| versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
Al margen de todo… los indígenas
Por Leandro Yanson – Red Eco -
Friday, Nov. 13, 2015 at 11:05 AM
Jueves 12 de Noviembre de 2015 | Hay distintos grupos que dentro de nuestra sociedad han sido siempre excluidos hacia los márgenes, teniendo negada la satisfacción de las necesidades más básicas que pueden existir, es el caso de los pueblos indígenas que habitan dentro de Argentina y que a partir del desarrollo son desplazados, violentados y olvidados. Para el pueblo Mbya la realidad no es distinta.
1186454923_e.jpg, image/jpeg, 300x212
(Leandro Yanson – Red Eco) – Misiones - Actualmente ocupan territorios en Brasil, Paraguay, Argentina y algunos pequeños grupos en Uruguay. Se encuentran inmersos en las distintas naciones, pero no se puede afirmar que sean reconocidos como ciudadanos de las mismas, o cuanto mucho cuenten con una ciudadanía de “segunda mano”.
En la provincia de Misiones, las comunidades Mbya, guaraníes, suelen encontrarse asentadas en territorios provisorios ya que en su mayoría fueron desplazados de la ubicación en la que se hallaban originalmente.
Se trata de un hecho importante el desplazamiento geográfico que sufren estas comunidades, ya que al igual que cualquier etnia el territorio juega un papel fundamental en la concepción cultural y productiva de esos grupos sociales.
Un ejemplo concreto de esto tiene que ver con las 6144 hectáreas que posee hoy en día la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), las cuales vienen siendo reclamadas, formalmente, por el pueblo Mbya desde 1994.
La UNLP a través de sus autoridades tuvo como oferta devolver 700 hectáreas de esa superficie, trato que fue rechazado por parte de quienes reclaman su pertenencia tras ocuparlas desde hace 150 años.
La situación se vio agravada cuando se cedió una porción del terreno al municipio de Aristóbulo del Valle para la construcción de un balneario, sin mediar ningún tipo de discusión con las comunidades indígenas que forman parte del conflicto.
Actualmente el Estado se encarga de producir y reproducir distintos tipos de violencia sin dar lugar a las denuncias, apartando a las comunidades indígenas de servicios básicos de salud y educación ejerciendo abuso de poder en los desalojos por parte de la fuerza policial.
El fin detrás de esto es garantizar los negocios para las grandes empresas que buscan utilizar los recursos incluidos en los territorios indígenas para obtener un lucro, llegando en muchas ocasiones a producir la muerte de los aborígenes.
Un ejemplo de esta práctica tiene que ver con la fuerte deforestación que sufre la región en donde se encuentra uno de los pueblos Mbya que tras talar la zona, reemplazó la selva nativa por árboles de Pino, evitando la reproducción del ambiente natural en el que viven estas personas.
Además de la utilización de productos tóxicos para acabar con las plagas en las cosechas, como el conocido glifosato que provoca distintos malestares en quienes habitan cerca de las áreas fumigadas.
Sumado al proyecto hidroeléctrico de la Entidad Binacional Yaciretá (EBY) que al ir elevando la cota de 76 a 78 metros (aún tienen previsto elevarla a 83 en su última etapa) provocó en estos últimos años la inundación de grandes extensiones de territorio ocupado por aldeas y colonos que se vieron obligados a desplazarse.
Todos son problemas que afectan en toda la Argentina a los pueblos originarios, hace meses que se mantiene el acampe indígena en Buenos Aires que reclama por el reconocimiento de los derechos de estas etnias. Un hecho que viene pasando desapercibido entre las discusiones electorales que marcaron el año.
Detrás de todas estas violaciones se encuentra la misma causa, la necesidad de nuestras sociedades modernas de continuar desarrollando un modelo productivo que pueda seguir expandiendo las fronteras del consumo y la ganancia, a costa de la vida no sólo de los indígenas, si no de muchas otras personas.
Fuentes: La situación de los Mbya
Imagen: Latido Americano
www.redeco.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=17350:al-marge...