Construyamos una lista independiente y antiburocrática para las elecciones de ATE

 Quienes suscribimos esta declaración llamamos a poner en pie una lista de unidad opositora a nivel nacional y listas provinciales y seccionales de oposición a las distintas variantes de las listas Verdes y Azules para las elecciones de ATE que se desarrollarán este 2 de septiembre.

La situación de los estatales, ante el fin de ciclo Kirchnerista, es crítica. La precarización laboral continúa en la nación, las provincias y los municipios con tercerizaciones, contratos basura y salarios de hambre. La pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación es cada vez más notoria. Hacia adelante, los candidatos con más chances de llegar a la presidencia coinciden en un programa de continuidad y profundización del ajuste y reducción del gasto público en función de garantizar el pago de la deuda a los acreedores internacionales y tasas de ganancia siderales para las empresas monopólicas locales y trasnacionales.

En este contexto, nuestro sindicato está atravesando una profunda crisis. A la fractura existente en el histórico núcleo dirigente en las elecciones de 2011, con la presentación de listas ligadas al gobierno nacional, se suma ahora la división entre en el sector de Micheli y el de De Gennaro. De no mediar un acuerdo, llegaríamos a las elecciones con tres o más listas entre Verdes y Azules, lo que pondría al sindicato ante la posibilidad de una fractura como ocurriera en la CTA.  Pero incluso si entre todos ellos llegaran a un acuerdo, no estaríamos en presencia de una homogeneidad política, sino de un compromiso entre cúpulas para repartirse la caja del sindicato, semejante al que en los últimos cuatro años produjo un quiebre de la directiva en ATE-Capital, que buscaron trasladar al conjunto de las y los estatales. La subordinación política a una centro-izquierda en crisis y los acuerdos con los distintos gobiernos de turno, están haciendo que en gran medida ATE sea un campo de disputa entre distintos sectores que están muy lejos de representar los intereses de los trabajadores/as.

Esta política de integración al régimen político va de la mano con el abandono de la lucha. Año a año, mientras en la gran mayoría de los municipios, las provincias y en la nación, los gobiernos firman paritarias a la baja con UPCN y otros sindicatos burocráticos a espaldas de los trabajadores y trabajadoras, los verdes y azules de ATE, convalidan esos nefastos acuerdos firmándolos o sin hacerlo pero siendo impotentes cuando no cómplices al no revertirlos.

Para disimular esta política, la conducción de ATE convoca a medidas testimoniales y aisladas, que se adoptan “desde arriba” y no sobre la base de plenarios de delegados y mandatos de asambleas, método primordial para construir planes de lucha reales que sirvan para ganar. Estos dirigentes hacen que luchan para intentar lavarse la cara ante al conjunto de los estatales, pero sus medidas terminan dejando al descubierto un alejamiento cada vez mayor de las bases y la nula problematización de prácticas gremiales verdaderamente inconducentes.

A contrapelo de esa política claudicante de la dirigencia verde o azul, existen en ATE muchas experiencias de organización y lucha, basadas en la democracia sindical y la construcción de base​, e independientes del estado, las patronales y los dirigentes y partidos que defienden sus intereses, que dan pelea en forma consecuente por las necesidades del conjunto de los trabajadores/as.

Sólo por nombrar algunos ejemplos, la combativa ATE-Mendoza, mediante la participación masiva de los trabajadores en las decisiones y medidas de fuerza, conquistó recientemente en el sector salud el 35% en un pago y miles de pases a planta. En Capital, en la actualidad, la Junta Interna de Economía, plural, democrática y de lucha, expresa la más destacada pelea contra el techo salarial y el trabajo en negro que imponen el gobierno Nacional y sus socios de UPCN, y es parte de un fenómeno que también se observa otras Juntas como las de los Ministerios de Trabajo y de Planificación, o en la Ciudad, las de Promoción Social, la de Estadística, Teatro Colón o Dir. de Música, que enfrentan la precarización salarial y laboral y la persecución sindical de Macri y su gobierno derechista. O la histórica lucha de los trabajadores del INDEC contra la intervención y las patotas, donde en sus abrazos mensuales denunciando el dibujo de la inflación y la pobreza que el gobierno nacional realiza todos los meses, como la solidaridad con todas las luchas de los trabajadores del país.  Ni que hablar del contraste entre las prácticas burocráticas y conciliadoras de Cachorro Godoy antes y de De Isasi en los últimos 4 años en la provincia de Buenos Aires, con la experiencia de las Seccionales antiburocráticas de ATE Sur, recuperadas hace ya 24 años en Lomas de Zamora y Alte. Brown- Pte. Perón (cuya dirección consolidada recuperó también la CTA en esos distritos), en la que son una constante las masivas asambleas, plenarios, medidas de lucha y sus conquistas sectoriales, y una atracción al activismo combativo que va surgiendo, como el del Hospital Alende, que organizó su Interna junto a la seccional, derrotando a la patota del intendente Insaurralde y de la burocracia del sindicato municipal.. O como también lo son en Juntas Internas opositoras, como la del Hospital de Moreno, Hospital Mercante o en La Plata las de Educación sede (con su gran huelga y toma de 11 días en 2012), IOMA, Asuntos Agrarios, Desarrollo Social o ARBA. Lo mismo puede decirse de la Junta del Hospital Castro Rendón en Neuquén, que encabezó una larga lucha de la salud en la provincia, donde consiguieron el 35% al básico para toda la rama salud, y que es la contracara de la burocracia verde de Quintriqueo, aliada del MPN y el FPV, y enfrentada a la fracción cada vez más minúscula del actual Secretario General Nacional Julio Fuentes. O los delegados de ATE de salud de Córdoba, que fueron promotores y parte de la lucha de la interhospitalaria y enfrentando las persecuciones de De la Sota y la burocracia oficialista del SEP.

Sobre la base de una firme unidad de esas y tantas otras expresiones combativas que existen en todo el país, podemos y debemos cambiar el rumbo en ATE. Construir una nueva dirección que exprese realmente la organización de base, mandatada desde las asambleas y los plenarios de delegados. Una dirección antiburocrática, democrática, participativa, de lucha e independiente del estado, los gobiernos y los partidos patronales.

Apelando a la voluntad de lucha de la gran mayoría de las y los trabajadores estatales, llamamos a los centenares de activistas de base, a delegados e incluso directivos honestos y luchadores que dicen basta a la política y los métodos burocráticos de los dirigentes verdes y azules, a ser parte de esta construcción y poner en pie la Lista Bermellón.

Más de 200 compañeros/as se dieron cita en los debates en CABA, La Plata, Almirante Brown y Moreno, donde se abrió una discusión a fondo sobre la dirección que la lista verde ejerce en el sindicato: discursos y programas acertados en lo general, pero sin mayor vocación de organización en los sectores, a pesar de la retórica de impulso a las asambleas. Acuerdos sin principios que mantienen en una misma estructura a quienes no quieren “bajarse” del control de recursos del aparato. Una ideología “progresista” que fue caldo de cultivo de una amplia adhesión al kirchnerismo por un lado, y del “progresismo sojero” por otro, relegando la intervención político sindical al seguidismo a la gestión del Estado Nacional o provincial o a una apuesta política sin mayor proyección ni perspectivas.

Frente a eso, oponíamos experiencias sectoriales de construcción, con Juntas Internas asamblearias, con cuerpos de delegados/as, la labor persistente en las seccionales recuperadas en Alte. Brown-Perón y Lomas de Zamora. Construir a partir de los acuerdos, en unidad con otras corrientes políticas, con el norte puesto en las necesidades más sentidas de todos los compañeros/as. Con claridad en la necesidad de instancias democráticas, de ir esbozando en esos lugares el tipo de sindicato que queremos construir, y de hecho construyéndolo donde es posible. Con la apuesta por la solidaridad de clase, apuntando a construir la más firme unidad con otros sectores de trabajadores/as, sean del sector público o privado, intentando en la medida de lo posible superar la intervención reivindicativa de los laburantes e ir tomando las nuestras como problemáticas del pueblo en general, que también se ve perjudicado por la falta de condiciones laborales en escuelas, hospitales, el Patronato, talleres, etc.