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Formosa: El camino que va de la ruta 81 a la 9 de julio
Por Valeria Mapelman -
Friday, Mar. 27, 2015 at 8:47 AM
El 11 de octubre de 1947 los periódicos llamaron enfrentamiento a la masacre desatada en Las Lomitas. Usaron el término "malón" para acusar a los pilagá de atacar el poblado sede del escuadrón 18 de Gendarmería, y llamaron "rebeldes" a las familias pilagá que fueron masacradas.
Durante los años 80 un grupo de antropólogos que trabajaron en la región recogieron los testimonios de los gendarmes y llamaron "levantamiento mesiánico" y "conato bélico" a los fusilamientos, silenciando el genocidio. Hoy El Comercial de Formosa, retoma la fábula afirmando que en Ingeniero Juarez "la actitud de los originarios es muy agresiva", que han atacado a indefensos policías que procuraban liberar la circulación y anticipando mas represión con futurología declama: "se teme que en horas de la noche vuelvan a atacar con mas violencia a los efectivos policiales".
En Buenos Aires el acampe montado en la 9 de julio evidencia el paso del tiempo, el desprecio de los funcionarios públicos ante las demandas de investigación por los crímenes en Formosa, la urgencia por el agua potable, los títulos de propiedad de los últimos retazos de tierra que retienen las comunidades en lucha y que siempre les han sido negados, y el reconocimiento de sus derechos como víctimas del genocidio perpetrado por el Estado Nacional. El acampe evidencia también el avance de Techint y un nuevo gasoducto trazado sin el consentimiento ni beneficios para las comunidades, la construcción de una planta nuclear, los transgénicos de la mano de Nidera, la destrucción del ecosistema, los negocios detrás del turismo en el bañado de La Estrella y hasta el espionaje ilegal del gobierno sobre líderes comunitarios.
En Formosa abogados de DDHH han sido cooptados con subsidios y cargos en el gobierno de Insfran y se silencian cómplices ante los atropellos, tímidamente algunas ONG´s se limitan a emitir comunicados, las Iglesias evangélicas dan la espalda a sus fieles baleados, la católica se limita a mirar de reojo la sangre en la ruta. El miedo a los bolsillos vacíos los ha hecho abandonar a las comunidades indígenas, pero su actitud esta a la vista ante todos los perspicaces y les pasará factura corto o largo plazo.
En la 9 de julio y en la ruta 81, RESISTIR es el único grito, mientras el mundo alrededor sigue sordo y ciego.
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