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Ni Una Menos
Por Algunas anarquistas - Thursday, Jun. 25, 2015 at 10:10 AM

No se puede negar que el patriarcado y el machismo existen y son la punta de un problema aun mayor: las relaciones de dominación que son necesarias para el funcionamiento de un mundo que se basa en jerarquizar las diferencias.

La cuestión del genero en estos tiempos esta en boca de todos, parece que de un día para el otro los medios de comunicación decidieron hacer publico (ultima tendencia mediática) algo que evidentemente no es un hecho de ahora. Estamos hablando de la obsesión, relaciones de poder (de maneras violentas y sutiles en nuestro cotidiano) de la mayoría de los hombres hacia las mujeres, de un elevado nivel de violencia y acoso que ha dejado a muchas pibas muertas.
Nos han enseñado desde chicas/os a reproducir roles. Los niños son educados para ser fuertes, reprimiendo sus sentimientos y las niñas debemos ser sensibles, delicadas, sumisas y complacerlos. Confluyendo ambos en el papel de “buenos ciudadanos” respetuosos de los valores de esta sociedad, incapaces y temerosos de cuestionar la manera en que se nos fuerza a sobrevivir.
“La violencia de genero” nos golpes como también lo hace la explotación y la represión; no hay dignidad posible dentro del mundo del poder (excepto en la lucha contra éste). Esta claro que el sistema intenta impedir que decidamos sobre nuestras vidas ya que desde que nacemos el camino señalado nos fuerza a vendernos en el mercado laboral, a agacharnos ante un/a jefe/a, a respetar la autoridad… todos los aspectos de nuestras vidas están impregnados con la mierda de la sociedad. La única forma de recuperarla es rebelándonos completamente y rechazando las migajas que nos ofrece el sistema.
Desde la perspectiva de cierto feminismo victimista parece que todos los hombres son potenciales violadores (al igual que para la opinión publica construida desde los medios todos los jóvenes pobres son menores delincuentes), se sale a la calle con una paranoia marcado a flor de piel… es el miedo en cada esquina. Quizás sea ese miedo que se nos inculca desde pequeñas, acostumbradas/os a crecer a la sombra de la autoridad, lo primero que se aprende a reconocer es el sentimiento de impotencia frente a un a figura supuestamente superior (madre/padres, maestras/os, jefas/es, policías, etc.) Ese sentimiento reaparece cuando nos enfrentamos a todas las situaciones que atentan contra nosotras.
La postura feminista supuestamente “radical” la vemos como un engaño, ya que intenta demostrar que la única lucha es contra los hombres, negándolos y destacándolo como una lucha apta solo para mujeres. A nuestro entender no cuestionan la raíz del problema que es la dominación. Y siguen reproduciendo los roles que quieren destruir… Si entendemos que podemos aprender a conocer nuestro cuerpo para defendernos ante una situación y enfrentar un momento de acoso.
Y desarmando la realidad: hemos visto a gente de los medios, policías, empresarias/os, politicas/os, etc. (a todos nuestros enemigas/os (teniendo un cartel con la consigna “ni una menos”. Evidentemente estas consignas pretenden unirnos frente a un enemigo común, que en realidad es producto de la sociedad que garantiza los privilegios y el poder que tienen sobre nuestras vidas.
Una marcha donde todas por ser mujeres debemos sentirnos iguales, ¿Qué relación una puede tener con una jefa, jueza, policías? Ninguna, salvo una de enfrentamiento. Cualquier persona que ejerza un poder es nuestra enemiga, ellas son las que nos someten día a día. No nos reconocemos simpáticamente a partir de nuestro genero (construidos socialmente), solo con aquellas que entiendan que donde esta el poder hay autoridad y no lo reivindicamos, lo rechazamos y queremos destruirlo.
Las campañas ciudadanas a las que adhieren los medios y l estado tienen como denominador común el discurso de la inseguridad y el miedo a que te roben, te violen, etc… y usan/utilizan el miedo como una herramienta de cohesión social y consenso en torno al poder. Dejando al papel del estado como protector/salvador.
Sin negar ni despreciar a las personas y familiares que sufren con el dolor… En la marcha se notaba un interés en conciliar lo irreconciliable, participaban mujeres que luego volverán a sus casas donde darán ordenes a su empleada domestica, mujeres religiosas que se indignan al ver a una prostituta pero luego llegan a su casa y se prostituyen con su marido a cambio de las “comodidades” que este ofrece: una familia, una casa, un auto, las vacaciones a troche y moche, en fin un status. Las pequeñas familias nucleares marchando con sus hijos, pero ninguno de estos se mete cuando saben que su vecino/ familiar/ compañero de laburo faja a su pareja, de esas cosas no se hablan, no te metas, algo habrá hecho… propios de una mentalidad hipócrita. Y luego las que piensan romper con los estereotipos de mujer siendo “independientes y exitosas”, eso si profesionales de la esclavitud, viven a partir de sus logros laborales, son competentes a este sistema donde la mujer es incluida, la vida no se sabe donde la dejaron… mas allá de esto tenemos en claro que nuestro rechazo esta dirigido principalmente a los que hacen política y se benefician a partir del sufrimiento ajeno, apoyando campañas solo con la intención de sumar votos o para ganar reconocimiento.
Se espera que la gente recurra a la autoridad para resolver sus problemas como toda la vida se recurrió a una figura paternalista. Acusar a alguien menor frente a alguien mayor (más fuerte, más capaz que vos) evidencia la incapacidad que nos ha instaurado el estado, para que vos no resuelvas tus propios problemas, te enseña a delegar.
La existencia de la autoridad es el principal generador de estoas relaciones de poder a partir de sus jerarquías y sus instituciones (escuela, medios de comunicaron, trabajo, etc.). La ley no cambio ni las cabezas, ni las relaciones de las personas, todas las cosas que una ley te ofrece, en realidad son avance en contra tuya, dimensiones de tu vida que son tomadas y administradas por el poder, garantizan justamente lo contrario, nos quita la decisión de nuestros cuerpos, delegando capacidades, deseos, tus posibilidades de conocerte y defenderte.
Pero nadie nos dice que podemos aprender a cuidarnos y protegernos como en los casos de Marina y Ailen Jara que fueron condenadas. Luego de defenderse de un intento de violación, la carátula cambio a un “intento” de robo y fueron sentenciadas a dos años.
O el caso de Marita Verón, que la testigo del caso se reuso a testificar ya que el juez que estaba llevando la causa adelante había tenido relaciones sexuales la noche anterior con ella. En esta causa las/los acusadas/os de ser parte de la red de trata que secuestro y torturo a varias chicas fueron en principio absueltos. Son ejemplos de cómo el gobierno de turno juega con su papel progresista la función de perpetuar las condiciones que hacen posible el ejercicio impune del poder y la violencia.
Es salir a mendigar justicia cuando ellos mismos generan las injusticias. A pesar de la ilusión democrática de querer quitar las “manzanas podridas” que infectan sus instituciones, es este mismo sistema jurídico el que va a tomar cartas en el asunto… si se logra alcanzar la reforma solicitada.
Esta claro que el hombre (macho dominante) se lo pone en una situación de poder frente a la (indefensa) mujer, como se pretende hacer sentir a toda persona cuando se enfrenta a una figura autoritaria. Pero la simple inversión de roles (ganar poder para someter al otro) no cambia en absoluto el problema, lo invierte, perpetuándolo. La completa destrucción de las condiciones (sociales, económicas, mentales) que posibilitan el dominio de unos sobre otros puede ser el principio para comenzar a construir una vida diferente. Algo menos (pequeños ajustes a una realidad totalmente nociva) solo funciona a favor del mantenimiento del poder, de la autoridad, de la dominación (que se extienden luego como mentalidad a todas las relaciones).
No se puede negar que el patriarcado y el machismo existen y son la punta de un problema aun mayor: las relaciones de dominación que son necesarias para el funcionamiento de un mundo que se basa en jerarquizar las diferencias.
Aclaración que vale la pena: ser críticos con estas estrategias que tienen nuestros enemigos para negar los problemas reales, que surgen del poder… no significa negar o que no existan actitudes machistas incluso de quienes nos encontramos del mismo lado o contra ellos. Nosotras también sentimos la necesidad de que comencemos a cuestionarnos de que forma somos cómplices de reproducir actitudes de mierda, sexistas y de poder que se vuelven cotidianas.
La base sobre la cual nos podemos reconocer como compañeras de lucha es la destrucción radical de todas las estructuras del poder, siendo estas inseparables de una liberación profunda de nuestro interior, una reflexión que pueda transformar nuestras relaciones, nutrirnos de experiencias y de valores basándonos n la horizontalidad y la reciprocidad.
Contra toda forma de dominación, poder y las personas que lo sostienen y perpetúan…

Algunas anarquistas

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