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Del Caño no sabe lo que es revolución
Por Rodolfo Giardino - Monday, Sep. 28, 2015 at 11:17 AM

Del Caño no sabe lo ...
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Por Rodolfo Giardino

(Obrero metalúrgico, fue delegado de la fundición San Cayetano. Militante histórico del PRT y, hoy de la Juventud Guevarista)

En recientes declaraciones formuladas al canal C5N el candidato presidencial del FIT, Nicolás del Caño, arremetió contra la Revolución Cubana. Del Caño y los miembros de su Partido, el PTS, nunca supieron lo que es revolución por tener una política de carácter ultra izquierdista y reformista a la vez. Por un lado tiene un discurso anticapitalista y por el otro no sabe cómo ensuciar la historia revolucionaria de los pueblos, sean el nuestro como los de toda América Latina. En este caso en sus declaraciones sobre Cuba, el Papa y los EE UU, interpretando o mejor dicho, malinterpretando esas relaciones en donde el Estado Cubano avanza hacia el rompimiento del bloqueo que tanto mal hizo y aún hace a su pueblo.

Es muy sucio pensar que este proceso sólo se da por el perverso plan del imperialismo norteamericano, y que el Papa hace y dice porque es un maquiavélico que conspira contra la Revolución, y que por otra parte, Cuba, como dice del Caño, está transitando un franco camino hacia el capitalismo. Es lamentable que este candidato no sepa diferenciar entre la democracia capitalista y la democracia que existe en Cuba. Frente a las cámaras de TV no supo (o no quiso) ni siquiera eso, defender, o al menos diferenciar, que allí hay otra democracia mucho mejor que la nuestra. Se dejó ningunear por los periodistas de C5N y algunos políticos que estaban ahí no sabiendo qué responder dejando asentado de hecho que en Cuba no hay democracia. Y qué contradictorio que resulta todo eso cuando en Argentina aceptan las reglas de juego de la burguesía y sus metodologías políticas electorales y parlamentarias.

Tienen una visión ULTRA-IZQUIERDISTA y no pueden comprender la vivencia concreta de los trabajadores en sus experiencias de lucha por más que se esfuercen, y por eso caen en posiciones reformistas que no cuestionan a fondo el sistema capitalista. ¿Por qué? Porque no conciben que los procesos revolucionarios son obra de los pueblos mismos y no de tal o cual organización o dirigente. Los dichos de del Caño y el Partido que representa (de los cuales no terminan de diferenciarse los otros dos partidos que componen el FIT), representan una total falta de respeto al pueblo cubano, que no solamente protagonizó una revolución sino que ha soportado heroicamente la más despiadada de las políticas imperiales con un sin fin de atentados y agresiones de todo tipo sumadas a un bloqueo que hoy lleva más de 50 años.

Nosotros no somos necios como ellos ni tampoco obsecuentes. Somos marxistas y revolucionarios y por supuesto vemos siempre las cosas con mirada crítica. En consecuencia, no estamos ajenos a las limitaciones que tienen los pueblos y los gobiernos que, como el cubano, pueda tener en su burocratismo, estalinismo producto lógico de su experiencia y desarrollo como sociedad en un determinado contexto histórico. Estas son observaciones que hacen los mismos cubanos sin renegar de la revolución sino por el contrario, en sus películas con visiones críticas, en la voz de la inolvidable nueva Trova Cubana o como hoy la hija del Comandante Che, Aleida, que dijo que era hipócrita ir a la misa del Papa como había llamado el Partido. Somos concientes además que es imposible avanzar hacia una sociedad comunista en un solo país en el marco de un capitalismo mundial. Al exigirle a Cuba un proceso tal, del Caño parece profesar la tesis estalinista del socialismo en un sólo país.

El Che lo había señalado acertadamente en su consigna “Crear dos, tres… muchos, Vietnam”, y era por eso: para desarrollar la revolución en cada uno de nuestros países de modo de no aislar a Cuba y a Vietnam.

Por eso las concepciones trotskistas fueron, son y serán contrarrevolucionarias (al decir del Che y Fidel). Aunque sus posturas coyunturales aparezcan como lo más avanzado (en nuestro caso) en cuanto a las propuestas electorales y en las luchas sociales y sindicales que por otra parte están llenas de las limitaciones propias de sus concepciones elitistas y sectarias. Sin embargo y a pesar de todo esto, nuestra posición en este proceso eleccionario seguimos sosteniendo nuestro apoyo crítico al FIT con un espíritu amplio y democrático que nos debe caracterizar en todo momento, dando la lucha ideológica y política de cara a los frentes de masas donde nos encontremos y sin perder de vista los verdaderos intereses de nuestro pueblo que ya no necesita solamente reformas sino comenzar a transitar un verdadero camino de revolución.

Nuestro desafío es entonces fundirnos con las más amplias masas de trabajadores, ser como ellos vivir y sentir como ellos, descubriendo a las y los dirigentes naturales que tomen las tareas destinadas a ellos de transformación y cambio.

Las concepciones trotskistas las derrotaremos en ese mismo proceso de lucha en el seno de nuestro pueblo en los hechos y no discutiendo entre superestructuras. Como ya está demostrado, cuando la cuestión del poder se instala como una necesidad en la sociedad y las formas de lucha se exacerban, estos partidos trotskistas no dudan un segundo en esconderse bajo la alfombra de la historia o, peor aún, en ponerse al lado de alguna postura burguesa. La forma de lucha electoral no debe opacar la verdadera tarea de los militantes que es construir junto al pueblo los espacios de poder que vayan surgiendo y desarrollándose a lo largo y ancho de nuestra patria al mismo tiempo que impulsar la unidad latinoamericana con las organizaciones populares y revolucionarias de los demás países. Ese es el desafío hoy por hoy, concientes de las dificultades, de los avances y retrocesos que vengan, el sacrificio que significa esta lucha prolongada que tendrá muchas etapas diferentes, pero cada vez más ricas en participación y compromiso.

Sin perder el objetivo jamás ni los principios, el arte de comprender e interpretar estos procesos es responsabilidad de las y los militantes revolucionarios para estar a la altura de las circunstancias.

 

VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE

VENCEREMOS

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