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Apropiadores condenados
Por Cecilia Litvin – Red Eco - Friday, Jun. 12, 2015 at 9:10 AM

Jueves 11 de Junio de 2015 | Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese recibieron 8 y 6 años y medio respectivamente por la apropiación de Florencia Laura Reinhold, la nieta restituida número 105. El Tribunal Oral Federal Nº5 condenó además al médico Francisco Vicente de Luca a 6 años por haber firmado el acta de nacimiento falsa. Antonio Caruso, amigo de Susana Siver y Marcelo Reinhold, papás de Laura, estuvo en la última audiencia del juicio y relató sus sensaciones y también sus recuerdos. Red Eco Alternativo.

Apropiadores condena...
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 (Cecilia Litvin – Red Eco) Buenos Aires – Los padres de Laura eran militantes de Montoneros y fueron secuestrados en 1977. Susana Siver sigue desaparecida y Marcelo Reinhold fue sacado de la ESMA meses después y su cuerpo hallado calcinado en el kilómetro 34 de la Panamericana, acceso a Pilar.
Susana Siver estaba embaraza de 4 meses cuando fue secuestrada en un operativo realizado en la casa de los padres de Marcelo Reinhold. Horas más tarde, él también sería detenido junto a un amigo en la vía pública.
Permaneció en el centro clandestino que funcionaba en el predio de la ESMA, sometida a trabajo esclavo, hasta comienzos de 1978 cuando fue trasladada al Hospital Naval. Allí, el 16 de enero nació Florencia Laura. Madre e hija estuvieron juntas entre 10 y 15 días, lapso en el que Susana permaneció esposada a la cama, y llamó cariñosamente a su bebe “Lauchita”.
A Susana le dijeron que su hija sería dada a sus abuelos, cosa que no ocurrió ya que la beba fue entregada al matrimonio Lavia-Marchese por el médico de la Armada Aldo Clemente Chiappe (ya fallecido), quien actuaba en la ESMA y además era compañero de guardia del apropiador en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica de Haedo.
Pocos días después del parto, el papá de Marcelo atendió un llamado en su casa en el que le decían “felicidades, abuelo”. Y a partir de testimonios de sobrevivientes recogidos por una Comisión de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Ginebra en 1982, la familia Reinhold se enteró que Susana había parido una nena. Y desde entonces la buscaron.
Florencia Laura supo que era adoptada desde que era una nena, pero recién a los 21 años se enteró que podía ser hija de desaparecidos. Se lo dijo el propio Lavia al volver de una sesión de quimioterapia. Le recomendó además que si alguna vez quería conocer su historia debía empezar por ir a la sede de Abuelas, algo que la joven hizo poco después. Solo se acercó a averiguar, pero en 2011 la convocaron y ella aceptó hacerse el análisis de ADN. Así supo su verdadero origen y pudo conocer a parte de su familia.

Marcelo y Susana
“Yo lo conozco a Marcelo desde que tenía 7, 8 años. Crecimos juntos en el barrio, en Haedo, jugando al fútbol, yo era más amigo del hermano, porque Marcelo era más chico que yo, tenía 3 años menos. Después a medida que fuimos creciendo, esas diferencias de edad se fueron achicando. Compartíamos guitarreadas, jugar al fútbol. Después él entró a la Facultad de Derecho, comenzó a militar en la JUP (Juventud Universitaria Peronista) y la conoció a Susana. Después la trajo a Susana y nos hicimos amigos y salíamos con ella, guitarreábamos, o teníamos actividades conjuntas. Nuestra amistad era más bien barrial, nos hemos ido juntos de campamento”, contó Antonio Caruso a Red Eco.
Antonio conoce a la familia Reinhold desde que era chico y sigue en contacto con ellos hasta el día de hoy, en especial con Augusto, el hermano de Marcelo.
“En el año ’77 a Marcelo lo metieron en cana por andar firmando un petitorio en Derecho, quedó a disposición del Poder Ejecutivo, habrá estado un mes y medio más o menos en la cárcel de Resistencia, después lo trasladaron a Rawson. Eso fue más o menos a mitad del ’77 y alrededor de noviembre o diciembre salió en libertad; pero al año siguiente él ya no tenía actividad en la facultad, sí tenía militancia de barrio, Susana incluso tampoco estaba yendo a la facultad. Un día en un operativo fueron a la casa de los padres de él, ahí la secuestraron a Susana y a él lo ubicaron por la calle, creo que por el barrio de La Boca, y los chuparon a los dos, eso fue el 14 de agosto de 1978”, recordó Caruso.
Al momento de describir cómo eran Marcelo y Susana, Antonio Caruso no dudó: “eran muy alegres, con muchas ganas de vivir, muy pujantes en cuanto a iniciativas, llevar cosas adelante, tenían mucha vida. Eran divertidos, simpáticos, creo que lo importante es que estaban convencidos de los planteos que hacían, no solo lo decían sino que lo sentían. Y eso para mí fue muy importante siempre. Yo los veía espontáneos, transparentes y lógicamente con 22 años con muchas ganas de vivir”, aseguró conmocionado.

El juicio
Se desarrolló en 4 audiencias y la primera en declarar fue la propia Florencia Laura Reinhold. La mujer de 37 años contó que fue su primer embarazo lo que la hizo llenarse de preguntas. Relacionó cada momento de ese período con su mamá. Con su segundo embarazo volvieron los interrogantes, supo que debía comenzar a reconstruir el rompecabezas de su vida. En junio de 2011 recibió el llamado de Abuelas a partir de una serie de denuncias que habían llegado, se hizo el examen de ADN y así pudo conocer a parte de su familia biológica, entre las que se encontraba Luisa, su abuela paterna. A pesar de tener una buena relación con sus apropiadores y de haber querido protegerlos en un primer momento, Laura resolvió que debía ser la justicia la que determinara cómo sucedieron los hechos.
Durante el juicio, tanto Lavia como Marchese se negaron a testimoniar por lo que se tomó en cuenta sus declaraciones en las indagatorias de 2012. Allí Lavia relató que con su esposa tenían problemas para tener hijos, que se lo comentó a un compañero de trabajo, Chiappe, quien a los pocos días les trajo una beba que, según le dijo, había sido dejada en el Hospital Naval de La Plata. Lo cierto es que la beba fue anotada como propia a partir de un acta de nacimiento apócrifa firmada por el médico De Luca, también acusado en el juicio, quien en declaración indagatoria reconoció haber firmado el acta por la amistad que lo unía a Lavia.
En las audiencias también declararon tíos y tías de la joven, incluso una de ellas lo hizo vía teleconferencia ya que vive en Israel. Alicia Margulies de Siver relató que su suegra, la mamá de Susana, prácticamente no volvió a salir de la habitación de su casa donde se encontraba el teléfono, desde que un día su hija la llamó desde la ESMA. A su vez, se reprodujeron algunos de los testimonios del proceso en el que se juzgó el Plan Sistemático de Apropiación de Menores debido a que parte de la historia de Florencia Laura apareció en ese juicio, al igual que en la megacausa ESMA.
Durante su alegato, Miguel Palazzini, uno de los fiscales, aseguró que los acusados pusieron a la joven en el lugar de decidir qué hacer respecto de su origen cuando en realidad ella no estaba en condiciones de hacerlo. Señaló además que se cuidaron de no dejar rastros de lo sucedido, a pesar de que sabían perfectamente el origen de Florencia Laura.
Este lunes 8 de junio, el Tribunal Oral Federal Nº5 dio a conocer su sentencia. Por la apropiación condenó a Juan Carlos Lavia a 8 años, a Serafina Marchese a 6 años y medio de prisión, y a Francisco Vicente De Luca a 6 años además de inhabilitarlo por el mismo tiempo. A su vez, los jueces Oscar Hergott, Adriana Palliotti y Daniel Obligado calificaron a los delitos juzgados como crímenes de lesa humanidad. Algo que resaltó especialmente Alan Iud, abogado de la querella de Abuelas, en diálogo con Infojus: “el hecho de que se los haya calificado como delitos de lesa humanidad, que puede parecer trillada para los juicios a esta altura, en este no era menor. Porque los tres imputados eran civiles cuya relación con el Terrorismo de Estado es menor a otros imputados en casos similares, y de todas maneras se determinó la responsabilidad que tuvieron”.

Laura
Por su trabajo, Antonio Caruso solo pudo asistir a la audiencia en que se dio a conocer la sentencia, pero siempre estuvo junto a la familia Reinhold en todos estos años: “estábamos a la expectativa (en relación a este juicio), incluso con Augusto, el tío de Laura, hermano de Marcelo, compartimos todo durante casi los 38 años desde el secuestro y desaparición de Marcelo y Susana hasta la fecha, hemos compartido muchísimas cosas, entre ellas todo el desarrollo, todas las vivencias que hemos tenido, y las amarguras también”, contó a Red Eco.
“Para la sentencia ella (Laura) no estuvo, era de esperar, lo que dice ella y lo que planteó desde un principio es que la justicia resuelva, y me parece que es una cuestión sana. El lunes estuvimos con el marido de ella, que decía que racionalmente lo entiende pero que desde el punto de vista emotivo es terrible, porque por un lado es toda la tristeza y por el otro la alegría, y ella es protagonista de ambas cosas, a ella ‘no la trataron mal’, lo que pasa es que el maltrato fue negarle su verdad. Un poco lo que decía la tía Adriana es el hecho de decir que se hizo justicia de alguna manera, entonces todo el tema de memoria, verdad y justicia está y ahora ella tendrá que ver qué hace con esa verdad. En este momento tiene todos los elementos y la cruda realidad de la verdad sobre la mesa, Laura tendrá que ver cómo hace, cómo puede, cómo quiere…”, agregó Caruso.
El amigo de la infancia de Marcelo Reinhold recordó además la emoción del encuentro con la joven tras la recuperación de su identidad: “cuando nos enteramos que apareció Laura, la nieta 105, nos juntamos, hicimos un festejo, después la conocimos a ella, nos reunimos. La encontré muy parecida a Marcelo. La cara es de Marcelo pero el pelo y la expresión son de Susana. Esa cuestión de verla, te viene a la memoria todo lo vivido. La verdad que todo fue muy movilizante. Nosotros tuvimos con Laura una primera reunión pero era más como para romper el hielo, una cosa de mirarnos, observarnos, y en algún momento vamos a hacer algún asado, alguna guitarreada donde podamos hablar un poco más”.
Antonio Caruso contó además que ahora Laura sí habla de Susana y Marcelo como sus papás y que eso es muy importante: “le deseo que vaya asimilando y viendo su nueva vida como es”, expresó hacia el final de la charla con Red Eco.
Sin duda, la realización de este juicio y su sentencia serán elementos imprescindibles en el camino hacia la verdad de Florencia Laura Reinhold.

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