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Preparativos para un pacto social
Por Ricardo Carpena - Wednesday, Sep. 09, 2015 at 2:46 PM

07/09/15 | MUNDO GREMIAL. La Unión Industrial invitó al director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, para que exponga sobre este tema en la próxima conferencia industrial.

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Luego de tantos años en que Cristina Kirchner gobernó buscando consenso sólo con su espejo, es lógico que haya tanta expectativa por lo que viene. Porque cualquiera que gane las elecciones ya anticipó que buscará una concertación socioeconómica con empresarios y sindicalistas, y la falta de gimnasia de la negociación tripartita está causando cosquilleos, presiones y algunos temores.

La Unión Industrial Argentina (UIA) quiere dar claras señales de que apoya el diálogo social y por eso invitó al director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, para que exponga sobre este tema en la próxima conferencia industrial, que se hará el 14 de diciembre, un mes después de la fecha habitual, para permitir que el orador estrella sea el nuevo Presidente.

Los directivos industriales saben que en el auditorio estarán los máximos exponentes del flamante gobierno, la plana mayor del empresariado y una representación sindical muy variada, por lo que el discurso de Ryder, un experto en los acuerdos tripartitos, podría servir de inspiración para la versión criolla de pacto social que impulsarían Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa.

Hay empresarios que temen que los sindicalistas arruinen la convocatoria con sus peleas internas y, a su vez, existen dirigentes gremiales preocupados ante la posibilidad de que el Acuerdo Económico y Social sea el eje de una estrategia antiinflacionaria basada sólo en pactar aumentos salariales a la baja. “¿Se imagina a Antonio Caló y Hugo Moyano sentados en la misma mesa para discutir el tema salarial? Van a sobreactuar para la platea y así no se puede resolver nada serio”, advierte un curtido hombre de negocios. Mientras, un dirigente gremial de prominente trayectoria (y abdomen) se queja: “Los empresarios están apurados por el Acuerdo Económico y Social porque quieren pactar aumentos salariales del 20% para que rijan durante dos años y que sólo puedan ser mejorados en negociaciones por empresa, de acuerdo con la productividad, y esa es la muerte de la discusión por industria, como sucede en Europa, y terminará afectando el modelo sindical”.

Los candidatos presidenciales se llenan la boca con la concertación socioeconómica y deslizan fechas posibles para la convocatoria (sería en febrero), pero siguen sin dar precisiones. Quizá porque no las tienen. O porque no quieren espantar a nadie. El diálogo tripartito implicaría fijar pisos y techos para los aumentos de precios y salarios, sin suspender las paritarias, aunque hay otros detalles que preocupan: al sector patronal, por ejemplo, le inquieta que Scioli ponga en la agenda la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, propuesta que el candidato K avaló cuando lo obtuvo el líder bancario Sergio Palazzo en su último convenio.

Así como la UIA empezó el precalentamiento a favor del Acuerdo Económico y Social, la CGT Córdoba, asesorada por el abogado Lucio Garzón Maceda, empezará la semana próxima una campaña pública para alertar sobre el intento de convertir aquel instrumento tripartito en un cepo salarial, algo que, extrañamente, todavía no hicieron las centrales obreras a nivel nacional.

Hay otra cuestión muy rara: nadie se explica por qué las tres CGT no intentaron exponer su postura en la audiencia pública convocada por la Corte para este jueves con el fin de discutir la titularidad del derecho de huelga, algo que tendrá efectos muy concretos en la vida laboral.

Todo comenzó con el caso de un empleado del Correo que fue despedido por haber adherido a un paro que no fue dispuesto por el sindicato, decisión que fue considerada “discriminatoria” por la Sala I de la Cámara del Trabajo. Por eso el máximo tribunal abrió el juego para que opinen los “amigos del tribunal” (amicus curiae), terceros ajenos a la causa que ofrecen su opinión, y sólo fueron aceptadas para ampliar sus argumentos seis entidades que mantienen una postura similar: el Instituto de Derecho Social (IDS) de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Asociación de Abogados Laboralistas, la Asociación de Abogados de Buenos Aires y las dos CTA, la oficialista de Hugo Yasky y la opositora de Pablo Micheli. Según coinciden, la titularidad del derecho de huelga no es de los sindicatos con personería sino de todo grupo de trabajadores que defienda un interés colectivo.

Esta posición constituye una pesadilla para el gremialismo tradicional y para los empresarios, que sostienen a dúo que la huelga sólo puede ser declarada por el sindicato con personería, es decir, aquel que el Estado reconoce con derechos exclusivos por ser el más representativo por rama de actividad. La UIA fue la única voz disidente que finalmente se anotó para hablar en la audiencia, aunque estaría en duda su participación por problemas formales en la presentación.

También duda, aunque por otros motivos, Pablo Micheli: ¿renunciará o no a la jefatura de la CTA opositora? Lo está meditando y lo hablará esta semana con la conducción ceteísta, en uno de los coletazos que dejó la elección de ATE, que terminó sin incidentes y con un balance dispar.

El oficialismo del sector histórico de Víctor De Gennaro volvió a ganar a nivel nacional, encolumnado detrás de la candidatura de Hugo “Cachorro” Godoy, pero perdió en manos del kirchnerismo ATE Capital, donde aquel sector se dividió en dos listas, una de ellas apadrinada por Micheli. Juntas, hubieran retenido ese sindicato clave. No sólo Cristina busca consenso sólo con su espejo.

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