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“Queremos que se sepa lo que pasó”
Por Cecilia Litvin – Red Eco - Friday, Aug. 21, 2015 at 11:32 AM

Jueves 20 de Agosto de 2015 | Lo dice Sibila Arévalo, mamá de Pablo Obiña, quien el 3 de noviembre de 2013 fue asesinado por la policía de Libertador General San Martín en Jujuy. Iba con un amigo, Gonzalo, que murió una semana después como consecuencia del disparo recibido. Ambos tenían 16 años y fueron perseguidos acusados de haber robado un celular en Calilegua, localidad en la que nunca estuvieron. El 11 de agosto comenzó el juicio contra uno de los 6 policías que participaron del hecho.

“Queremos que se sep...
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(Cecilia Litvin - Red Eco) Jujuy – Como es ya una costumbre, los medios tradicionales repitieron una y otra vez la versión policial. En la madrugada del 3 de noviembre de 2013, un grupo de policías recibió la información de dos jóvenes que habían robado un celular en la localidad de Calilegua. Los efectivos vieron a Pablo y Gonzalo en una moto y comenzaron a perseguirlos. En este marco, según la declaración del suboficial Pablo Arrascaeta, se produjo un tiroteo y el efectivo les disparó en defensa propia y de sus compañeros.

Es también una costumbre que no se publiquen los testimonios de los familiares de las víctimas, dejando la versión policial como verdadera.
Lo concreto es que los padres de Pablo Obiña aseguran que su hijo y su amigo nunca estuvieron en Calilegua por lo que no es posible que cometieran el robo. Además, no tenían antecedentes penales. Ambos fueron perseguidos hasta un camino interno y privado de la empresa Ledesma en Libertador General San Martín. Les dispararon. Pablo murió en el acto de un disparo en el cuello, mientras que Gonzalo recibió una bala en la cabeza y fue internado en el Hospital Pablo Soria de la capital provincial donde falleció una semana después.
No existió tal tiroteo, ni enfrentamiento. La camioneta en la que se trasladaban los policías no tenía orificios de bala. Los efectivos dijeron que una sola bala mató a los dos chicos, aseveración que la familia de Pablo desmiente, ya que había una vaina al lado de su cuerpo, y a Gonzalo la bala le quedó alojada en la cabeza. Además, no coinciden las trayectorias de ingreso de los disparos en los chicos como para que se pueda hablar de una sola bala.
“Fue una confusión. Los chicos nunca estuvieron en Calilegua. No sabemos qué pasó realmente, por qué los empezaron a perseguir”, afirmó Sibila Arévalo, mamá de Pablo, en diálogo con Red Eco.
Marcelo, papá de Pablo, remarcó que si los policías querían averiguar si los chicos habían robado o no podrían haberlos detenido y no disparado: “Los chicos iban en una moto, los policías en una camioneta, difícil que no pudieran alcanzarlos”.
En estos casi 2 años, los padres de Pablo contaron con el acompañamiento de su familia y de vecinos, con quienes realizaron varias marchas para reclamar justicia. También fueron perseguidos, ya que a partir del asesinato de Pablo, la policía les armó causas tanto a primos y sobrinos de Sibila, como a varios amigos de los adolescentes; particularmente en la seccional del barrio Ledesma en el que viven los padres de Pablo, de la localidad de Libertador General San Martín.
De todos modos, durante estos años sobre todo Sibila se contactó con varias organizaciones sociales. Y fue gracias a un abogado, especialista en derechos humanos, que lograron llegar a juicio. Una instancia que no es común para estos casos sobre todo en la provincia de Jujuy.
El proceso comenzó el 11 de agosto pasado en los tribunales de San Pedro. Sin embargo, de los 6 policías presentes en el asesinato de Pablo y Gonzalo solo fue imputado el suboficial Pablo Arrascaeta, que es quien disparó. “Esa madrugada estaba también, por ejemplo, el policía que manejaba que era quien decidía o no si avanzaban contra los chicos”, expresó Marcelo a Red Eco.
En estos momentos, el juicio se encuentra en la etapa de declaraciones testimoniales.
Sibila estuvo participando el domingo 16 de agosto de la mesa de cierre del XII Encuentro Nacional de Medios Comunitarios, Alternativos y Populares, que la Red Nacional de Medios Alternativos organizó en Jujuy. Estuvo junto a Amalia Ortega, mamá de Luz Gómez, y Mónica Alegre, mama de Luciano Arruga.
En este marco, Sibila aseguró que entrando al camino privado donde mataron a los adolescentes hay una garita. Allí se encontraba un guardia que vio todo pero no fue convocado a declarar en el juicio a pesar de que es el único testigo de lo sucedido. Señaló además que la forense de la causa le dijo que su hijo fue arrastrado, y que Gonzalo tenía 7 lesiones en el cráneo, por lo que la causa de la muerte no fue solo una bala en la cabeza.
Hacia el final de su intervención, Arévalo afirmó: “Queremos que se averigüe qué fue lo que en realidad les hicieron, les armaron una causa por robo de un celular. No merecían morir así, de esa manera, porque los asesinaron como a dos perros. Solo tenían 16 años. Quiero que haya justicia para que no haya otro Pablo más, ni otro Gonzalo más”.
La sentencia se conocerá en las próximas semanas, las familias y amigos de los adolescentes esperan que se convierta en el primer paso de este reclamo de justicia. Luego quedará juzgar a los otros efectivos presentes en la madrugada del 3 de noviembre de 2013.

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