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Por torturas, denunciarán en la Justicia a 7 gendarmes
Por El Tribuno / Salta - Wednesday, May. 20, 2015 at 6:26 PM

Aborígenes de la comunidad Caraparí señalan que los efectivos atacaron a dos menores. También harán presentaciones ante el Inadi y el INAI.

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Foto: Los chicos agredidos y sus familiares cuentas lo que sucedió



POR CRISTINA CARRAZÁN

Aborígenes guaraníes que residen en la comunidad Itiyuro, en el límite entre los municipios de Aguaray y Salvador Mazza, en el norte de Salta, denunciarán ante la Justicia y los organismos nacionales Inadi e INAI a siete gendarmes pertenecientes al Escuadrón 61 Pocitos.
Ellos denuncian que el jueves pasado los efectivos golpearon a dos chicos de 15 y 16 años pertenecientes a esa comunidad y al tío (30 años) de ambos menores, quienes se trasladaban caminando por un costado del río Caraparí. El IPPIS (Instituto Provincial de los Pueblos Indígenas) también tomará intervención en la denuncia, según lo manifestó el vocal del IPPIS, Julio Palavecino.
Junto a sus madres, Adelina Ortega y Claudia Díaz, y al presidente de la comunidad aborigen Caraparí, Hilario Vera, los chicos se presentaron en El Tribuno para relatar los momentos de terror que les tocaron vivir; pero lo más preocupante para los miembros de esa comunidad es que hasta el momento nadie les garantizó que no volverán a sufrir apremios ilegales.
"Muertos de miedo"
Héctor y Rodrigo, los chicos de 15 y 16 años golpeados y sometidos a torturas el jueves de la semana pasada, relataron que "después del partido de Boca y River nos fuimos caminando hasta la comunidad Madrejones, distante más o menos 3 kilómetros, con mi tío Marcelo Flores. Siempre hacemos ese trayecto porque no tenemos otro lugar por dónde caminar, tenemos que ir sí o sí por un camino que queda al costado del río. Mi tío llevaba una linterna y comenzamos a escuchar tiros. Cuando nos dimos cuenta que venían siete gendarmes corriendo por detrás nuestro nos quedamos quietos".
Para los chicos y para Marcelo Flores comenzó un momento de terror que duró una hora, pero que para ellos fue una eternidad. "Al primero que golpearon fue a mí. Les dije que no nos pegaran, que veníamos de ver el partido; no terminé de decir la frase cuando sentí un culatazo en la nuca. En el suelo comenzaron a patearme y como los chicos les decían que me dejen comenzaron a golpearlos a ellos también", dijo el tío.
Héctor, el menor de 15 años, recordó que "no nos dejaban ni hablar, todo era golpes, hasta que nos llevaron al río y ahí nos ahogaban metiéndonos la cabeza en el agua. Me decían: "Dónde está la droga y la coca que traían; a quién le dieron la merca'', pero nosotros no teníamos nada. No sé cuánto nos tuvieron así pero como se cansaron de interrogarnos y golpearnos uno de ellos nos dijo: "Se van a la mierda de aquí, no los quiero ver porque si los encontramos de nuevo los cagamos matando de un tiro en la cabeza''".
Rodrigo, el otro chico, recordó que "comenzamos a correr como locos en dirección a la casa en Madrejones y ellos hacían tiros desde atrás. En la oscuridad de la noche lo perdimos a mi tío, que había escapado para el monte. Cuando llegamos a la casa le avisamos a nuestras madres lo que nos había pasado. Teníamos mucho miedo y peor aún porque no sabíamos si a Marcelo lo habían vuelto a agarrar".
Cuando su hijo y su primo llegaron a la humilde vivienda en el paraje Madrejones, Adelina Ortega se dio cuenta del estado en que estaban ambos.
"Descalzos, golpeados, completamente mojados y aterrados. Rodrigo no podía ni mover la cabeza del dolor, por lo que en ese momento nos fuimos al hospital de Salvador Mazza para que los vea un médico. En la guardia nos atendió el doctor Agero y él comprobó los golpes que los chicos tenían y el estado en que se encontraban. Mi cuñado, el tío de los chicos, recién regresó a la casa a las 4 de la mañana porque del susto había huido al monte", recordó.

Un lugar usado por los bagayeros
Los chicos circulaban por caminos que se usan para el contrabando. El presidente de la comunidad de Caraparí, Hilario Vera, se mostró indignado por la situación "porque los gendarmes nos conocen a todos los que vivimos en Caraparí y en Madrejones. Vivimos del trabajo de la tierra y de la cría de animales en un predio de 700 hectáreas que nos pertenece".
Vera recordó que "hace algunos años yo estaba preocupado porque por mi comunidad por noche pasaban 150 bagayeros bolivianos que traían contrabando. Fui a pedirle al comandante del Escuadrón 61 que pusiera gendarmes para que impidan el ingreso de estos bagayeros y me respondió que él no iba a arriesgar a su personal. La respuesta me indignó porque de esa manera los que quedábamos en riesgo ante esa gente éramos nosotros. Pero que ahora golpeen y maltraten a los chicos que van y vienen dentro de nuestra comunidad es algo que no lo vamos a soportar". Y agregó: "Somos dueños de toda esa tierra y no estamos asentados, tenemos títulos porque aquí vivieron nuestros abuelos. Cómo puede ser que gente extraña venga a golpear a los chicos que van y vienen caminando porque la escuela queda en Itiyuro, no tienen otra forma de llegar".
El presidente de la comunidad recordó que fue a visitarlo al titular del Escuadrón 61 Pocitos, pero que no lo recibió.

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