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Pueblos indígenas, entre la pobreza y la postergación
Por El Cordillerano - Thursday, Apr. 23, 2015 at 3:32 PM

Sobre la Avenida 9 de Julio, de Buenos Aires, se prolonga por meses el acampe que decidieron impulsar integrantes de los pueblos indígenas del norte. Hace años que requieren una audiencia con la presidenta porque no confían en el gobernador de Formosa... Hasta el Papa atendió en su momento al referente más caracterizado de los qom, pero en La Rosada no demuestran interés.

La semana pasada, un juzgado neuquino ratificó que acusa de tentativa de homicidio a una mujer mapuche, porque el marco de un intento de desalojo, su comunidad respondió a piedrazos. La indígena arriesga una pena de 15 años de prisión, castigo que se sumaría a la permanente hostilización que sufre su comunidad hace años por parte de empresas petroleras. De trasnacionales antes, de YPF hoy.
Por otro lado, es espeluznante la estadística que lleva el Consejo Plurinacional Indígena, un ámbito donde convergen diversos pueblos originarios que habitan en la jurisdicción argentina cuyas organizaciones no se sienten cercanas al gobierno nacional. Al momento de celebrar una de sus asambleas, a fines de 2013, la mejor consigna que pudieron elevar a la presidenta fue tan dramática como significativa: “Ni un indígena muerto más”. Es que la cuenta arrojaba 12 indígenas o campesinos ultimados desde 2003 hasta ese año, en general en el marco de conflictos que tienen como detonante el corrimiento de la frontera agrícola, es decir, una de las aristas del “modelo” que siempre piropean desde el oficialismo.

Desde esa perspectiva, cuesta ponderar la celebración del 19 de abril como Día del Aborigen Americano, que se conmemoró prácticamente en silencio el último domingo. Se trata de una efeméride cuyo origen fue ajeno a los movimientos indígenas aunque en los últimos años, se asiste a una re-significación de su contenido. Es que ese día de 1940 se celebró en México el primer Congreso Indigenista Interamericano, que derivó en la Conferencia Interamericana Indigenista. Su objetivo fue salvaguardar y perpetuar las culturas aborígenes del continente. En aquella ocasión, participaron representantes de poblaciones autóctonas de diversas regiones de América y se habló de la situación social y económica de los pueblos indígenas, de sus problemas y sus necesidades.

La Conferencia produjo un documento que creó el Instituto Indigenista Interamericano, con sede en México y en dependencias de la Organización de Estados Americanos (OEA). De ahí que el 19 de abril se instituyera el Día Americano del Indio, en conmemoración a esos acontecimientos. Desde entonces, los países de América celebran la fecha para poner de relieve a quienes habitaron originariamente tan extenso territorio y desarrollaron antes de la llegada de los europeos, las primeras expresiones culturales.

Más de siete décadas después, los pueblos indígenas de América siguen debatiéndose entre la pobreza y la postergación. Las cosas evolucionaron desde 1940 hasta hoy y algunos conceptos envejecieron mal: probablemente ningún pueblo originario se considere indio en la actualidad, ya que el gentilicio corresponde a los habitantes de India. Los originarios de aquí son apaches, guaraníes, quechuas, mayas, mapuches, hurones, cherokee, yanomamis, koyas, selk’knam e infinidad de expresiones más.

En el presente, los pueblos originarios admiten la igualdad ante la ley que pregona la modernidad, pero reclaman se tenga en cuenta su especificidad cultural, diferente en sus pautas a la culturas dominantes. Piden también se les reconozca el derecho a la tierra, de la que fueron injustamente despojados, además de la posibilidad de formarse según sus valores e idiomas, entre otras aspiraciones.
La Argentina adhirió al documento mexicano e instituyó al 19 de Abril en 1945, mediante un decreto del Poder Ejecutivo Nacional. Desde entonces, el país es miembro permanente del Instituto Indigenista Interamericano de la OEA y adhiere a esta fecha, que se considera reivindicatoria de los derechos de los aborígenes. Esos antecedentes institucionales hoy pueden leerse como los primeros pasos de un largo camino que hasta el momento, condujeron a la adopción por parte de la Asamblea General de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

El documento sostiene varios postulados de trascendental importancia que de todas maneras, durante mucho tiempo no se tuvieron en cuenta. Por ejemplo, afirma “que los pueblos indígenas son iguales a todos los demás pueblos” pero reconoce “al mismo tiempo el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse a sí mismos diferentes y a ser respetados como tales”.

También destaca “que todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad”. Como sabemos, durante muchísimo tiempo se pensó que la única cultura posible era la europea. Es más, todavía hay muchos comunicadores, políticos, docentes, sacerdotes y demás formadores de opinión que así piensan.
De ahí que la ONU considerara necesario sostener que “todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de determinados pueblos o personas o que la propugnan aduciendo razones de origen nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales son racistas, científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente condenables y socialmente injustas”.

Resulta además que “en el ejercicio de sus derechos, los pueblos indígenas deben estar libres de toda forma de discriminación”. La ONU trajo a colación la historia para expresar su preocupación ante “el hecho de que los pueblos indígenas hayan sufrido injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y enajenación de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses”. A la luz de los sucesos que traíamos a colación al comienzo, queda claro que la ideología colonizadora todavía prevalece.

No hace mucho tuvo que intervenir el INADI para que se removiera de una red social una página que incitaba a la violencia contra el pueblo mapuche. Publicaciones igualmente racistas cobraron lugares preponderantes en destacados medios de alcance regional. Está a la vista que queda mucho por recorrer a la hora de construir sociedades auténticamente democráticas que pongan a los derechos de los pueblos indígenas en el lugar que corresponde, según la normativa nacional e internacional en vigencia.

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