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Primer acto de rebeldía en Cuba, el posible hallazgo
Por José M. Solís Díaz / Radio Rebelde - Saturday, Oct. 17, 2015 at 2:35 PM

2015-10-16 / Mapa elaborado por el cartógrafo y cosmólogo florentino Juan Vespucci, fechado en 1526 en Sevilla, donde se detalla entre otros toponímicos, el de la “bahía de la matança”.

Primer acto de rebel...
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Matanzas, Cuba - Una moción al Congreso Nacional de Historia programado para la ciudad de Holguín el próximo año, acaba de formular la filial de esta provincia, durante el taller científico Atenas 2015 que sesionó en el castillo de San Severino, con motivos del aniversario 322 de la ciudad.

Se trata de una interesante y argumentada tesis sobre los sucesos registrados en el distante 1510, en la bahía de Guanima, hoy Matanzas; acontecimiento histórico que luego de acuciosas investigaciones deviene primer acto de rebelión de la población aborigen contra la conquista española.

Para el doctor en Ciencias Arnaldo Jiménez de la Cal, se trata de hacer justicia a una verdad histórica, recogida en medios documentales, pero aún no reconocida en medios de enseñanza y mucho menos, de conocimiento público. Y en ese sentido cita como la más reciente publicación con esa concepción la editada por Publicaciones Acuario, del Centro Félix Varela en La Habana en 2014 que expresa: “…la provincia de Matanzas debe su nombre a la eliminación por su propia mano de un numeroso grupo de indígenas”

Antecedentes

Es consenso entre historiadores matanceros que los hechos de septiembre de 1510, se pueden relatar de la siguiente manera: Se conoce que después de cometer diversas fechorías contra los aborígenes durante el desplazamiento desde el occidente de la isla de Cuba, donde su nave recaló desarbolada, una treintena de hispanos arribaron a la comunidad de Yucayo, ubicado entre los ríos Caonavaco (San Juan), Yaguarimú (Yumurí) y Sabicú, hoy desaparecido bajo la ciudad de Matanzas.

A su llegada los recibió el cacique Guayucayel (Señor del Cayo Blanco, en lengua arahuaca), quien al conocer del interés de éstos por continuar rumbo al oriente, se ofreció para que cruzaran la bahía en canoas, lo cual aceptaron.

Las embarcaciones se desplazaban sobre las aguas de la bahía de Guanima (obviamente, la actual bahía de Matanzas). En ellas viajaban los recién llegados, entre ellos dos mujeres. De pronto, sorpresivamente, los guerreros se enfrascaron en una lucha cuerpo a cuerpo en las naves y después en el mar.

En la acción pereció ahogada la mayoría de los forasteros. Solamente siete llegaron a la costa. El cacique rebelde perdonó la vida de las ibéricas, mientras que su jefe, García Mexía, escapó de la muerte al caer prisionero de Habaguanel, otro cacique de la zona que no fue tan severo.

La tesis

El historiador de la ciudad de Matanzas, Ercilio Vento Canosa, en nombre del panel de expertos que desde el año 1993 investiga en profundidad los llamados sucesos de la bahía de Matanzas, sostiene que se cuenta con material documental suficiente para reubicar el hecho como el primero en la nación.

Abundando sobre el tema señala el experto que se cuenta con el facsímil de un mapa elaborado por el cartógrafo y cosmólogo florentino Juan Vespucci, hermano de Américo Vespucci y fechado en 1526 en Sevilla, donde se detalla entre otros toponímicos, el de la “bahía de la matança”.

“Este es un importante hallazgo, localizado en los fondos de la Sociedad Histórica de Nueva York en 1984”, indica Vento Canosa para agregar: “Pero se conoce que Pánfilo de Narváez en 1513, cuando arriba a la bahía aborigen de Guanima expresa: Esta es la bahía de la matanza. Se conoce, por los escritos del Padre de las Casas, que el prelado tuvo que amenazar a Narváez con contarle al rey, si se atrevía a concretar un acto de venganza contra la población aborígen y sobre todo hacia el cacique Guayucayel, quien instigó a arrojar a tres catalanes a las profundidades de la bahía”.

“Se conoce y se puede demostrar documentalmente -detalla el historiador yumurino- que uno de los sobrevivientes, Gonzalo García Mexía, quien vivió con la población aborigen del cacique Habaguanel durante casi tres años interfiere a favor de los aborígenes e instiga a Narváez a no cometer actos sangrientos”.

“Pero además, en carta de Diego Velázquez al monarca español, fechada en 1514, aproximadamente unos meses después de los sucesos de la bahía; se rinde cuenta de la matanza de tres castellanos, víctimas de un naufragio y que en su intento de llegar a la Habana, fueron interceptados por los pobladores del asentamiento Yucayo”, aclara el experto.

Lo cierto es que también como consta en documentos de la época Bartolomé de las Casas en su libro Historia de las Indias, edición de 1559, hace referencia al hecho.

Revelaciones

Con el inconveniente de que la escritura araucana era ágrafa, las investigaciones se han asentado sobre documentación de los colonizadores, historiadores de la época y hasta cartógrafos. De esta forma, Vento considera: “sin margen de dudas, el suceso de la bahía de Guanima fue una acción defensiva. Los oscuros y escuetos datos reflejados sobre esa gesta, dirigida por el cacique Guayucayel, impiden configurar la justa dimensión humana del cacique de Yucayo. Es correcto históricamente y justo moralmente considerar el episodio como nuestro primer acto de rebeldía local.

El cacique Hatuey es reconocido por su internacionalismo al cruzar el mar para divulgar en nuestra isla los crímenes de los españoles y morir estoicamente después, fiel a sus ideas. Sin embargo, su nombre ni los de Guamá y Guayucayel ocupan el sitio digno que merecen por su lucha y martirologio. Incluirlos en el panteón de los héroes americanos es un honor que nos honra. Es ridículo soslayar o restar valor a sus hazañas.

Los hechos de la bahía de Guanima -hoy de Matanzas-; la lúcida visión de Hatuey; la rebeldía de Guamá, y otras luchas de aquella época, victoriosas o no, muestran un ideal de sacrificio y una clara distinción entre muerte digna y servidumbre humillante. Nuestros aborígenes eran pacíficos y hospitalarios, pero no cobardes.

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