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Fernanda Chacón: “Si mi marido sale en libertad me mata a mí y a la nena”
Por Fabiana Arencibia - Red Eco - Monday, Apr. 20, 2015 at 9:44 AM

Jueves 16 de Abril de 2015 | El ex marido de Fernanda está preso, pero fue beneficiado por el mecanismo de juicio abreviado y podría quedar en libertad en cualquier momento. Si esto se concreta, ella teme por su vida y la de Celeste, la hija que tienen en común. Red Eco Alternativo

Fernanda Chacón: “Si...
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(Fabiana Arencibia - Red Eco) Ciudad de Buenos Aires- Fernanda tiene 39 años, es ama de casa y madre de cuatro hijos de 20, 12, 7 y 3 años. Hoy está sin trabajo pero en poco tiempo tiene expectativas de conseguirlo en una organización contra la violencia de Género. 

En ningún momento Fernanda dudó en denunciar, no una sino muchas veces, a su ex marido por la violencia física ejercida contra ella, aunque asume que previamente soportó la violencia psicológica.
Daniel Castro está preso desde hace un año en la cárcel de Devoto. Tiene prisión preventiva por un delito anterior y está imputado por nueve más, en perjuicio de Fernanda, por violencia de género (amenazas, lesiones, coacción y desobediencia, entre otros).
El 21 de marzo pasado Fernanda recibió una llamada de su ex marido desde el penal, amenazándola de muerte a ella, a Celeste, la hija de tres años que tienen en común y a toda su familia. Es que Castro se crispó porque un juez de menores dictaminó una cuota alimentaria que causa la retención de su sueldo. 
Cuatros días después, el 25 de marzo, Fernanda se presentó en el Tribunal Oral Nº5 de la Ciudad de Buenos Aires, que es el que lleva la causa,  para denunciar estas amenazas, de las ya había radicado la denuncia en la comisaría. “Me dijeron que ellos no pueden hacer nada y me fui a ver al Fiscal Ariel Yapur, quien me dijo que el caso es peligroso. Entonces libra un oficio al Tribunal por el cual se me asignan tres consignas policiales, una en mi domicilio, otra en el de mis padres y la tercera en el de mi hijo de 20 años que no vive conmigo” explicó a Red Eco Fernanda.
Solo cinco días después, el lunes 30 de marzo, Fernanda recibió una llamada de la misma Fiscalía para anoticiarle que a su ex marido le darían el privilegio de tener un juicio abreviado que se firmaría al día siguiente. Este tipo de juicio lo que hace es unificar las penas cometidas por diferentes delitos en una pena única que resulta ser más corta.  
“El tenía ya una pena de 3 años por delitos anteriores y por los 9 delitos que cometió contra mí le están dando una pena de 1 año y seis meses. Él se hace cargo de todos los hechos y dice: yo le pegué, le fisuré la costilla, yo le puse un cuchillo a mi hija en el cuello. Se hace cargo de todos los delitos que se le imputan. Y se le baja la pena. No le dan la pena por cada delito, lo unifican todo y en esa unificación sale libre con un año y seis meses porque los otros tres son de la pena anterior, por la que tenia libertad condicional. O sea que si esto se confirma puede quedar libre en cualquier momento”, detalló.
“Si mi marido sale en libertad me mata a mí y a la nena”, afirmó con certeza Fernanda y comentó que el lunes de esta semana ratificó las denuncias por las amenazas en el Juzgado de Instrucción Nº 8.
Fernanda dice que la cárcel ha sido la única limitante para las agresiones que ella denunció una y otra vez. “Tengo presentadas quince denuncias de las cuales nueve se comprobaron y que son los delitos que le imputaron”. 
 
Historia de violencia  
Fernanda conoció a Daniel en agosto de 2010 y se casaron en setiembre de 2011.  “En marzo de ese año yo quedé embarazada. En noviembre nació nuestra hija Celeste y ahí comenzaron varios problemas.  El primer hecho de violencia fue en 2012 cuando yo no quise tener relaciones sexuales. Él la agarró a la nena que tenía solo tres meses y le puso un cuchillo en el cuello diciendo que la iba a matar, que él era el padre y tenía todo el derecho a hacerlo”, relató.
Este fue el primer hecho de violencia que ella recuerda aunque previamente Daniel Castro había roto una ventana de un departamento en que vivían. “Tenía la costumbre de hacer como que se iba a matar. Se ponía el cinturón en el cuello y decía que se iba a suicidar”.
Hay patrones en las conductas de los hombres que ejercen violencia contra las mujeres que se repiten como los celos y el ejercicio a través de ellos del control sobre la mujer. Fernanda no fue una excepción: “No me dejaba salir a comprar si no era acompañada con alguno de los nenes, ni siquiera a la esquina. No me dejaba trabajar. Cada vez que iba a la casa de mi mejor amiga me llamaba constantemente y más de una vez apareció en el lugar para ver si estaba ahí. Y las salidas tenían que ser con él y adonde él decía”.
También las mujeres que son objeto de violencia de género albergan durante un tiempo la esperanza o el deseo de que no vuelva a suceder. Así lo relató Fernanda: “Luego que pasó el hecho con Celeste yo pensé que iba a cambiar. Pero en 2013 en una discusión en mi casa me empuja, yo me caigo contra la bañadera y me fisuro una costilla. Él agarra algo de su ropa y se va. Entonces yo voy a la Oficina de Violencia Doméstica (de la Corte Suprema)  y hago la denuncia  y se dispone la medida cautelar y la exclusión del hogar. En una semana no supe nada más de él pero al regresar un día del colegio con mis hijos, me estaba esperando dentro del departamento. Me fui con los chicos y llamé al 911; vino el patrullero y lo notificó de las medidas (de exclusión). Luego no supe nada más por 15 días, hasta que me empezó a mandar mensajes de texto. El 13 de junio de 2013 subo por un ascensor a mi departamento y cuando bajo él baja del otro y, yo con la beba a upa, me da una trompada y me abre el labio de punta a punta”. Mientras Castro le gritaba que él se estaba drogando porque Fernanda lo había dejado, ella le pide que la lleve al hospital porque estaba sangrando del golpe. Salen a tomar el ascensor y ella, aprovechando que había gente en el pasillo, pidió que la ayuden. Castro Salió corriendo por las escaleras.
 
Antes que sea demasiado tarde 
Pasó un año entre el momento en que Fernanda hizo la denuncia en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) y el día en que quedó preso. “Hubo más denuncias luego de esa; cuando me fisura la costilla en mayo de 2013, la del golpe en la cara de junio de 2013, pero hubo otras más no sólo en la OVD sino también la comisaría por desobediencia (a la medida de exclusión) y porque llamaba y me amenazaba.  Me llegó a sacar a la nena teniéndola yo a upa y tuve que activar el botón anti pánico y la Policía Metropolitana tardó más de 30 minutos en venir. Y a pesar de que él sabía que yo tenia el botón anti pánico se acercaba igual”
Que Castro llegara a la cárcel no tuvo que ver con la violencia ejercida contra Fernanda sino por presunción de que podía fugarse.  “Cuando lo citaban a declarar al único domicilio que tenía registrado -que era el de su trabajo- no se presentaba. Lo fueron a buscar con la fuerza pública y cuando lo llevaron a declarar le pidieron un domicilio para acreditar su lugar de residencia. El que dio resultó ser un lugar donde negaron conocerlo. Por eso evaluaron que por la causa anterior y todos los delitos que le estaban imputando era una persona que se iba a profugar. Es por ello que dictaron la prisión preventiva en abril del año pasado”, comentó.
Luego de cada denuncia que Fernanda hacía, Castro intentaba volver y la amenazaba. “Porque estamos casados legalmente se cree que yo soy su propiedad y que tengo que estar con él y que lo que hace está bien y que tengo que aguantar lo que sea”, reflexiona. 
El pasado  8 de abril Fernanda volvíó a denunciar a Daniel Castro ante la OVD,  que finalmente  confeccionó un informe de alto riesgo que fue remitido a las instancias judiciales donde está asentada la causa: el Tribunal Oral Nº5 de la Ciudad de Buenos Aires y al Juzgado de Instrucción Nº 8. El objetivo es que no le den el beneficio de Juicio Abreviado.
Al final de la entrevista Fernanda quiso dar un mensaje para las mujeres que pasan cotidianamente por situaciones similares de violencia de género y que por diversos motivos, entre ellos el miedo, no se atreven a tomar la decisión de denunciarlas y pedir ayuda: “Lo primero que les diría es que denuncien. Y que se presenten como querellantes porque a mi me está perjudicando no haberme presentado como querellante porque ahora no puedo apelar a todo lo que se decida en el marco de esa causa. Si se quedan solamente en el ámbito de lo civil, las medidas que se les imponen a ellos siempre terminan violándolas, hacen una desobediencia, se los llevan demorados dos o tres horas y vuelven a salir. Les diría que denuncien penalmente  y que traten de que se caratule siempre como violencia de género porque  entonces va a juicio y no tienen posibilidad de que se les de un juicio abreviado”.
En los últimos días se dio a conocer el informe 2014 que elabora anualmente la Comisión sobre temáticas de género de la Defensoría General de la Nación. Del informe se desprende que en 9 de cada 10 denuncias el agresor es la pareja o ex pareja de la víctima. Y que en 3 de cada 10 casos se incumplen las medidas de protección, entre otros datos alarmantes.
El programa “Las víctimas contra las violencias” de la Ciudad de Buenos Aires registra desde su creación en octubre del año 2006 hasta febrero 2014 haber atendido en terreno 20.225 víctimas de violencia. Por este mismo Programa, en febrero de 2015 se atendieron 1.036 llamadas, de las cuales 636 lo hicieron por primera vez. De este total un 65,5 % fueron mujeres. 
Datos aportados por la Casa del Encuentro hablan de 277 mujeres que murieron por violencia de género en 2014. Si tomamos el período 2008 -  2014, las mujeres asesinadas ascienden a 1.808 mujeres, un promedio de una cada 32 horas.  
Fabiana Tuñez, titular de La Casa del Encuentro señaló: “La violencia de género es una cuestión política, social y de derechos humanos básicos (…). La violencia de género no es una cuestión de las mujeres, es una cuestión de justicia”.
 
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