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Hablemos sin saber: cuando la muerte por desnutrición “es cultural”
Por Florencia Trentini* / Notas.org - Friday, Sep. 11, 2015 at 5:09 PM

Declaraciones de Jorge Capitanich vuelven a demostrar la continuidad de estereotipos y estigmatizaciones con respecto a los Pueblos indígenas, sin tener en cuenta procesos de genocidio, etnocidio, dominación, exclusión, así como tampoco considerar la posibilidad de estos Pueblos a resistir, luchar, disputar y posicionarse políticamente.

Hablemos sin saber: ...
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Del otro lado, los medios masivos de comunicación opositores tampoco tienen en cuenta estos procesos. Informes como los de Jorge Lanata o TN y notas como las que publican Clarín y La Nación no están interesadas en mejorar la calidad de vida de los qom o el resto de los Pueblos indígenas, ni les importan sus derechos; lo que buscan es señalar con el dedo al gobierno y sus aliados políticos en un tema en el que el kirchernismo ha demostrado hacer agua una y otra vez.

Otra vez Chaco

Otra vez la muerte de un pibe por desnutrición, otra vez acusaciones cruzadas, otra vez la explicación de que “es cultural”.

Oscar Sánchez, de 13 años, murió en el Hospital Pediátrico de Resistencia, donde llegó derivado del puesto sanitario de Fortín Lavalle, que se encuentra a escasos kilómetros de Villa Río Bermejito. En esta zona del Impenetrable durante siglos ha habido muertes por tuberculosis, desnutrición, Chagas. Estas enfermedades, lejos de ser “culturales”, son las enfermedades propias de la desigualdad y la exclusión.

Al igual que Néstor Femenía, la imagen de Oscar Sánchez desnutrido, pesando apenas 10 kilos a sus 13 años se repitió en distintos medios de comunicación. Podemos discutir si este uso está bien o está mal, como sucedió con la foto de Aylan hace apenas una semana. Ni la foto de Aylan ni la de Oscar vinieron a revelar algo que no se supiera, pero la primera al menos obligó a los líderes europeos a tener que tomar alguna medida al respecto.

En el caso de Oscar la imagen, lejos de servir para profundizar acuerdos políticos que busquen resolver esta terrible problemática, es utilizada políticamente en el marco de una campaña electoral. Entonces, mientras medios como La Nación y Clarín están ocupados en hundir a Capitanich, medios como Página/12 están ocupados en sostener que estos otros medios solo sacan la noticia para desprestigiar a Capitanich. Ninguno pone el foco en donde hay que ponerlo ante otra muerte por desnutrición y tuberculosis en pleno siglo XXI en el norte de nuestro país.

En el medio, el ex jefe de gabinete volvió a usar la tan errada y equivocada explicación de que la muerte de Oscar “es cultural”. Ya en enero, con la muerte de Néstor Femenía, Diana Conti había utilizado este argumento. Es una definición que no termina de quedar muy clara, pero que básicamente evita hacerse cargo de los verdaderos factores de estas muertes.

En un contexto en el que estás de un lado o estás del otro, lo que muchos suelen sostener es que decir estas cosas es “hacerle el juego a la derecha”, es “estar con Clarín y con Lanata”. Sin embargo, lo que no termina de quedar claro es qué implica no decirlas. Porque lo que es seguro es que cuando la discusión se centra entre Capitanich y TN/Clarín/Lanata uno se olvida de Oscar, de la tuberculosis y de la desnutrición.

En este sentido, Felix Díaz, qarashe de la comunidad qom Potae Napocna Navogoh, tiene mucha razón en afirmar, que por un lado “los funcionarios siempre justifican cualquier muerte”, y por el otro, que “esto no es un tema aislado, es un tema complejo, muy delicado y lastimosamente nosotros siempre somos las víctimas y se usan nuestros problemas para pegarle al gobierno”.

Desde los dos lados se habla sin saber. Se habla sin saber lo que implica haber vivido un genocidio y el posterior etnocidio que obligó a muchos Pueblos a esconder sus prácticas y saberes para ser “integrados” al Estado argentino. Se habla sin saber lo que significa vivir sin el acceso a agua potable, sin luz, sin gas. Se habla sin saber que existen derechos reconocidos por el Estado nacional y por los Estados provinciales. Y sobre todo, aparentemente se habla sin saber que la desigualdad y la dominación han calado profundamente en la vida de estos Pueblos.

Y así, sin saber (o sabiendo pero haciendo como que no se sabe) se puede decir que son “minorías étnicas”, como sostuvo la presidenta de la Nación en uno de sus discursos; se puede explicar que la desnutrición “es cultural”, como suelen afirmar Diana Conti o Jorge Capitanich -entre muchos otros- cada vez que se muere un pibe en el norte de nuestro país; o se puede pedir que demuestren ancestralidad habiendo vivido de forma permanente en el territorio desde el siglo XVII, como pretende Jorge Sapag en el caso de las comunidades mapuche de la provincia de Neuquén que se encuentran asentadas en zonas de explotación minera y petrolera.

Básicamente el problema del hablemos sin saber en estos casos son las consecuencias concretas que tiene para la gente, en los territorios, esos en los que no viven ni Capitanich, ni Lanata.

@flortrentini

* doctora en ciencias antropológicas (UBA)

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