Julio López
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Megacausa La Perla y Martinez de Hoz
Por Movimiento DDHH - Wednesday, May. 06, 2015 at 11:11 AM
JORGELUISALTAMIRANO@GMAIL.COM

ESTA MEGACAUSA TERMINARA CON LAS CONDENAS EN NOVIEMBRE 2015

Megacausa La Perla
El plan de Martínez de Hoz como telón de fondo del plan sistemático de exterminio

6 de mayo, 2015

El exterminio de militantes populares para imponer el plan económico de Alfredo Martínez de Hoz. Durante la Audiencia 222, familiares directos de Raúl Osvaldo Ravasi, Eduardo Toniolli y María Landaburu (detenidos desaparecidos) explicaron como sobrellevaron las pérdidas hasta que a fuerza de lucha y voluntad política sobrevino el fin de la impunidad y los juicios se realizan con todas las garantías constitucionales. Historias de dolor y resignificación social.

Por Katy García – Prensared

Ayer se llevó adelante otra jornada de testimonios. Ante el Tribunal presidido por Jaime Díaz Gavier y conformado por Camilo Quiroga Uriburu y Julián Falcucci declararon la esposa, el hijo y una hermana de tres víctimas de la represión ilegal. Los relatos aportaron información y análisis políticos de los daños que el terrorismo de Estado le produjo no solo a las familias sino a la sociedad en su conjunto. Lastres, que aún perduran. También salieron a la luz vivencias y emociones contenidas por casi 40 años.

Le quitaron la palabra

Mirtha Pizzollato declaró por la desaparición de su esposo Raúl Eduardo Ravasi. Al inicio planteó que después de 39 años de ocurrido el hecho podía dar cuenta de las consecuencias derivadas pero que “no compensa en absoluto la ausencia porque al quitarle la vida le quitaron la palabra y yo voy a hablar por él”.

La noche que va del 6 al 7 de enero de 1976 mientras ella y sus hijos Juan Pablo y Celeste junto a otros familiares se encontraban en las sierras se enteró que su esposo había sido secuestrado de la casa ubicada en barrio Colinas de Vélez Sarsfield en la capital.

El “Flaco” como lo llamó siempre se había vuelto del paseo antes para preparar un viaje a Santiago del Estero para cumplir con un trabajo para la empresa Pasquíni – Depetris. “Busca el rastrojero que lo llevaría con otro ingeniero y esa noche lo secuestraron”, precisa. Al otro día, los vecinos les avisaron a sus cuñados. “Gente armada, entró a tu casa y el Flaco no está”, le avisaron. “En un segundo, tuve la certeza de que había pasado algo horrible y peligroso. Y me conecté con el hecho de que estaba sola y debía empezar a buscarlo cuanto antes”, afirmó la testigo.

Desorden, odio

Ya de regreso encontró un desorden que le produjo incertidumbre y sorpresa. “Todo tirado en el piso, el desorden, ropa, papeles…no parecía mi casa pero lo era, estaba habitada por mucho odio. Incluso los juguetes de los niños”, expresó. Faltaban cosas de la casa y “Las sábanas celestes, estaban rasgadas, el piso lleno de puchos aplastados, con mucha violencia” y los estantes vacíos le llamaron la atención.

“Allí tomé conciencia del horror y también pensé en qué manos había caído el Flaco”, se acordó que pensó entonces. Y agregó: “Esto que pasó en mi casa pasó en toda Córdoba salió en la prensa”.

El vecindario había visto tres autos. Un chevy y dos Falcon similares a los que usaba la policía. “Pasaban con marcha normal, luces altas y repartían volantes del Comando Libertadores de América. Y que cuando un grupo de personas del barrio los vio dejaron de hacerlo. También se llevaron el auto de la familia un Renault 12 y el rastrojero de la empresa.

Ingresaron tres grupos armados por la puerta principal, el fondo y los techos. Esos días hubo unos 20 secuestros en total y la prensa de la época lo reflejó. También le contaron que “el barrio había sido volanteado con la firma de los Comandos Libertadores de América”. Antes de retirarse, entregó al Tribunal un CD con los reportes de prensa de la época.

La búsqueda fue intensa. Golpearon todas las puertas posibles. Iglesias, seccionales, oficinas, incluso vieron a un militar de la Side. Recorrieron seccionales y gestionaron en Buenos Aires. Incluso visitaron al padre de las mellizas Waquin. Sobre el R12 se anoticiaron que estaba en el Batallón 141 y según le contó una persona allegada a sus cuñados “había sido usado en otros procedimientos. Y respecto al rastrojero matrícula 313015 nada se supo.

Cristiano, tercermundista y peronista

“Era una persona interesada por mejorar la realidad, cristiano, de los movimientos tercermundistas”, respondió ante una pregunta sobre la militancia. Se conocieron en un grupo juvenil, en una parroquia.

“Era peronista, progresista, de izquierda, pero no estaba en alguna agrupación”. Trabajaba por su cuenta, en las empresas constructoras y en una de transporte. Y fue director obrero en una empresa de ventas de tractores, le comentó al Tribunal.

Mirta era docente y pertenecía al gremio de docentes privados. Citó a varios afiliados que fueron secuestrados como Silvia Ferraris y su esposo Humberto Annone y un fotógrafo.

Hacerse invisibles

Recordó que al cabo de dos meses se reencontró con sus hijos, tras intentar pasar desapercibidos en la casa de unos parientes. No se animaba a vivir en su casa y unos familiares le dieron cobijo.

El relato de Mirta trajo a la sala sentimientos y estados emocionales experimentados cuando trató de hacerse “invisible”. Explicó como “El temor y la sensación de persecución continua” sumado al silencio y a mirar detrás de las ventanas, la llevaron a pensar que “me había disociado. La Mirta que actuaba, que hacia cosas, y la otra para los demás…no podía libremente ser la misma de antes. Y me trajo una cosa muy loca: envidiaba a las personas que estaban detenidas y podían hablar y yo que era una NN. Eso me hacía sentir culpa”, expresó, casi a borbotones. La misma sensación le provocaba no ser tampoco exiliada.

En esos momentos “Pensé en mí, con dos chicos, de casa en casa, con miedo, y me dije: yo también hubiera necesitado un pido gancho, para mis chicos que fueron privados de los afectos, de la seguridad económica y el acompañamiento de su papá”, reflexionó. “…No solo saquearon mi casa sino que le robaron a mis chicos la infancia y a su madre porque yo andaba haciendo tramites”, añadió.

Saquen la verdad

A través de Hipólito Colomo, un ex sacerdote, detenido el 22 de febrero de 1976, se enteró que su esposo estuvo en el Campo de la Ribera. El excura le comentó que en una conversación entre interrogadores uno le dijo “A vos te delató Ravasi. ¿Cuál? -preguntó. Un tipo al que le corté el cogote”, respondió”.

“Estas personas reconocen que asesinaron a mi marido, señala, y una sigue sufriendo la injusticia”, reclamó. Y cuando su hijo le preguntó

-¿Qué pasa que no vuelve mi papá? –interpeló el niño.

-Vinieron unos señores y se lo llevaron-le explicó y contó que lo buscaba casa por casa.

-¿Te fijás en el ropero o debajo de la cama?-quiso saber.

Parafraseando aquella frase del pequeño les dirigió un mensaje a los imputados. “Saquen del ropero y de abajo de la cama la verdad porque cuando lo hagan habrá un poco de justicia para mi esposo al que arrancaron de mi casa”. Así concluyó el testimonio y fue aplaudida por los asistentes del recinto y los muchos familiares y amigos que la acompañaron y esperaban en el hall.

Toniolli: Por La Perla y Quinta de Funes
Eduardo Leandro Toniolli, miembro de H.I.J.O.S y diputado

Eduardo Leandro Toniolli, miembro de H.I.J.O.S y diputado

El último en testimoniar fue Eduardo Leandro Toniolli, querellante en la causa que investiga la desaparición de su padre Eduardo José Toniolli, militante de Montoneros, a quien llamaban Juan.

El testigo contó que por relatos familiares pudo averiguar que su progenitor fue secuestrado el 9 de febrero de 1977 en la vía pública junto a una compañera de militancia en esta provincia. Al mes siguiente nació él.

El padre “Fue militante de la UES, responsable de la Regional II del Litoral, en la organización Montoneros”, explicó. Su madre, Alicia Gutierrez, pertenecía al mismo movimiento.

Agregó que en 1976, en la ciudad de Rosario, la persecución y la gran cantidad de militantes muertos hizo que sus padres emigraran a Córdoba.

Fue secuestrado junto a Analía Bellizán y ambos llevados a La Perla. Dicha información la obtuvo muchos años después cuando su madre se puso en contacto con un grupo de sobrevivientes en Ginebra. Entre ellos, Teresa Meschiati y Kaufman.

Otros testimonios “decían haber visto a mi padre en el centros clandestino la Quinta de Funes donde hubo un solo sobreviviente: Rubén Dri. “Los hechos fueron juzgados en las causas Guerrieri 1 y 2 en Rosario. Y eso fue crucial para conocer los asesinatos de 15 militantes Montoneros y luego arrojados en la bahía de Samborombón. Los hechos fueron denunciados por Tucho Valenzuela en México tras lo cual “ese lugar se desarmó”.

El testigo detalló el recorrido de las causas y el paso dela víctima por La Perla. Dijo que durante tres meses fue sometido a tormentos y luego trasladado “en grave estado de salud” al centro clandestino de Rosario donde mantenían recluidos a todos los militantes de Montoneros que estuvieron en la conducción. Supo que los represores hablaban de la “juanada” en referencia a la brutal tortura aplicada.

Búsqueda y Exilios

Como la mayoría, los familiares vinieron desde Rosario a Córdoba a iniciar la búsqueda. Su abuelo era miembro de la Liga por los derechos del hombre y realizó numerosas gestiones ante funcionarios de las fuerzas armadas y autoridades eclesiásticas durante las primeras semanas.

“Al mes nací yo en Rio Ceballos y mi madre me anotó con su apellido”, afirmó.

Vivieron un año en distintas localidades y se fueron a Buenos Aires. En los ’80 partieron a Brasil en carácter de refugiados y vivieron entre cuatro años en Francia. En 1985 regresaron a Rosario. Su abuelo Fidel Toniello fue fundador de Familiares Rosario y también de la Conadep.

“Participé activamente en todos los intentos de procesos judiciales que no fueron posibles en los noventa. Y luego de los juicios por la verdad histórica donde se dan una serie de avances y hay testimonios de una represora que aportó datos”, indicó. Es miembro de H.I.J.O.S desde el comienzo.

En carne propia

Y luego afirmó que cuando Néstor Kirchner se definió como hijo de las Madres de Plaza de Mayo se produjeron una serie de ataques a los abogados patrocinantes y a los hijos de las víctimas en Rosario. Al otro día, recibió una tarjeta en latín cuya frase pertenecía a Santo Tomás de Aquino que alude metafóricamente “a la gangrena social”. “Una velada amenaza que tenía sentido con lo que luego sucedió con un comercio particular que había puesto con el dinero de la indemnización”, contó. El Ciber café fue atacado tres veces.

“Un día después del discurso de Kirchner robaron del Bosque de la Memoria una placa de mármol, homenaje a los detenidos desaparecidos y rompieron el vidrio del negocio”, explicó. “Otra vez lo hicieron con una granada sin espoleta pero con carga y ya con la custodia que se retiró un rato tiraron una piedra mientras estábamos atendiendo”, amplió. Pasaron 12 años para que el culpable sea condenado.

Los hechos se produjeron, según testimonió, cuando el hermano del Jefe del Ejército -Brinzoni- conducía el arma y daban charlas Vicente Masot y Carlos María Landoni hoy condenado en el marco del plan Cóndor y una serie de personajes que defendían el genocidio.

El testigo hizo un reconocimiento a la “lucha y resistencia de los organismos de derechos humanos, la decisión soberana de las instituciones del pueblo y la voluntad política de Néstor Kirchner” en la apertura de los juicios y valoró el efecto reparador del testimonio para las víctimas y la sociedad.

También le dijo al Tribunal que no hay posibilidad social sino se reconstruye la historia y destacó que el sentido último del proceso tiene que ver “con los objetivos propuestos el 2 de abril de 1976, propuestos por Martínez de Hoz”, que siguieron las décadas siguientes.

Alcira Landaburu: “Fue un asesinato”

La primera en declarar fue Alcira Cristina Landaburu en relación al secuestro y desaparición de su hermana Elsa Alicia Landaburu y de la pareja de ésta Hugo Osvaldo López ocurrido el 28 de marzo de 1976 y reportado como un “enfrentamiento” por las fuerzas de seguridad. “Fue un asesinato”, reafirmó sobre el final. Las víctimas por lo que se pudo conocer estuvieron en la Perla. Eran estudiantes de medicina y habían realizado prácticas en la maternidad provincial.

Además de Elsa otras dos hermanas permanecen desaparecidas. María Esther y Leonor Rosario, embarazada, fueron secuestradas en Buenos Aires.

Hoy continúa otra jornada de testimonios.

Toda la información sobre el megajuicio en http://www.eldiariodeljuicio.org.ar

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