nacional coherente. ¿El peronismo nos va a hablar de enfrentar a la derecha? Si sus candidatos son los conservadores Scioli o Randazzo a nivel nacional, y el reutemista y amigo de los sojeros Omar Perotti, en Santa Fe. El Frente Progresista, ya dijimos, tampoco es alternativa.

El Frente de Izquierda se propone expresar una política independiente, como hemos demostrado durante todos estos años, tanto frente al gobierno nacional como frente a la oposición. Pudimos constituirnos como una fuerza nacional con legisladores en el Congreso Nacional (Nicolás del Caño del PTS y Néstor Pitrola y Pablo López del PO), con referentes como Christian Castillo (diputado bonaerense) y Jorge Altamira, con peso en muchas legislaturas y concejos deliberantes; contamos con participación sindicatos, comisiones internas y centros de estudiantes, y con protagonismo en las principales luchas, como la de los compañeros de Lear y las huelgas docentes.
Queremos seguir volcando esta conquista en la provincia de Santa Fe para seguir construyendo una izquierda con peso en todo el país. Combatir esta agenda de la derecha y los poderosos no es posible desde un mero “vecinalismo”: implica superar los marcos locales en los que sectores de la izquierda y centro izquierda santafesina tienen su único arraigo. La propuesta “municipalista” o “provincialista” es insuficiente para enfrentar la derechización que quieren imponernos y los ataques que recibirán los trabajadores, como la devaluación.

En el caso de los compañeros del Frente de la Ciudad Futura, hacen una especie de mesianismo de que “el” cambio es conquistar un concejal en Rosario, combinando esto con elogios a Cristina y a María Eugenia Bielsa mientras dieron la espalda a la huelga de las docentes con argumentos similares a los del gobierno provincial.

Los compañeros del Frente Social Popular, por su lado, después de haber sido abandonados por Pino Solanas, hacen un esfuerzo denodado de abstraer que Santa Fe es parte de un país que se llama Argentina. Para peor, luego del colapso de Proyecto Sur, apoyan la candidatura de Víctor De Gennaro, que no ahorró ni ahorra elogios a Binner, el ex gobernador al que enfrentamos en las calles. En un medio de prensa sintetizamos las diferencias con estos compañeros de la siguiente manera: si existiera un lock out agrario, los eventuales legisladores de estos agrupamientos apoyarían algunos a los K, otros a la Sociedad Rural. Los del Frente de Izquierda, no. Construimos con independencia de gobiernos y patrones, como parte de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Siempre.

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