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Voces indígenas en los museos
Por Trabajadores del Museo - Monday, May. 04, 2015 at 5:03 PM

Los museos de antropología y etnografía surgieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX con una fuerte impronta colonialista, y desde hace algunas décadas numerosas instituciones se han replanteado su rol como agentes gestores de patrimonios representativos de pueblos autóctonos y originarios. Existen nuevas estrategias de representación y participación que proponen una ruptura fundamental con esa herencia colonial, que no solamente refleja la expansión europea desarrollada a partir del siglo XV, sino también las mismas prácticas llevadas adelante en la conformación de los Estados Nacionales a partir de los procesos de independencia. En este marco, la lucha de los pueblos indígenas de toda América por sus derechos territoriales y culturales ha logrado instalar debates importantes en el ámbito de nuestros museos.

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Es por ello que desde la Asociación de Trabajadores de Museos compartimos con ustedes esta nota sobre la charla “Derecho indígena: una mirada desde los pueblos originarios”, realizada en el Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti” el jueves 23 de abril pasado.

Entre imágenes en blanco y negro de los antepasados de los pueblos originarios de Formosa, exhibidos en la sala central del Museo, fueron recibidos varios representantes actuales de los pueblos wichí, qom y pilagá. Luego de atender al video en las que se resalta la importancia de las asambleas de autocapacitación que los pueblos de Formosa organizaron durante 2014, referentes y voceros, adultos y jóvenes, una mujer entre nueve hombres, hablaron frente a un público diverso. Así, compartieron su saber y su sentir sobre derecho indígena, la problemática actual sobre salud y educación, la experiencia autónoma de la radio comunitaria y la razón del acampe porteño.

En referencia al conocimiento del derecho indígena, Israel Alegre, de la comunidad Nam Qom, habló respecto de la legislación nacional e internacional vigente sobre el tema, subrayando la incongruencia entre la existencia de las leyes y la falta de aplicación de muchas de ellas por parte de los gobiernos. Se refirió a la importancia del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, incorporados por el Estado argentino hace ya 20 años en su Carta Magna, y contrapuso ese hecho con la realidad cotidiana que les toca vivir hoy a muchos de ellos, que son reconocidos como “pre-existentes”, pero ignorados como “existentes” en su cultura, en su identidad, en su territorio y muchas veces en sus derechos. Finalmente, subrayó su temor a la idea de dependencia social a la que los quieren llevar.

Bartolo Fernández, de la Federación Pilagá, mencionó su participación en la reforma constitucional de 1994, cuando se introdujo el inciso 17 del artículo 75, y reflexionó sobre las esperanzas que había generado el logro de incorporar en la Constitución Nacional un artículo que obligara al Estado a cumplir con los derechos postergados de los pueblos originarios. Este importante referente denunció también la política de soborno tan frecuente en Formosa, por la cual se vio afectado recientemente cuando le ofrecieron dinero para que desistiera su viaje a la ciudad de Buenos Aires para participar del acampe que hace más de 60 días se encuentra activo en la Avenida 9 de Julio. Jorge Palomo, miembro wichi de la comunidad Cacique Yemu, aludió a las formas diferentes de la vida occidental y la originaria, acerca del modo de relacionarse con la tierra y sus recursos. Realizó una comparación de la realidad de los indígenas argentinos con los pueblos bolivianos respecto del avance de estos últimos en lo que se refiere a la problemática de la territorialidad y a la existencia de instituciones educativas que permiten la formación profesional indígena a través de un crecimiento interno y no impuesto.

Por su parte, la joven Sonia Poli habló sobre el proyecto de capacitación en salud de la comunidad Qom Potae Napocna Navogoh y reflexionó sobre la importancia de la formación de miembros de la comunidad en un área en la que el gobierno está ausente, de manera de funcionar como eslabones entre los médicos y la comunidad. Se refirió también al trabajo de las promotoras de salud y su función en términos de la prevención de enfermedades. El director de la radio de esta misma comunidad, Rubén Díaz, relató cómo se construyó ese espacio de comunicación de forma autónoma, con la colaboración de algunas organizaciones sociales; habló sobre la relevancia de informar en su propia lengua, llegando de esta manera a toda la comunidad, desde los ancianos hasta la juventud y resaltó que se trata de una forma más de resistencia activa.

El qom Irineo Latranki, locutor de esta radio e integrante del Consejo de Jóvenes de la comunidad, recordó la fecha del 23 de noviembre de 2010, en la que fueron reprimidos por la policía de Formosa al hablar del incumplimiento de los derechos indígenas previstos en la Constitución Nacional. Reclamó que ningún integrante de la dirigencia política, en ningún nivel institucional, los escucha en la actualidad y declaró que siguen sufriendo de continuos desalojos, atropellos y persecuciones, en muchos casos mediante el uso de la violencia física. También declaró que quieren quitarles sus lenguas y cosmovisiones y que les resulta muy difícil convivir con la opresión de los punteros políticos. Ulises Fernández, del pueblo Wichi, de María Cristina, una comunidad ubicada ya cerca del límite con Salta, estudiante del profesorado de Historia, comentó la necesidad de formarse para poder algún día enseñar su propia historia a las comunidades. Manifestó la importancia de poder reclamar los derechos de sus propias tierras, ya que “el monte les da todo, da la sabiduría, no solo los alimentos”.

Procedente de la comunidad de Riacho de Oro, el joven qom Néstor Gómez reclamó enérgicamente que se los escuche en sus reivindicaciones sobre el territorio. Declaró que los 32 años de democracia no son completos si no se escucha la voz de los pueblos indígenas y que tampoco se habla de las matanzas ni de la participación en la Guerra de Malvinas. Irineo Chascoso, pilagá de la comunidad de Bartolomé de Las Casas, reflexionó acerca de los problemas ante la falta de agua potable y sistemas de salud, y denunció la discriminación constante que sufren al ser catalogados como vagos, siendo que ningún gobierno generó fábricas o fuentes de trabajo y capacitación. Expresó en pocas palabras su deseo de que se solucione la situación de despojo que sufren hoy los pueblos indígenas, para que puedan dejar el acampe en pleno centro porteño, tan hostil a su modo de vivir, y regresar así a sus casas en el monte.

Finalmente, Félix Díaz, qarashé de la comunidad qom Potae Napocna Navogoh, expuso con claridad su posición sobre la situación que viven los pueblos originarios hoy, iniciando su discurso con un paralelismo entre las palomas de Plaza de Mayo y la comprensión que tienen muchos acerca de cuáles son las necesidades reales de los indígenas.

Así, nos dejó pensando en esa comparación entre la dependencia a la que las aves porteñas se ven sometidas para sobrevivir y la creación de formas de organización dependientes del Estado. Opinó que si el Estado no quiere escucharlos, entonces jamás será plural y subrayó la importancia del derecho a la autodeterminación que tienen todos los pueblos y al reclamo de la garantía de su plena vigencia en el sentido más amplio: el derecho a la salud, a la educación, al territorio, a los recursos naturales, a la vida, a la libertad. Destacó que el movimiento indígena se encuentra actualmente en una etapa de madurez, principalmente en la toma de consciencia sobre lo que significa ser indígena, aunque mostró el largo el camino que debe transitarse todavía, ya que se observa claramente cómo continúan las acciones para mantener y aumentar la dependencia y minimizar el respeto por la diversidad cultural. Por eso, la capacitación de los jóvenes, que serán los guías del mañana, es crucial. El futuro no está por delante, sino por detrás, ya que si no se hace el camino hoy, los jóvenes son los que van a sufrir mañana. La idea es convivir: vivir pero desde la propia identidad, cultura y sacralidad. Y en este momento es decisivo el reclamo: un reclamo de vida.

Nota y fotografías: Asociación de Trabajadores de Museos

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