Julio López
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Megacausa La Perla. Alegatos, audiencias 278
Por Movimiento DDHH - Sunday, Nov. 08, 2015 at 9:57 AM
JORGELUISALTAMIRANO@GMAIL.COM

LAS AUDIENCIAS CONTINUAN MARTES, MIERCOLES y JUEVES desde 10 HS. en TRIBUNALES FEDERALES de CORDOBA, ARGENTINA

Megacausa La Perla
Córdoba, Argentina, 2012
H.I.J.O.S. Córdoba
El Diario del Juicio

H.I.J.O.S. - Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
Día 278: Audiencia de alegatos de los abogados de HIJOS y Familiares
En la jornada de hoy comienzan con la causa Rodríguez II, que investiga 76 hechos de secuestros, tormentos y homicidios de 107 víctimas ocurridos entre los años 1976 y 1978. En el primer hecho se investiga el secuestro y la muerte del dirigente gremial René Salamanca


RENÉ RUFINO SALAMANCA

Argentino, nacido el 9 de julio de 1940, casado con Olga Cortes de Salamanca, padre de dos hijos. Era Secretario General del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA). Militante del Partido Comunista Revolucionario.
El 24 de marzo de 1976, en horas de la madrugada, cuando René Rufino Salamanca se encontraba durmiendo en su domicilio, fue secuestrado por personal perteneciente a fuerzas armadas y de seguridad. Ingresaron en forma violenta e intimidatoria, fuertemente pertrechados, sin dar intervención ni posterior puesta a disposición a autoridad judicial alguna. Fue maniatado, vendando sus ojos e inmediatamente trasladado a instalaciones del Centro Clandestino de Detención La Perla mantenido en cautiverio, privado de su libertad durante un período que no fue mayor a treinta días por oficiales, suboficiales y personal civil de inteligencia pertenecientes al III Cuerpo de Ejército, Grupo de Operaciones Especiales (OP3) del Destacamento de Inteligencia 141, integrado por los oficiales Héctor Pedro Vergés, Jorge Exequiel Acosta, Ernesto Guillermo Barreiro, y sus subordinados, Luis Alberto Manzanelli, José Hugo Herrera, Carlos Alberto Díaz, Arnoldo José López, Héctor Raúl Romero, Emilio Morard, Ricardo Lardone y Luis Alberto Quijano, que actuaban bajo dependencia del Área 311.
Durante su permanencia en La Perla, René Rufino Salamanca fue intencionalmente sometido a condiciones infrahumanas de cautiverio y a diversos tormentos tanto psíquicos como físicos como los que ya se han relatado a lo largo de las audiencias. En el caso que nos ocupa, las condiciones de alojamiento consistieron en el aislamiento en una oficina cerrada, evitando todo contacto con otras personas alojadas en los ex CCD. El trato deparado a René Rufino Salamanca en La Perla, tuvo como propósito obtener del nombrado la mayor cantidad posible de información, y, a la vez, intimidarlo, anulando su personalidad por medio de la humillación, el menosprecio, la incertidumbre y el miedo, disminuyendo sus capacidades físicas y mentales, también castigarlo por su ideología y militancia política, tal como sistemáticamente se procedió con los detenidos en aquel lugar con los prisioneros políticos. Estas entre otras circunstancias debió soportar René Rufino Salamanca hasta el día de su “traslado” fecha que si bien no ha podido ser establecida con exactitud, presumiblemente ocurrió antes de cumplirse los 30 días de su secuestro, fue conducido por el personal del grupo de operaciones espaciales quienes impartieron las órdenes necesarias para llevarlo a las oficinas donde fue atado, amordazado, y vendado para luego ser subido a un camión en el que fue “trasladado” (denominación que daba ese grupo que actuaba a los fusilamientos que efectuaban a los prisioneros políticos) siendo asesinados en las inmediaciones del La perla, en los predios pertenecientes al III Cuerpo de Ejército y sus restos ocultados ilegalmente en un lugar hasta ahora no ubicado, permaneciendo en condición desaparecido hasta la fecha. Posteriormente, su cuerpo sin vida fue ocultado, sin brindarle información alguna a familiares y/o allegados, ni a las autoridades competentes, a los fines de que nunca sea encontrado, con el manifiesto propósito de borrar todo rastro de la víctima, manteniéndola de esa manera en la situación de “desaparecida” hasta la fecha. En cuanto a la prueba recolectada en la audiencia se menciona el relato de su hijo, José María Salamanca prestado en esta audiencia quién confirmó que Salamanca se desempeñó como Secretario General del Smata desde 1972 y era militante del Partido Comunista Revolucionario. Que estando en ejercicio de su cargo, ya durante el año 1973 habría sido objeto de un atentado en un vehículo del sindicato en el que él habitualmente se conducía. Que durante el mismo año (1973) se produjeron varios atentados en la casa de su abuela, donde vivía el núcleo familiar. Elegido nuevamente en la conducción gremial para el período 1974-76, desempeñó ese cargo hasta que se libró una orden de captura en su contra. José María Salamanca dio cuenta con detalle ante el tribunal, de las constantes persecuciones que obligaron a que la familia, cambiara de domicilio para preservar la vida de su padre. Recordemos cómo incluso comentó que en Cruz del Eje él mismo fue detenido tratando de obtener información sobre el paradero de su padre. Relató que la noche del secuestro, esto es del 23 al 24 de marzo de 1976 René Salamanca se encontraba solo en el domicilio familiar de calle Leonardo da Vinci 979. Ellos se enteraron de lo ocurrido el día 24 cuando volvieron a la casa y la encontraron cerrada con llave, y el único juego de llaves lo tenía su padre. Con ayuda de un cerrajero abrieron la puerta y encontraron todo revuelto y faltaban las fotos familiares y el dinero, pero no encontraron signos de resistencia en el lugar. Que preguntando en el barrio, a su madre le contaron que la noche anterior habían rodeado la cuadra militares que se conducían en camiones y jeeps del ejército. José dio cuenta que en primera instancia su madre Olga Cortés de Salamanca se dirigió al III Cuerpo de Ejército, a donde primero le dijeron que estaba detenido, y después lo negaron, de los Habeas Corpus presentados y sobre cómo durante esa búsqueda su madre también fue detenida. Relató el testigo, como siendo adolescente debió dejar sus estudios secundarios para hacer changas porque nadie quería un Salamanca en una empresa, tal como lo relato aquí su tia, “cuando él se presentaba como Salamanca era como decir que era el diablo”
La cuñada de René Salamanca Dra. Busleiman comentó en el debate, que durante el año 1972 y mientras René estaba en campaña para la conducción del Smata, sufrieron en la casa donde vivía con su esposo Rubén un allanamiento por parte del ejército. Recordó que cuando en 1974 se interviene el gremio luego del Navarrazo, “le arman una causa” a René y “…se tiene que ir porque no tenía ninguna seguridad de qué iba a pasar…”. Tal era el clima político del país y el riesgo en el que se encontraba Rene que su hermano Rubén le propone a su hermano sacarlo del país, pero René le dijo “No, yo no me voy, yo me quedo con mi gente”. Relató que por lo que pudo saber, René fue secuestrado el mismo 24 de marzo de 1976, y que luego del secuestro de su cuñado personal militar allanó su domicilio y “detuvo” a su marido. Que Rubén estuvo 10 o 15 días desaparecido y que cuando pudo regresar “No contó mucho, pero me dijo que lo habían tenido con los ojos tapados y manos atadas, que lo sacaban y lo interrogaban preguntándole “¿dónde está tu hermano?”, y él les decía: “hijos de re mil puta, lo tienen ustedes”.

Gonzalo Salamanca, ratificó los dichos de su madre la Dra. Busleiman y pudo dar cuenta del impacto en el grupo familiar al comentar los allanamientos que sufrió su abuela paterna, es decir la madre de René luego de su secuestro, las consecuencias de portar el apellido Salamanca y cómo éste hecho terminó de desmembrar la familia luego de años de persecución.
El hecho de que Salamanca fuera un reconocido militante gremial ligado a un partido político (PCR), no ligado a organizaciones armadas y que sostenía el gobierno democrático anterior al golpe militar, fue corroborado por el testigo de contexto ofrecido por la defensa, Ceferino Reato.
Roque Romero, quien se desempeñó como Secretario adjunto del Smata en el momento en que Salamanca era Secretario General, relató el rol de Salamanca como líder de la lista marrón cuyos lemas eran anti patronal, anti dictatorial y anti burocrático y las persecuciones sufridas por el gremio y su conducción; dio cuenta de la intervención desde el gremio de Bs.As el 15 de agosto del ’74, el inicio de la conducción en la clandestinidad, la solidaridad de Tosco quién les prestó las instalaciones de Luz y Fuerza para el funcionamiento del gremio, y cómo el 9 de octubre de 1974 ya intervenida la provincia de Córdoba es allanada esa sede y detenidos todos los que fueron encontrados en su interior y libradas órdenes de captura entre otros, para Salamanca.
De Breiul, recordó que Salamanca figuraba en el listado que dio a conocer el Comando Libertadores de América de personas que debían ser ejecutadas, junto con Tosco y el Dr. Roca.
Diego Donda, militante del PCR secuestrado en 1977, recordó que se enteraron del secuestro de Salamanca el 24 de marzo de 1976 y que era un referente del partido.
Ceclia Suzzara (secuestrada el 24 de marzo de 1976) relató ante el tribunal que estando ella alojada en la perla, Romero y López le alcanzaron un libro mientras le decían “cuídalo que a este lo tuvo el Chancho Salamanca”. Que lo habían tenido separado en una oficina que tenían siempre cerrada y que la guardia llevaba comida. No deja lugar a duda la declaración testimonial de esta sobreviviente prestada en el marco de la inspección ocular realizada a la perla con fecha 29/05/2013. Recuerde el tribunal, como la testigo no dudó en señalar la oficina en la que había sido retenido Salamanca, ese día expresó “Ésta fue la oficina a donde estuvo Salamanca y después fue la oficina de “Vergara”.
Gerando Luna, compañero de Salamanca, en esta audiencia recordó que en septiembre de 1977 lo secuestraron a él, lo llevaron a la perla y tenían el tupe, de preguntarle por René a lo que él contestaba “lo tienen ustedes”. Recordó los atentados que sufrieron Salamaca y el gremio, y cómo durante el año 1975, tanto él como el hijo de Salamanca fueron detenidos y apremiados con la finalidad de que dieran información sobre el dirigente sindical. Dio que aparte de su militancia gremial era uno de los fundadores del PCR, cuya posición era la defensa del gobierno constitucional y en contra de la lucha armada.
Daniel David Carrasco que depuso en esta audiencia en febrero de 2014, relato que siendo el secuestrado el 18 de marzo de 1977 y trasladado a la perla, las personas que lo golpeaban y mientras lo estaban haciendo le manifestaban “acá lo hemos boleteado a tu compañero René Salamanca”
Por la trascendencia de la figura de Salamanca, muchos de los sobrevivientes del campo transmitieron en los relatos el paso del mismo por allí. Así Ma. Victoria Roca; Liliana Callizo, René Caro y Pusseto;
Remondegui, si bien no pudo verlo, recordó que el cometario en la cuadra era que Salamanca había estado allí, que había sido visitado por el propio Menéndez y que fue este el que dio la orden de que Salamanca fuera fusilado.
Sastre recordó que los “gestores” de la perla se jactaban de que ahí habían tenido al “Chancho”, haciendo referencia a Salamanca. Servanda Santos de Buitrago, recordó “que había estado preso ahí”, pero que ya no estaba cuando ella llegó.
En su declaración testimonial en esta audiencia Ana Iliovich reconoció la nómina por ella confeccionada a partir de copiar de las listas que estaban en la perla, en la que menciona a Rene Salamanca, detenido en marzo de 1976, PCR.
En igual sentido depuso Di Monte, preguntado por el sindicalista manifestó que estuvo en la perla al igual que Sánchez, que cree que fue secuestrado “inmediatamente con el golpe”
Cabe agregar que Wilfrido Meloni, en su declaración incorporada al debate manifestó: “cuando el golpe militar, el mismo 24 de marzo había una lista de personas a detener, que ese día desaparece Rene Salamanca. Agrega Meloni que habiendo sido detenido en abril de 1976, a mediados de octubre de ese año fue trasladado al Campo de La Ribera donde fue interrogado entre otros compañeros por SALAMANCA. Respecto de éste, le hacen leer una carta manuscrita diciéndole que esa era la declaración de Salamanca, reconociendo el testigo la letra, por haber tenido trato directo con él y conocer su letra. Indica Meloni que los interrogatorios eran efectuados por un militar al que le decían “Cura”, quien le afirmaba durante las sesiones, que tanto a Machado, como a Finger y a Salamanca, “los tenían ellos”. Recuérdese, que en un indicio de mala defensa material, el imputado Vergèz reconoció la existencia de estas listas y que Rene Rufino Salamanca se encontraba incluido en ellas.
En la declaración judicial incorporada de Roberto Fermín de los Santos, secuestrado el 26 de marzo de 1976, relato que: cuando hacia menos de un mes que se encontrada en la perla, reponiéndose de las heridas producidas por la tortura, Quequeque le llevo un libro que habría pertenecido o había estado leyendo Salamanca.
Olga Cortés de Salamanca, esposa de la víctima, cuya declaración se encuentra incorporada al debate, da cuenta del secuestro, de las numerosas presentaciones tendientes a dar con el paradero y destino de su esposo y las dos detenciones que ella sufrió a consecuencia de esa búsqueda. Esto último corroborado en la causa a través del Memorando de Policía Federal de fecha 16 de noviembre de 1976 (DGI Cd n° 232 "R") incorporado, donde consta que de la vigilancia establecida en ocasión de la mentada visita surge: que al retirarse del lugar Cecilia Olga Cortez de Salamanca, esposa de René Salamanca, “ex dirigente desaparecido o secuestrado en marzo de 1976”, es detenida para su identificación y luego recupera su libertad, esto a requerimiento del Destacamento de Icia. 141. Esta prueba documental acredita por una parte que la persecución de la que era objeto la víctima también se habría hecho extensiva a su entorno familiar, en tanto que el mismo documento menciona, a la vez, como un hecho consumado el secuestro y desaparición de René Salamanca.-
También contamos incorporado al debate el legajo CONADEP, como la denuncia de su desaparición a diferentes organizaciones nacionales e internacionales, arzobispado, y el H.C
Corroboran la referida persecución, otros documentos incorporados, tales como la ficha personal que de la víctima René Rufino Salamanca fue incautada de los archivos de la SIDE –Delegación Córdoba- Legajo N° 0517, que consigna como antecedentes “Conocido dirigente gremial, activista, de ideología marxista, Secretario General de SMATA córdoba, vinculado a Agustín Tosco. Integrante del M.A.S, F.A.S, E.N.A y de la mesa de gremios en lucha. La ficha registra antecedentes desde el año 74, sindicándolo como principal instigador del conflicto gremial de la planta Fiat-Concord por cuestiones de encuadramiento sindical. Contamos con el expediente "C/Salamanca René Rufino y otros s/tenencia de armas de guerra que da cuenta de una detención anterior de Salamanca, causa en la que fue sobreseído. En el marco de esa causa se deja constancia del atentado sufrido por el mismo a través de recortes periodísticos de la época, que aluden a la colocación de un explosivo en el vehículo del nombrado de propiedad de la organización sindical.
Obran incorporados al debate diversos Memorandos de la Policía Federal que ilustran sobre la vigilancia a la que era sometida la actividad gremial de la víctima y su sector: el de fecha 30 de enero de 1975 (DGI Cd n° 41 S.I.): ocupación de la fábrica Grandes Motores Diesel, entre otros reclamos el levantamiento de la orden de captura que pesaba sobre el dirigente gremial Rene Salamanca y otros.” En el mismo sentido el Memorando de fecha 26 de enero de 1976 (DGI Cd n° 35 S.I.). El Memorando de fecha 16 de marzo de 1976 (DGI Cd n° 106 S.I.), señala vincula a la Mesa de Gremios en Lucha con los grupos subversivos armados por sus ideas izquierdizantes, sindicando a Salamanca como uno de los principales dirigentes individualizados en la conducción de las organizaciones gremiales que responden a la Mesa de Gremios en Lucha, uno de los responsables del Partido Comunista Revolucionario en Córdoba”
Finalmente, resulta relevante que los hechos perpetrados en perjuicio de René Rufino Salamanca fueron objeto de pronunciamiento en la causa 13/84 –Caso Nº 511- dictado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, publicado en La Sentencia -Tomo I y II- imprenta del Congreso de la Nación, pag. 461 considerándose acreditado que el nombrado fue privado de libertad y se lo mantuvo ilegalmente en cautiverio en el Centro Clandestino de detención La Perla y que no está probado que la víctima recuperó su libertad.
De acuerdo al análisis de la prueba hasta aquí realizada, no quedan dudas para esta querella que Rene Rufino Salamanca fue aprehendido y conducido por sus captores a las instalaciones del Centro Clandestino de Detención La Perla, lugar en el cual fue atormentado, mantenido subrepticiamente cautivo, en condiciones indignas de sobrevida por un lapso de tiempo que no superó los treinta días, para ser finalmente trasladado a los campos de la Guarnición Militar Córdoba donde fue asesinado y sus restos ocultados hasta la fecha, habilitando el pedido de condena que luego formularemos.

AMANDA LIDIA ASSADOURIAN


Argentina, nacida el 1º de marzo de 1947, en la localidad de Córdoba, provincia de Córdoba, con domicilio a la fecha de los hechos en calle Pasaje Libertad 717, de Bº Altos de General Paz. Era empleada de IBM, también se desempeñaba en la Dirección General de Rentas de la Provincia de Córdoba. Militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
El 25 de marzo de 1976, en un lugar que no ha podido ser determinado con exactitud, ubicado entre Bº Comercial y Bº Las Flores, siendo aproximadamente entre las dos y las cuatro de la de la madrugada, fue secuestrada junto con René Caro (que habitaba en ese domicilio), Maximino Sánchez y Luis Mario Finger, por personal perteneciente a fuerzas armadas y de seguridad dependiente del área 311. Ingresaron en forma violenta e intimidatoria, fuertemente pertrechados, sin dar intervención ni posterior puesta a disposición a autoridad judicial alguna. Fueron maniatados, vendados sus ojos e introducidos a vehículos para su inmediato traslado a instalaciones del Centro Clandestino de Detención La Perla. Allí, fue mantenida en cautiverio, privada clandestinamente de su libertad durante un período que no fue mayor a treinta días por oficiales, suboficiales y personal civil de inteligencia pertenecientes al III Cuerpo de Ejército, Grupo de Operaciones Especiales (OP3) del Destacamento de Inteligencia 141, integrado por los oficiales Héctor Pedro Vergés, Jorge Exequiel Acosta, Ernesto Guillermo Barreiro, y sus subordinados, Luis Alberto Manzanelli, José Hugo Herrera, Carlos Alberto Díaz, Arnoldo José López, Héctor Raúl Romero, Emilio Morard, Ricardo Lardone, que actuaban bajo dependencia del Área 311.
Durante su permanencia en La Perla, Amanda Lidia Assadourian fue intencionalmente sometida a condiciones infrahumanas de cautiverio y a diversos martirios tanto psíquicos como físicos. Estas entre otras circunstancias debió soportar Amanda Lidia Assadourian hasta el día de su “traslado” fecha que si bien no ha podido ser establecida con exactitud. Presumiblemente ocurrió antes de cumplirse los 30 días de su secuestro, conducida por el personal del grupo de operaciones espaciales quienes impartieron las órdenes necesarias para llevarlo a las oficinas donde fue atada, amordazada, y vendada para luego ser subida a un camión en el que fue “trasladada” siendo asesinada en las inmediaciones del CCy E La perla, en los predios pertenecientes al III Cuerpo de Ejército y sus restos ocultados ilegalmente en un lugar hasta ahora no ubicado, permaneciendo en condición desaparecida hasta la fecha. En cuanto a la prueba recolectada en la audiencia se desatacan los siguientes testimonios:
René Caro quién relata que el día del golpe 24 de marzo de 1976 en horas de la tarde estaban en su casa, en barrio comercial, junto a Maximino Sánchez, secretario adjunto del SMATA, Luis Finger compañero del sindicato del caucho y su compañera, Amanda Assaudorian. Que durmieron esa noche allí y como a las dos de la mañana, rompieron la puerta, entraron muchas personas armadas, los vendaron y en un camión del Ejercito los condujeron a un lugar que después pudo saber era La Perla. Que en el trayecto a ese lugar, escuchaba una voz estridente que decía que ya tenían preparado el pozo, eufemismo para decir la tumba, que pudo luego congeniar la voz con la de Quijano. En La Perla se les adjudicó un número, él tenía el 78 y Amanda el 79. Que allí en La Perla había una lista de gente para detener en Córdoba y ellos integraban ese listado. Amanda estaba embarazada, estuvo poco tiempo cerca de su colchoneta, en determinado momento le dijeron que la habían liberado, pero luego charlando con el abogado Carlos Altamira, este le dijo que Amanda había sido asesinada, fusilada, que no había salido con vida de allí. Antes de largarlo Vergez le dijo que Amanda había sido muerta, él le dijo que ya lo sabía. Recuerda que vió en La Perla a Ana Iliovich, a quien conocía de antes y a la que cuando estaba en Bs As mando una carta con Vergez.
Su relato es confirmado por Fermín De Los Santos quién dijo que al momento de su caída y tortura, en una oficina le muestran detenidos en La Perla, tal como pudo advertir luego era una metodología para tratar de lograr que los militantes hablaran, y entre los que le mostraron estaba René Caro.
Meschiatti en la audiencia recuerda de haber conocido durante su estadía como prisionera y esclava en La Perla sobre la caída primero de Rene Salamanca y también la detención de Maximino Sánchez, Caro y Amanda Assadourian. Recuerda que esa caída fue el 24 de marzo y que el único que sobrevivió fue Caro
Cecilia Suzzara recuerda que cuando fue secuestrada al arribar a La Perla le pusieron el nuero 80 y estaba al lado de Amanda Assadourian, que ella había sido secuestrada junto a Rene Caro a quien también vió en La Perla.
Jorge Luis Ríos declaró el 1º de octubre de 2013. Recuerda que Sánchez fue detenido con Caro y Assadourian y que únicamente sobrevivió Caro que declaró.
Adriana María Olivella declaro en la audiencia el 26/6/14 y el 2/7/14. Recordó a Amanda Assadourian, que estuvo con ella en La Perla, que Amanda estaba muy emocionada, muy asustada, pensaba que no iba a salir de allí, que estaba embarazada de un mes y medio, que le pidió que si salía con vida la testigo le avisara a su familia que vivía detrás del Hospital Córdoba. Que un tal Maldonado, gendarme que concurrió a su casa, le confirmó que Amanda estaba muerta.
Graciela Lucía Olivella, el 3/7/14 declaró en la audiencia, recuerda que junto a su hermana se bañaron en las duchas de la Perla con quien les dijo era Amanda Assadourian, que les dijo estaba embarazada, cree que su novio fue liberado, lo que leyó tiempo más adelante. Recuerda que un Gendarme Maldonado que fue a su casa después de que las liberaron, les dijo que había junto a ellas unos cien personas en la cuadra y solo se habían salvado los tres Olivella y dos personas más y todos los demás habían sido fusilados, recuerda que en específico su hermana lo consultó por Amanda y dijo que los militares la habían ejecutado
Ana Iliovich al declarar recuerda a Amanda Assadourian, ella fue secuestrada junto a Rene Caro, la conocía perfectamente, pues ella también quiso ser pareja de Caro, pero él eligió a Amanda, recuerda que estuvo en la cuadra, que cayó también con Sánchez y Finger, de ese grupo solo sobrevivió Rene Caro, ella fue asesinada.-
Piero Di Monte nos relata en audiencia , en septiembre de 2013 , que supo de boca de Ruffa del paso de Rosa Assadourian por el campo de La Perla, pues su caída fue anterior a la del testigo, pero que Ruffa le confirmó que ella estuvo allí al igual que la hermana de nombre Amanda.
María Sonia Assadourian, hermana de Rosa Estela y Amanda Nidia también declaró en este juicio y afirmó que prácticamente toda la familia fue perseguida desde los años 60. Su Papá había sufrido el genocidio armenio, vió morir a sus hermanos, fue militante comunista. Recuerda allanamientos que presenció buscaban a sus hermanas. Fue poco antes del golpe del 76. Recuerda que Amanda fue detenida con Caro cerca de Villa Libertador, estaba embarazada. Fueron los militares, todo esto lo averiguó la familia. Pudo saber que la llevaron a La Perla y está desaparecida. Amanda daba apoyo a los detenidos políticos entre ellos sus hermanos.
Entre la documental incorporada al debate están: Legajo CoNa Dep de la esposa de Sánchez (fs. 1698/99 donde se menciona a Amanda), también Legajo CoNadep A13 donde obra denuncia de Dikran Assadourian, padre de Amanda.
Todo este material, además de las documentales que mencionáramos, demuestran que ha quedado probado con la certeza que se requiere la existencia material del hecho del secuestro, sometimiento a tormentos y condiciones indignas de sobre vida y la ejecución extrajudicial de Amanda Assadourian.

DANIEL HUGO CARIGNANO

Argentino, nacido el 17 de marzo de 1949, en la localidad de San Francisco, provincia de Córdoba, casado con María del Carmen Torres, padre de dos hijos. Estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Córdoba. Trabajaba en Resortes Argentinos, ex – empleado del Frigorífico Mediterráneo. Militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores.
El día 27 de marzo de 1976 en el domicilio de calle San Martín 426 de Bº la Flores de la ciudad de Córdoba, cuando Daniel Hugo Carignano junto a su esposa María del Carmen Torres, embaraza de 7 meses, y a su hijo Sebastián se encontraban durmiendo, fue secuestrado por personal perteneciente a fuerzas armadas y de seguridad dependiente del área 311. Ingresaron en forma violenta e intimidatoria, derribando la puerta de entrada y golpeando a Carignano, sin dar intervención ni posterior puesta a disposición a autoridad judicial alguna. Fue maniatado, vendados sus ojos e introducido a vehículos para su inmediato traslado a La Perla, donde permaneció en cautiverio, privado clandestinamente de su libertad durante un período que no fue mayor a treinta días por oficiales, suboficiales y personal civil de inteligencia pertenecientes al III Cuerpo de Ejército, Grupo de Operaciones Especiales (OP3) del Destacamento de Inteligencia 141. Durante su permanencia en La Perla, Daniel Hugo Carignano fue intencionalmente sometido a condiciones infrahumanas de cautiverio y a diversos tormentos tanto psíquicos como físicos.

Su compañera María del Carmen Torres relato ante este tribunal, Que Hugo Daniel Carignano ingresó a trabajar en el frigorífico mediterráneo en 1972, que desde el inicio de su trabajo comenzó a militar en la cuestión gremial junto con Hugo Juncos y Charo Aredes, llegando a ser delegado gremial del área administrativa. Tanto ella como su esposo eran militantes del PRT en el frente sindical. Junto con los otros delegados conformaron una comisión interna que llevó adelante las reivindicaciones ante la patronal y en soledad frente a la burocracia sindical y pro patronal del sindicato de la carne. Relató también, como éste sindicato creó las condiciones para que los obreros fueran despedidos, entre los cuales se encontraba su compañero quién fue desvinculado en septiembre u octubre de 1975. Este hecho no afectó la relación y militancia de Carignano con los trabajadores del frigorífico mediterráneo. Agregó un ejemplar de la revista El Peronista que quedó incorporado al debate, órgano de difusión de la JTP de agosto del 73 donde se cuenta la lucha desarrollada en esos tiempos contra la burocracia sindical y la patronal. En noviembre del 73 en la misma revista, en un reportaje de Juncos y Carignano, donde éste denuncia “a Arroyo y a mi nos persiguen” demostrando que ya a esa época estaban marcados. Torres presenció el secuestro del padre de sus hijos, luego de que se hubieran acostado a dormir sintieron que rompieron las puertas de calle y del patio de la vivienda familiar. Afirmó que sin dar mayores explicaciones personas fuertemente armadas, vestidas de oscuro y con borceguíes militares o policiales invadieron la casa y dieron vuelta todo. Que en esas circunstancias Daniel gritaba que lo secuestraban, mientras ella se reúne con su pequeño hijo y una de las personas que ingreso le dijo “usted no sabe en lo que andaba su marido, es un subversivo hijo de puta”…. Que estando ella en una habitación de la vivienda y Daniel en otra siente que alguien dijo: “bájenlo a Felipe” y alcanzó a ver que trasladaban a Felipe con las manos atadas y que manifestó “ella no tiene nada que ver”. Dicho hombre era quién por entonces era su responsable político, y que con los años se enteró que su nombre era Hugo Hernán Pacheco, secuestrado ese mismo día y aún sigue desaparecido. Mientras estos eventos se desarrollaban, pudo sentir como era golpeado Daniel. Luego que esta patota se fue y al regresar a la habitación donde lo atormentaban a su esposo encontró las sabanas de la cama desgarradas, por lo que supone se lo llevaron vendado y atado. En esta audiencia agregó que de acuerdo al comentario de una pareja de vecinos, también estaban presentes esa noche camiones y jeeps del ejército. Expreso que el secuestro de su compañero fue uno de una ola de secuestros que se produjo en distintos lugares de las sierras chicas y que se inició el 26 de marzo con Charo Aredes y culminó con el de Mario Graieb, todos ligados a las luchas el frigorífico mediterráneo, entre los que menciono a Correa el 25 de mayo de 1976 y Alejandro Morales el 26 de mayo y Juncos el 4 de agosto. Por reconstrucciones posteriores con ex empleados del frigorífico, pudo conocer que desde el 24 de marzo de 1976 el ejército se encontraba acantonado dentro del frigorífico, donde ejercía control de ingreso de los obreros. Torres expresó que podría haber alguna relación entre la patronal del frigorífico y el sindicato de la carne en este “plan sistemático” que terminó con el secuestro y desaparición de 9 trabajadores o ex trabajadores. Luego del secuestro, María del Carmen, con 7 meses de embarazo y su pequeño hijo dejaron su domicilio y comenzó al igual que en otros casos el constante cambio de casa, pedirle a compañeros un lugar para dormir. Un peregrinar que incluyo la realización de denuncias ante la Comisaría 4° de la Provincia, ante el Arzobispado de Córdoba y ante la Comisión de Derechos Humanos de la O.E.A, ante "Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas”, toda documental incorporada al debate. Manifestó aquí, que solo por relatos de sobrevivientes de la perla, pudo saber que Daniel estuvo allí privado de su libertad.

En la audiencia de fecha 15 de abril de 2014, su hijo Sebastián, presente en el momento del secuestro coincidió con su madre. Si se explayó en las gravísimas consecuencias que tuvo en su vida de niño, adolecente y hasta el día de hoy la desaparición de su padre.
Luego de ser arrancado de su hogar, Daniel Carignano fue trasladado al CCD la perla. Dan cuenta de esta circunstancia en primer lugar, Piero Di Monte, quién recordó que conocía a Carignano por haber sido compañeros del secundaria, que su nombre surgió como uno de los que estuvieron en la perla al momento de elaborar las listas colectivas y que con el tiempo pudo confirmar que ese nombre correspondía a quien había sido su compañero de colegio. En las listas colectivas se registra su secuestro aproximadamente en abril de 1976.

La denuncia ante CONADEP efectuada por Carlos Alberto Pusseto, e incorporada al debate menciona a Carignano en la lista de personas vistas en la Perla, coincidentemente con el listado realizado por Ana Iliovich que menciona a “Carignano (a) “Tumba” en la lista de personas vistas en ese centro de detención, secuestrado aproximadamente en marzo de 1976, con militancia en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores)
De acuerdo a lo manifestado por su esposa y del análisis integral del restante material probatorio recabado, demuestran con certeza que Daniel Carignano luego de ser alojado en la perla, sometido a tormentos y mantenido en condiciones inhumanas de cautiverio, por un tiempo que no fue superior a los 30 días, fue asesinado en las condiciones relatadas en la parte general.

JULIA ANGÉLICA BROCCA

Argentina, nacida el 12 de diciembre de 1947, en Cosquín, provincia de Córdoba. Casada con Mario Antonio Herrero Machado, madre de dos hijos. Era docente y trabajaba en la Dirección de Complementación Educativa del Ministerio de Educación de la Provincia, donde desarrollaba su actividad gremial como delegada de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba, además integraba la Juventud Trabajadora Peronista.
En la madrugada del 28 de marzo de 1976, cuando Julia Llabrés Grau de Brocca, madre de Julia Angélica, se encontraba durmiendo en su domicilio de calle Montevideo Nº 66 de Barrio Nueva Córdoba de esta ciudad, fue despertada bruscamente por un grupo de alrededor de 6 personas fuertemente armadas y de civil, personal perteneciente a fuerzas armadas y de seguridad dependiente del área 311. Este grupo la interroga sobre el paradero de su hija y al decirles que la misma no vivía allí desde mediados de febrero de ese año, proceden a llevarla forzosamente y bajo amenazas hasta la casa de su hija. Alrededor de las 3 arriban al domicilio de calle Taboada s/n de barrio Residencial Vélez Sarsfield de esta ciudad de Córdoba, donde se encontraba Julia Angélica Brocca junto a su esposo Mario Antonio Herrero y sus dos pequeños hijos Juan Camilo, de 3 años de edad y Mariano de 1 año. Ingresaron por distintos lugares del domicilio en forma violenta e intimidatoria, fuertemente pertrechados, sin dar intervención ni posterior puesta a disposición a autoridad judicial. En el momento comienzan a revisar la casa, dando vuelta todo y golpeando fuertemente a Mario Antonio Herrero, quién queda desmayado. Luego Julia Angélica Brocca, fue secuestrada por personal perteneciente a fuerzas armadas y de seguridad dependiente del área 311. Maniatada, vendada e introducida a vehículos para su inmediato traslado a La Perla. Quedando en el domicilio Julia Llabrés Grau de Brocca, con los dos niños y el marido de Julia Angélica Brocca.
En la Perla, Julia fue sometido a los tratos y torturas ya descriptos, mantenida en cautiverio, privada clandestinamente de su libertad durante un período que no fue mayor a treinta días por oficiales, suboficiales y personal civil de inteligencia pertenecientes al III Cuerpo de Ejército, Grupo de Operaciones Especiales (OP3) del Destacamento de Inteligencia 141.
Estas entre otras circunstancias debió soportar Julia Angélica Brocca hasta el día de su “traslado” fecha que si bien no ha podido ser establecida con exactitud, presumiblemente ocurrió antes de cumplirse los 30 días de su secuestro. Conducida por el personal del grupo de operaciones espaciales quienes impartieron las órdenes necesarias para llevarlo a las oficinas donde fue atada, amordazada, y vendada para luego ser subida a un camión (llamado eufemísticamente Menéndez Benz) en el que fue “trasladada” (denominación que daba ese grupo que actuaba bajo estricto control, dependencia y órdenes de los responsables del Destacamento de Inteligencia 141, Área 311 y III Cuerpo de Ejército a los fusilamientos que efectuaban a los prisioneros políticos) siendo asesinada en las inmediaciones del CCyE La perla, en los predios pertenecientes al III Cuerpo de Ejército y sus restos ocultados ilegalmente en un lugar hasta ahora no ubicado, permaneciendo en condición desaparecida hasta la fecha.

En relación al presente accionar, integran el cuadro probatorio, en primer lugar, la presentación incorporada a autos, realizada por Julia Llabres Grau De Brocca, madre de la víctima, ante la Conadep, quién relata las circunstancias de modo, lugar y tiempo en que la víctima fue aprehendida, siendo la denunciante testigo presencial del operativo. Refiere que irrumpen en su domicilio, en la madrugada del 28 de marzo de 1976, siendo despertada bruscamente mientras dormía con su esposo enfermo de cáncer. Violentaron la puerta aproximadamente seis personas, fuertemente armadas, de civil y diciendo ser de la policía, pero sin presentar credenciales. Todas eran personas jóvenes y bien parecidas. Antes que la testigo pudiera levantarse de la cama, ya estaban alrededor preguntándole por su hija y al decirles que no vivía con ellos, le exigieron acompañarlos. Una vez llegados al domicilio de su hija Julia Brocca, quién vivía con su marido y sus dos hijos menores, entraron violentando la puerta y saltando por los techos y paredes, mientras dejaron a la testigo afuera custodiada. Refiere que vio que sacaban de la casa objetos de valor, que luego la hacen entrar, donde encontró todo en desorden, vio a su hija gritando socorro, tras lo cual se la llevaron. Relata que el yerno estaba desmayado de un golpe que le habían propinado en la cabeza, tirado en el suelo y maniatado. Agregó que, desde entonces, nunca más han tenido noticias de ella, a pesar de las numerosas gestiones realizadas.
En el mismo sentido se expresó al deponer en éste debate, el esposo de la víctima, Mario Antonio Herrero Machado quién nos dijo que a Julia Angélica Brocca la conoció a mediados de 1968. Comentó que realizó estudios primarios y secundarios en un colegio religioso, recibiéndose de maestra y esa fue su profesión. Ingresó a la Universidad Católica de Córdoba a la carrera de Letras Españolas y Latinoamericanas, y su tarea de trabajo la comenzó a realizar en la Dirección de Complementación Educativa de la Provincia de Córdoba. En aquel tiempo la sede central estaba en la Isla Crisol, en el Parque Sarmiento, pero ella se desempeñó, fundamentalmente, en una subsede sería, de barrio Güemes, donde estaba abocada a la tarea de apoyo escolar con alumnos que estaban retrasados, que tenían dificultad de aprendizaje. Nos dijo que debido a su actividad fue elegida delegada por la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba para ese lugar y esta actividad la llevó a frecuentar el gremio de la UEPC donde se relacionó con muchísima otra gente. Hizo una opción personal y política y estaba enrolada en la Juventud Trabajadora Peronista en lo que, en aquel momento, se llamaba la Tendencia o Peronismo Revolucionario. Agregó que durante el gobierno que se inaugura durante el año '73, se genera una campaña de alfabetización para el adulto, que en Córdoba la lleva adelante la delegación Córdoba de la DINEA -Dirección Nacional de Educación del Adulto-, a través de un plan especial que se llamó CREAR, donde Julia actuó como coordinadora de uno de esos centros, específicamente, en la Dirección General de Arquitectura, más específicamente con la gente del obrador, es decir aquella gente que no estaba alfabetizada y que realizaba tareas de apoyo técnico.
A su vez, esta querella ofreció en su oportunidad, una documental que está incorporada a autos, que es la causa Pérez Esquivel y allí obra un informe especial de inteligencia que se desarrolla entre el año '76 y '78, y habla justamente de la "infiltración marxista en la Dirección Nacional de Educación del Adulto delegación Córdoba", de donde surgen también una serie de nombres, varios de ellos son desaparecidos, víctimas que están siendo investigadas en esta causa, y por esa época, bajo el Ministerio de Taiana. Hay un párrafo respecto las características de estos centros de cultura y educación popular en los que Brocca se desempeñaba, que queda claro que alteraban lo que parecía ser el "orden celestial" que los que escribieron esto entendían que debía ser: "En esa época, bajo el Ministerio de Taiana, se implementa desde la DINEA, desde el Centro Multinacional CEMUL, dependiente de DINEA, un plan basado en el método Paulo Freire, y se impulsaba la formación de centros de cultura popular en los cuales se propiciaba la prescindencia del maestro entregándole esta tarea al líder de la comunidad. En aquel entonces, estos líderes eran los jóvenes universitarios que trabajaban en las villas de emergencia, por supuesto, con clara ideología y convicción marxista".

Mario Antonio Herrero Machado, relató también que en tiempo previo al golpe efectuado al 24 marzo de 1976, su esposa le hace saber que entre sus compañeros se comentaba que existía una "lista negra" de personas que estaban sindicadas como activistas gremiales o activistas políticos y que le habían informado a su esposa que ella se encontraba dentro de esta lista. Con relación específicamente al secuestro, nos dijo que el día 28 de marzo de 1976, un grupo arribó a Montevideo 66 preguntando por Julia Angélica Brocca. En ese domicilio solo se encontraba el suegro del testigo Osvaldo Brocca y su suegra Julia Llabré Graus de Brocca. Dijo que como su suegro estaba en una situación de indefensión porque tenía un cáncer en la laringe y no podía hablar, estos captores comenzaron a interrogar a su suegra. Su suegra le relató después que estas personas llegaron y que dijeron ser personal que venía a buscar a Julia Angélica Brocca, y que le mostraron una ficha, una fotografía que fue reconocida por su suegra, y que esa fotografía era la del legajo de su hija, que obraba en la Provincia. Posteriormente la llevan a su suegra, la suben a un auto, mientras le preguntaban por dónde vivía su hija, y su suegra les contestaba que no sabían dónde vivían porque se acababan de mudar. Este grupo de captores parte en un auto por la calle Montevideo, suben por Chacabuco, que en aquel tiempo tenía dos manos, y se estacionan cerca de la calle Derqui, a cuadra y pico de la Federal. Allí deliberan –su suegra le comentó al testigo que escuchaba que deliberaban-, su suegra queda con personal en el auto, otros bajan, van y vienen, y calcula que estuvieron cerca de una hora yendo y viniendo hasta que le dicen: "bueno señora, nos va a tener que dar alguna pista" y ella, lo único que le dice: "Mire, yo sé dónde vive mi hijo, que está cerca", los conduce hasta la casa de su cuñado, que vivía en un barrio también a cuatro o cinco cuadras de nuestra casa y allí su suegra un poco se orientó, serían las tres de la mañana, y así la suegra pudo llegar a la casa del testigo. Su suegra permanece en el auto, el personal baja, parte del personal sube a los techos, otro golpea la puerta, y el testigo se despierta y dicen somos la "La Policía", mientras estaban rompiendo el cristal de la puerta de acceso que daba a una cocina y forzando esa puerta de chapa. La persona que entró no se identificó sino que lo tomó bruscamente y lo puso para que no lo viera, y lo llevaron por un pasillo hacia el fondo, al cuarto marital, dejando de lado el cuarto de mis hijos de un año y medio y de tres años y medio que estaban durmiendo. Entonces para intentar salvar la vida de su esposa el testigo les dijo "no se equivoquen, no se equivoquen, no es a ella a la que tienen que llevar, es a mí" y cuando dicen: "no, es a ella", lo golpean con un culatazo en la cabeza y para que no le siguieran pegando se hizo el desmayado, de modo tal que siguió escuchando todo lo que estaba pasando. Julia estaba en camisón, en esas condiciones se la llevaron. Al testigo lo ataron, y le pusieron una venda, escuchó cuando se la llevaban a Julia y que entró otra persona, que era su suegra quién en el traslado se cruzó con su hija; posteriormente su suegra lo encuentra al testigo y creyó que estaba muerto, y ahí pudo reaccionar. A partir de ahí nos dijo comenzó toda la historia de la búsqueda de Julia Angélica Brocca. Para su suegra nos dijo fue muy difícil darse cuenta de cómo la habían embaucado; su suegro falleció, al tiempo, sin saber de su hija Julia. Herrero luego de que comenzara a amanecer, salió con su auto y se dirigió a la Seccional Décima de la Policía de Córdoba a formular la denuncia de la cual jamás tuvo respuesta. Agregó que hubo una persona que le dijo que Julia fue vista en el Campo de La Ribera y se fue allí a los pocos días, lo acompañó su hermana, y pasó un descampado y se entrevistó con un guardia que le dijo que se fuera.
El día 8 de abril de 1976 (Es importante tener en cuenta la fecha, ya que era bastante raro que en ese tiempo se produjera) fue presentado un hábeas corpus por Julia. Esta documental oportunamente fue ofrecida, e incorporada a éste debate, y forma parte del legajo de CONADEP, donde está el hábeas corpus referido, como la denuncia que se efectúo en la Comisaría Décima, que en su momento también fuera acompañada al trámite por la ausencia con presunción de fallecimiento que luego, por ley, se transformó en ausencia por desaparición forzada.
El testigo afirmó que al poco tiempo abrió un expediente en el Ministerio del Interior y por ello viajó a Buenos Aires, donde adjuntó documentación. Nunca nadie le contestó. Luego fue dos veces más a Buenos Aires por novedades del expediente y fue atendido por personal de Aeronáutica. La presión internacional hace que venga a la Argentina en el año '79, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y el testigo nos contó que también volvió a viajar a Buenos Aires con toda la documentación que tenía en mano, y le hicieron llenar una planilla, y tomaron nota de lo que había sucedido. Nunca tuvo respuesta. Prosiguió el testigo relatándonos que en julio de 1979, se encontraba en un convento, y allí se apersonó una persona llamada Saúl Pereyra, hijo de la tía, quién le dijo ser informante del ejército y por cuestiones personales iba a averiguarle que había pasado con su esposa. A los tres meses, a través de otra persona, el hermano del informante, de nombre José, le manda a decir de que no esperara más, que "cuca" no iba a volver, hecho que valoraremos pormenorizadamente infra al concluir este hecho. El padre del testigo, a su vez le dijo que por su trabajo de viajante libre para una empresa, y que uno de los rubros que tenía era el papel de Ledesma y el azúcar de Ledesma, le había solicitado al encargado de dicha empresa, que averiguara sobre el paradero de 'cuca' y que este hombre le había traído la noticia en setiembre del ´79, de que Julia no estaba viva.

El hijo de Julia Angélica Brocca, Juan Camilo Herrero, dijo que supo que se la llevaron en un horario en que el testigo estaba dormido, y que cuando se despertó a la mañana, estaban algunos tíos, algún vecino, no estaban ni su madre ni su padre, que ya estaba buscando y denunciando la desaparición de su madre. A partir de ahí, dijo Herrero que su vida y la de su hermano, empezó a acontecer en otro domicilio, que fue el de sus abuelos paternos y su tía. Supo que el día 28 de marzo de 1976, cuatros días después del golpe cívico-militar, en que secuestran a su madre, se llevaron objetos de valor, un proyector, una radio, un dinero que tenían ahorrado mis padres para terminar de hacer la casa. Por dichos de su abuela, supo que a su madre la sacaron y había dos automóviles, uno el que trasladó a su abuela, y otro estacionado. Que en uno de esos automóviles la metieron a su madre. Dijo Herrero que también supo que en la isla Crisol funcionaba la Dirección de Complementación Educativa, y que su mamá pertenecía a esa Dirección pero trabajaba en la Escuela Güemes, que dependía de esa Dirección. La directora en ese momento se llamaba María del Carmen Cognini y que básicamente es la que pasaba directamente los nombres de los que después pueden haber sido perseguidos o desaparecidos. Respecto a la militancia de Julia, nos dijo su hijo, que su padre, y sus compañeros de trabajo, le decían que fue una activa militante gremial, para esa época militaba en el gremio de educación. A partir del secuestro de la víctima, su abuela materna empezó a hacer gestiones ante la UNESCO en un informe del 16 de marzo de 1979 que decía: "Al reclamar por mi hija y constatar que ese ya no era su domicilio, uno de ellos presentó su fotografía, igual a la registrada en su legajo personal en la sede donde hasta entonces desempeñaba su tarea de docente". Por ello es que habiendo esta querella solicitado la ya incorporada documental referida, que es absolutamente pertinente, útil y necesaria a los fines del esclarecimiento de la verdad real, habiendo fallecido quién lo gestionó, y siendo depositario de ese material su nieto, nosotros estimamos y solicitamos su incorporación a éste debate, lo que así se hizo.
También nos dijo el testigo que supo que su abuela se entrevistó con el Cardenal Primatesta. Con relación al destino final de su mamá, su abuela le dijo al testigo que estaba muerta y su padre, después de más grande, le confirmó que él había tenido entrevistas con un ex militar, o un ex servicio o alguien que reportaba para el Ejército, que con mucho remordimiento le comentó que iba a hacer la gestión para saber qué había pasado con Julia, y le dijo que estaba muerta, que no preguntara nada más, y supo que esa persona después fue asesinada por sus propios compañeros. Supo también que su abuelo paterno hizo gestiones, y también se enteró por otro lado que Cuca estaba muerta. Después se enteraron que La Perla era un centro clandestino que para esa época funcionaba que, en general, todos los que no hemos encontrado han pasado por ahí, que hay muy pocos datos de los primeros que fueron ahí porque estuvieron pocos días vivos y porque quedaron muy poquitos vivos los que estuvieron detenidos y porque seguramente su madre fue una dirigente con cierto perfil bajo, entonces no todos los que pasaron por ahí deben haber tenido conocimiento de quién era.

Es importante tener en cuenta lo denunciado por Elena Cristina Lezcano, quién en ocasión de relatar el secuestro de Escobar, refiere: “sobre el tema de los detenidos de la misma repartición nuestra -Dirección General de Educación Complementaria-, también fue detenida Julia Brocca de Herrero, que era docente, a ella la llevaron de su casa, ella era de la Juventud trabajadora peronista”.
Por otra parte, la posterior intervención de Saúl Pereyra, contactándose en 1979 con el marido de la víctima, procurando aminorar sus confesos remordimientos por su anterior trayectoria al ofrecerle a Mario Herrera información sobre el destino sufrido por su mujer -adviértase que el nombrado Pereyra había prestado servicios en el Destacamento de Inteligencia 141 al tiempo de la desaparición de Brocca, participando de secuestros-, permite también presumir razonablemente que el personal actuante no fue otro que el del referido Destacamento y que el lugar en el que la víctima fue subrepticiamente alojada fue La Perla.
Mirta Otilia Argañaraz de Clerici nos dijo aquí, que cuando ejerció como docente estaba trabajando en la isla Crisol, que había ingresado en el año '62, o sea, varios años antes que Julia Brocca y que Carlos Escobar. Dijo que Carlos Escobar pertenecía a la parte administrativa, estaba afiliado al Sindicato de Empleados Públicos, era delegado gremial de la isla, como la llamábamos nosotros, pero era técnicamente la Dirección de Complementación Educativa, y Julia Brocca, al igual que la testigo y otras compañeras, eran delegadas gremiales en la UEPC, la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba, eran docentes todos. Nos relató Argañaraz que con Julia el mayor contacto que tuvo fue un tiempo en la isla y luego, la pasan al Centro Güemes, pero al ser delegadas gremiales por el Centro Güemes, se veían en el Sindicato. A partir de la intervención Federal de la Provincia de Córdoba, que es en febrero del '74 que es cuando derroca la policía, Navarro, a Obregón Cano y Atilio López, el clima de desarrollo de sus tareas políticas gremiales en el ámbito laboral cambia sustancialmente, tremendamente nos dijo la testigo. Cambia la dirección a una persona de nombre María del Carmen Cognini, persona muy indeseable y de la cual tenían datos de que esta señora tenía ciertos acuerdos o relación con esta situación que se nos planteaba de golpe, de persecución, de ponernos condicionamientos. A fines del '75, dijo la testigo que seguía trabajando allí, estaba embarazada, y por problemas de persecución política empezó a sacar licencias y Brocca y Escobar sufrían la misma persecución política. Nos dijo que Julia militaba en la JP y Escobar en el Poder Obrero. A principios de abril de 1976, dijo la testigo que tenía que ir a cobrar su licencia, y al llegar a la isla, sube las primeras escaleras y cuando llega a la explanada del puente sale una compañera, que era la secretaria de María del Carmen Cognini, de nombre Ana María Aliaga, y le dice "Mirta, ayer vino una patota, vestidos de civil y militares y se lo llevaron a Carlos", "Sí, estaba en la cocina, entraron y se lo llevaron, le cubrieron la cabeza y se lo llevaron, le ataron las manos con una rejilla de esas que usa el personal de cocina, de maestranza y lo encapucharon", se lo llevan a Carlos, entraron más o menos diez personas, lo rodearon y se lo llevaron. Y le dice: "el asunto es que escuché a la gorda o a la directora que estaba hablando por teléfono y dijo: no capitán, Argañaraz viene mañana". Ese mañana era el momento que yo estaba parada ahí en el puente, a Carlos se lo habían llevado el día anterior.

Por eso esta querella y atento a lo expresado por los testigos solicitó se corra vista al Ministerio Público Fiscal y se ha iniciado una investigación, en la que el Dr. Viola es abogado defensor.

Soledad Edelweis García, declaró en audiencia y nos dijo que en ésta Mega causa, había como víctimas, 17 compañeros trabajadores de la educación que hoy se encuentran desaparecidos, particularizando que de la isla Crisol a Julia Broca, también compañera de la UEPC de quien dijo que la conocía de la militancia sindical.
También vino a declarar a ésta audiencia Ana María Aliaga, quién también trabajaba en la Dirección de Educación Superior y nos dijo que unos días antes que el Tribunal la citara la llamó una mujer a su casa, preguntándole "¿vos sos Ana María Aliaga, sos esposa de un médico?", "sí", "¿Y no te acordás de mí, yo he sido directora de la Isla Crisol, mi apellido es Cognini?", "No, discúlpame". "Bueno, yo tampoco me acuerdo de vos" y me cortó el teléfono. Con relación a los secuestros, nos dijo que recordaba lo que le sucedió a Carlos Escobar y a Julia Brocca y ésta última desapareció de su casa.
Por todo lo que venimos relacionando podemos concluir que Julia Angélica Broca, militante de la JP, fue perseguida política, y fue un blanco a los fines de aniquilar a la llamada subversión.
Pero además y para que no queden dudas, Fermín de Los Santos en las declaraciones que se incorporaron al debate, mencionó que a Escobar lo mataron porque su padre, el Coronel Escobar iba a buscarlo a La Perla. Agregamos respecto a Fermín de Los Santos que su caso se encuentra probado en la Causa 13/84, concretamente con el Nº de caso 513.
Ya nos quedó claro la intervención en la Dirección de Educación Superior, la infiltración de parte de los Servicios de Inteligencia del Ejército, y los informantes que “sí colaboraron”, para secuestrar a los delegados de esa repartición, como a Brocca, y a otros trabajadores, que implementaban nuevos métodos educativos, contrarios a la moral y las buenas costumbres que algunos consideraban y querían disponer, y por ello luego de secuestrarlos, los condujeron a La Perla y atento a la fecha en que se produjeron éstos hechos, rápidamente los asesinaron, encontrándose hasta la actualidad desaparecidos, como sucedió con Julia Angélica Brocca.

Las pruebas colectadas también nos permiten tener por demostrado que durante su permanencia en el centro clandestino de detención La Perla, Julia Angélica Brocca fue sometida a diversas torturas físicas y psíquicas.
Nada indica que en aquel contexto represivo, Brocca haya sido objeto de un tratamiento distinto, aun cuando los testigos invocados no mencionaran de manera directa a los interrogatorios bajo tortura a que habría sido sometida esta víctima, ni a las carencias y limitaciones que debió padecer, posible es afirmar en base al cúmulo de elementos de convicción examinados en detalle al tratar la parte general de éstos alegatos, más las distintas circunstancias analizadas en los restantes casos evidencian una metodología prácticamente uniforme, tendiente a lograr la más rápida obtención de información y el posterior exterminio de los “blancos” prescindibles, que durante su estadía en el centro clandestino de detención, Julia Angélica Brocca sufriera condiciones perniciosas e inhumanas de cautiverio y que fue apremiada a proporcionar información, mediante torturas físicas y psíquicas, conforme el proceder al que hacen referencia los aludidos considerandos, los que damos aquí por reproducidos, en honor a la brevedad. Igualmente nos remitimos a la prueba relativa a la existencia de las instalaciones del centro de detención clandestina La Perla, las modalidades de funcionamiento del mismo, los procedimientos utilizados para la aprehensión, traslado, condiciones inhumanas de alojamiento, interrogatorios y mecanismos de tortura, como también al escaso valor atribuido a la vida de los prisioneros.

Por último y con relación al homicidio: cabe ponderar al respecto, que las pruebas colectadas en autos demuestran que el destino de esta y otras tantas víctimas que habiendo sido aprehendidas por personas de Fuerzas armadas o de Seguridad en el contexto represivo del que se trata, y continuando a la fecha en situación de desaparecidos, no habría sido otro más que el fusilamiento de las mismas y la inhumación de sus restos de manera subrepticia en predios de la Guarnición Militar. Respecto al destino de Julia Brocca, Mario Antonio Herrero, en su testimonio refiere “yo me enteré que mi esposa estaba muerta por dichos de un personal de inteligencia militar, que tenía muchos remordimientos y rompió toda una cadena de juramentos, ya murió, era Saúl Pereyra, él se acercó y me dijo que tenía un profundo remordimiento...”

A fin de analizar este testimonio de referencia, es necesario precisar conforme a las constancias obrantes en autos, a quién se refiere Mario Herrero y cuál era el rol de Pereyra en el contexto represivo al tiempo de los hechos.
Pereyra trabajó en la Perla. Allí prestó servicios. Está certeramente probado. Los datos que surgen de los legajos -reservados en Secretaría e incorporados al debate-, ubican a Saúl Aquiles Pereyra (hijo de una policía a quién apodaban “Tía”), (a) “Moncholo”, estudiante de tercer año de medicina al ingresar a la policía. En diciembre de 1974 ingresó directamente a informaciones (D2) y en fecha próxima al asesinato de su madre (1975) se ordena su pase, renunciando pocos días después. Prestaba servicio en la oficina de inteligencia, interrogaba a los detenidos en la misma, a puertas cerradas -tarea esta que normalmente se hacía de noche-.
Asimismo, y conforme la lista del personal del Destacamento de Inteligencia 141, elaborada por los testigos Piero Di Monte, Teresa Meschiatti y Liliana Callizo dentro del organigrama referido al año 1976, Pereyra (a) “negro” integraba como civil adscripto, el Destacamento de I teligencia 141 .
Esto se ve confirmado por el Listado de Personal Civil de Inteligencia proporcionado por el Estado Mayor del Ejercito en 2008 y que obra agregado e incorporado a la causa.Allí surge que Pereyra era PCI del Destacamento desde Junio de 1976.
Mario Herrero, esposo de Julia Brocca, relata las circunstancias en las que Saúl Pereyra -ya fallecido- lo contacta a través de otras personas conocidas, recuerda que fue aproximadamente en octubre de 1979. Refiere el testigo que por la forma de hablar de Pereyra detectó que se trataba de una persona de los servicios de inteligencia. Relata que el nombrado quería decirle qué había pasado con su mujer, que tenía remordimiento de conciencia. El testigo manifiesta que le advirtió el riesgo al policía, porque había un pacto de silencio, a lo cual éste le responde que no importaba, que lo iba a hacer lo mismo, que lo hacía como un acto de misericordia, que cuando él muriera, iba a ir al infierno. Le manifestó que iba a averiguar lo ocurrido a su esposa y que en ese momento no tenía muchas esperanzas, que a esa época ya quedaban muy pocos. Luego, a través de otra persona, le hizo saber que a su esposa la habían matado. Sin decirle cuándo, ni dónde, ni cómo, refiriéndole que eso no se lo podía contar y que era mejor que no lo sepa. Relata que Saúl Pereyra había averiguado de dos casos, el de Julia y el de otra persona, le pasó los datos al tío de ese desaparecido. Recuerda que Saúl Pereyra le dijo que si le llegaba a contar una sola de las cosas que había hecho, el testigo no iba a dormir nunca más. Que él no había sido misericordioso. Que a él lo captaron del Ejército en el momento de la muerte de su madre que había sido asesinada. Refiere que lo que Pereyra le manifestó es que, cuanto menos supiera, era mejor, que fue terminante en no decirle cuándo, cómo y dónde, asegurándole que él no le podía dar ningún indicio ni ayudarle a recuperar el cuerpo.
Lo relacionado da la plena certeza para pedir la condena que infra detallaremos.
MESA PROVINCIAL de TRABAJO POR LOS DDHH de CORDOBA


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