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La Nación y la Ley de Cupo Laboral trans: absurdo sería retroceder
Por Noelia Figueroa - Tuesday, Nov. 03, 2015 at 12:22 PM

02 de Noviembre de 2015 | Una nota editorial publicada por La Nación el pasado domingo despertó indignación entre activistas políticos e integrantes de movimientos feministas y LGTTTBIQ de la Argentina. En Absurdo cupo para travestis y transexuales el diario lleva adelante una crítica fulminante de la iniciativa aprobada hace cerca de un mes en la Legislatura bonaerense, que establece un cupo mínimo obligatorio del 1% para las contrataciones y empleos en el  sector estatal, en función de generar fuentes de trabajo formal para personas travestis, transexuales y transgénero.

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La nota tergiversa el texto de la Constitución Nacional para defenestrar el derecho conquistado recientemente en el distrito más grande del país, la provincia de Buenos Aires: según este diario, la Ley de Cupo Laboral Trans implica una violación de los derechos de igualdad constitucional, en tanto “ese criterio denigra a quienes han hecho su elección de género pues, de ningún modo, son inferiores a cualquier persona heterosexual. Afirmar lo contrario es discriminarlos (sic). La norma nace viciada en su origen, ya que precisamente viola el principio de igualdad ante la ley”.

Tamañas afirmaciones, de gravedad insoslayable, se basan en una serie de “equívocos” importantes que es urgente desandar, pero también se realizan en un contexto en que el avance de la derecha y el giro conservador que asume la política argentina colocan a los derechos de las disidencias sexuales en un lugar frágil y que demanda una defensa activa.

En primer lugar, la nota sostiene a lo largo del texto una absurda homologación entre identidad de género o sexual (travesti, transexual, transgénero, cisexual) y orientación u elección sexual. Hace años y fundamentalmente desde la lucha organizada por la comunidad trans que dio lugar a una ley nacional aprobada en 2012 -la Ley 26.743 de Identidad de Género (LID)-, se ha planteado a nivel social la importancia de comprender esta diferencia.

Las identidades de género trans son aquellas que asumen las personas que no se siente conformes con la identidad de género (varón/mujer) que se les asigna al nacer. Así, a lo largo de sus vidas, estas personas deciden encarar procesos de transformación de su identidad genérica (que pueden o no incluir operaciones, tratamientos hormonales, implantes, intervenciones, cambio en la vestimenta y accesorios y a partir de la aprobación de la LID, cambio en el DNI).

En otro sentido, la orientación o elección sexual de una persona hace referencia a la “elección de objeto” con el que se sostiene vínculos sexoafectivos. Así, las personas pueden asumirse como heterosexuales, homosexuales (gays, lesbianas) o bisexuales. Ser trans no trae aparejada una u otra elección sexual. Confundir identidad con orientación lleva, a lo largo de toda la nota que aquí analizamos, a sostener análisis errados, malintencionados y totalmente contrarios al espíritu de lo que pretende la normativa que se critica.

En nuestro país, la población trans se encuentra entre las más vulneradas: no sólo por la discriminación que sufren desde muy jóvenes en el seno de sus familias de origen, el rechazo de las instituciones escolares que les lleva a desertar tempranamente del sistema educativo. No sólo por las agresiones de todo tipo (transfobia) que reciben a lo largo de su vida, sino también por la evidente dificultad para acceder a puestos de trabajo formal.

Asimismo, las limitaciones en el acceso a la salud pública colocan a trans y travestis entre la población con más baja expectativa de vida: para el año pasado, según estudio de la OMS, rondaba los 41 años promedio, en un país donde el promedio general de vida de las personas es de 75 años.

Según una encuesta de la Fundación Huesped, “la precariedad laboral es una de las características que más afecta a la población trans. El trabajo sexual continúa siendo la salida laboral más frecuente por parte de las mujeres trans”. Este diagnóstico sobre la situación actual llevó a gran cantidad de activistas trans a elaborar, de la mano de distintos espacios políticos, iniciativas legislativas que fueron presentándose en los últimos años en diversas legislaturas.

La Ley de cupo laboral trans prevé la inclusión de un cupo mínimo de personas trans en el sector formal de la economía, especialmente en el empleo estatal, que es el más fácil de regular.

No es casual que esta nota salga a la luz en este momento político y en el portal de noticias que históricamente se ha convertido en portavoz de la derecha argentina y de los sectores más conservadores y antiderechos: las elecciones del último 25 de octubre mostraron un evidente vuelco de los y las votantes hacia opciones de derecha y centro derecha.

Muy preocupante es el caudal de votos que se aseguró Cambiemos, la fórmula liderada por Mauricio Macri. Sus legisladores se han mostrado casi en su totalidad votando en contra de las iniciativas y proyectos de leyes inclusivas y que amplían derechos a las disidencias sexuales. El ballotage del 22 de noviembre y la posibilidad de que el candidato del PRO se transforme en el futuro presidente enciende una importante luz de alarma para los sectores vinculados al movimiento feminista y a la comunidad diversa.

Por último, pero no menos importante. En el caso de las iniciativas legislativas referidas al cupo laboral trans, una de las principales impulsoras de las mismas fue la activista travesti matancera Diana Sacayán. Diana, trabajadora del INADI y reconocida referente, fue asesinada hace dos semanas, víctima de un travesticidio que aún se investiga. Que esta nota vea la luz cuando sufrimos esta pérdida tan reciente y costosa, indigna aún más. Porque es signo de que lo más reaccionario de la política y sociedad argentina se están reacomodando para venir a quitarnos lo que nos corresponde, sin respetar siquiera nuestro dolor.

Es importante mostrar una rápida reacción social frente a todos estos intentos de calumniar, mentir, fomentar prejuicios, así como de generar desinformación. Es central asumir una postura ofensiva, que nos muestre luchando en unidad por defender lo conquistado en estos años y procurando avanzar mucho más en derechos y en igualdad.

Frente a este tipo de “noticias” y opiniones que reproducen el desconocimiento, la discriminación, generando odio y rechazo en lugar de inclusión y mejoras, nos interesa remarcar que no tenemos miedo a seguir mostrando nuestras disidencias. Les decimos que vamos por más, a defender lo avanzado y que no lograrán su objetivo. Por eso, como en tantas otras iniciativas autogestivas que están poblando las calles y las redes, las feministas y quienes somos parte de las disidencias sexuales decimos #LeyDeCupoLaboralSi #TransfobiaNo #LaNaciónyMacriNo.

@Noelia_Figueroa

* Politóloga, referente para la atención del Procedimiento en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR y militante de Mala Junta (Patria Grande)

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