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Los no creyentes, invisibles en los medios de comunicación
Por La Retaguardia - Thursday, Nov. 26, 2015 at 10:00 PM

25 de Noviembre de 2015 | Fernando Lozada es director y portavoz para Latinoamérica de la Asociación Internacional de Libre Pensamiento y además integra la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL). El pasado 6 de noviembre participó de la audiencia pública que hizo la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual en Mar del Plata, de la que también participamos como Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA). Allí Fernando Lozada hizo una intervención que llamó la atención por lo interesante. En diálogo con el programa Oíd Mortales, se refirió a cuáles fueron los reclamos realizados respecto a cómo tratan los medios de comunicación tradicionales la cuestión de los no creyentes.

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"La Asamblea por una Sociedad sin Fascismo es una asamblea multisectorial que estamos formando, que viene funcionando bastante bien para luchar contra los hechos sobre todo de violencia y para lograr que las causas que están en la justicia se movilicen por los ataques neonazis que ocurrieron en Mar del Plata", comenzó explicando Lozada.

—Oíd, mortales: ¿Qué planteo hizo la Asociación Internacional de Libre Pensamiento en la audiencia de la Defensoría del Público?

—Fernando Lozada: La AILP es una asociación de asociaciones. Cada país participa con diferentes asociaciones en esta asociación global, que es una especie de federación. De Argentina, está la Coalición Argentina por un Estado Laico, la Asociación Civil Ateos Mar del Plata y el Instituto Laico de Estudios Contemporáneos. La consigna era cómo nos ven los medios, entonces, el planteo fue cómo ven a los no creyentes o cómo los no creyentes no nos sentimos representados. Cuando digo no creyentes me estoy refiriendo a ateos, agnósticos y apateístas. Es interesante cómo nos invisibilizan, porque no somos una minoría, como se nos suele plantear —aunque como minoría no deberíamos ser invisibilizados tampoco—. Las últimas encuestas (2008 y 2012) muestran que ese universo de no creyentes estamos en 11,3 % en 2008 y 15 % en 2012. Los católicos apostólicos romanos, practicantes, son alrededor del 15 % también, es decir, el setenta y pico por ciento de la población se manifiesta católica, pero prácticamente y veintitantos por ciento. Somos bastante numerosos si nos comparamos con los católicos practicantes. Todos los grupos evangélicos juntos representan el 9 % de la población y lo demás no superan el 1, 1.5 %. Si uno lo analiza fríamente, es muy interesante cómo puede ser invisibilizado un colectivo tan grande. Y cómo además se nos puede estigmatizar y atacar con absoluta impunidad. Contaba el caso de Víctor Hugo Morales, que cuando desaparece la Virgen del estadio de Colón de Santa Fe, que la quitaron porque decía que traía mala suerte. En ese momento, livianamente, Víctor Hugo Morales dijo que la habían roto los ateos. Y fue llamativo, porque yo hacía pocos meses había sido entrevistado por él en un programa hablando del congreso de ateísmo, de las cosas que hacíamos en nuestra agrupación. Sin embargo, le resultó muy liviano hacer ese planteo, que los ateos podíamos ser los responsables de la destrucción de esa estatua, y no hubo consecuencias con respecto a eso. Yo imaginaba si cambiaba la palabra "ateo" por "judío", las consecuencias que hubiera tenido eso, o si hubiera dicho que la rompieron los negros, los gays... Casi cualquier otro colectivo hubiera generado consecuencias graves en su carrera, y, sin embargo, en nuestro caso nadie se inmutó, no le pareció discriminación a nadie. Además, no se nos ve como un colectivo o como una cuestión identitaria. Un colectivo que tiene una identidad a partir de la no creencia. Y no es por la negativa, porque pensar que nosotros nos definimos por la negativa es una confusión. En realidad, no nos queda opción. Como el sentido común estableció que lo normal es ser creyente y que existe un dios, no tenemos un término para definirnos, entonces, tenemos que diferenciarnos de alguna manera y la diferencia es decir que no pertenecemos a ese otro grupo. Ese también es el problema por el cual estamos invisibilizado y porque, en general, el que tiene esta postura frente a la vida suele ser una persona independiente que en general no acepta verticalidades, entonces, difícilmente forme grandes agrupaciones.

—OM: Esto genera situaciones como las de Víctor Hugo, muy livianamente se menciona al ateo en alguna cuestión específica. Es como que el ateo es una entelequia, está ahí, pero nadie sabe quién es, no lleva carteles. Un católico, aunque no sea prácticamente, en general lleva una cruz, un rosario en el auto.

—FL: Respecto a los símbolos religiosos, cuando dicen "pongan todos" para hacer igualdad, es una ridiculez, porque hay tres mil cultos registrados. ¿Y nosotros qué hacemos? ¿Un agujero en la pared? Podemos tener algún signo identificatorio, pero en general nadie adhiere a un único símbolo. Por otro lado, hay otras cuestiones. Por ejemplo, cuando Bergoglio en 1974 redacta la declaración de principios de la Universidad del Salvador, dice que la universidad se creó para luchar contra el ateísmo. Esto lo tienen escrito en sus estatutos, los cuales fueron aprobados por el Estado. Yo lo denuncié ante el INADI y llevó casi un año que entendieran que era un acto discriminatorio, y dos más —lo tuve que militar muy fuertemente— para un dictamen que finalmente diga que tengo razón. Porque si la universidad dijera lo que decíamos hoy, "lucha contra el judaísmo", era clarísimo que era un acto discriminatorio. Al día de hoy la universidad se niega a quitar ese principio de su estatuto y lo sigue manteniendo.

—OM: Con ese criterio, también tendría que decir que lucha contra otras religiones. Es una religión y no tiene que luchar contra nadie, tiene que difundir sus ideas religiosas.

—FL: La universidad no está para discriminar, sino para enseñar otro tipo de conocimiento.

—OM: ¿Se dio algún caso que en la Universidad del Salvador de alguien haya querido estudiar y se manifieste ateo?

—FL: Hubo docentes expulsados por apostatar.

—OM: El argumento de ellos es que como es algo privado, tienen el derecho de tomar y de sacar cuando quiere.

—FL: Lo cual es falso, totalmente...

—OM: Y que, en general, la justicia les termina dando la razón.

—FL: En este caso terminaron perdiendo el juicio por echar a las docentes.

—OM: Entonces el ateo tiene que tomar conciencia de que tiene sus derechos.

—FL: Esa es la idea, que empiece a identificarse y que empiece a ver que hay derechos que son vulnerados, porque el ateísmo forma parte de su identidad y tiene derecho a poder sostener y ser libre en su identificación.

Los avances de la religión sobre las personas que no tienen creencias religiosas es abrumador. A veces más conciente, otras no, pero simbólicamente el país entero está plagado de símbolos e imágenes religiosas en lugares comunes a todos. Será cuestión de tomar conciencia y exigir derechos. Parece ser un largo camino.

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