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Megacausa La Perla: “Acá no hay política, hay delitos”
Por Alejandro Mareco - Monday, Nov. 30, 2015 at 10:42 AM

LAS AUDEINCIAS SEGUIRAN EL 9 de DICIEMBRE A LAS 10 HS.

Los fiscales Facundo Trotta, Virginia Miguel Carmona y Rafael Vehils Ruiz, en la fase final de sus acusaciones en el juicio de La Perla. Llevaría tres meses.

Al cabo de tres años del inmenso juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los años de la feroz represión en La Perla, Campo de la Ribera y otros centros de detención que funcionaron en Córdoba, las desgarradas historias que una a una hacen el mayor horror jamás montado en estas tierras, comenzaron a ascender otra etapa en busca de la luz de la justicia.

Después de los 581 testimonios de la etapa inicial y del comienzo de los alegatos por parte de los abogados querellantes, ha comenzado la tarea de los fiscales, que tienen por delante una largo desarrollo que se extenderá hasta marzo o abril del año próximo.

Encabezados por Facundo Trotta, el equipo se integra con Virginia Miguel Carmona y Rafael Vehils Ruiz, y tiene la misión de exponer sobre nada menos que 716 víctimas, ordenando hechos y argumentos sobre los que luego decidirá el Tribunal Oral Federal N°1.

Las tarea es ardua, sin dudas, no sólo por el estudio de los elementos de cada caso sino también por la necesidad de reunir eficacia y brevedad.

“Las dos cuestiones básicas sobre las que tenemos que centrarnos, son probar la existencia del hecho y la participación del imputado. Lo demás, que también es importante, puede ser mencionado y luego remitirse a las consideraciones. Hay que pensar también en la capacidad de escuchas de los jueces, que no pueden estar 16 horas atendiendo sin parar”, señala Trotta, que ha participado en otros juicios por el terrorismo de Estado, y que en esta Megacausa (iniciada el 4 de diciembre de 2012) comenzó desde el principio como coadyudante de Carlos Gonella y a los pocos días fue nombrado su reemplazante.

“Los testimonios de los testigos, cuando son coincidentes, ya no vuelven a repetirse, sólo se deja constancia. Hay que tener en cuenta que esta Megacausa tiene testigos particulares de cada caso, y otros de contexto que te sirven para todo”, apunta Vehils Ruiz, venido de Catamarca, con participación en juicios de este tipo en su provincia y en La Rioja. Se incorporó en diciembre del año pasado.

Patrones comunes

Es decir, hay un punto de partida que son “los patrones comunes” en todos los hechos. “Tenemos como base que se trató de un plan generalizado y sistemático. Generalizado porque ha sido aplicado sobre un gran número de personas, y sistemático porque hay un atroz método común”, dice Trotta.

“Cuando se deja sentado cómo era el proceder de las fuerzas, cómo era el trato que tenían las víctimas cuando las secuestraban, cuando las llevaban al campo de concentración, cuáles eran las torturas, queda claro lo que vivió una persona que pasó por esas etapas”, agrega.

“Desde el momento en que eran secuestrados, con la violencia con que se hacían estos operativos, cómo los tiraban en la parte de abajo del auto, los pisaban y los tapaban, ya estaban siendo torturados”, interviene Virginia Miguel Carmona, oriunda de Bell Ville y procedente de la Justicia federal de Villa María. Se sumó a la megacausa en junio de 2013.

Trotta señala que “los acusados negaron siempre la aplicación de la tortura, a pesar de que hay 13 víctimas que fueron torturadas hasta morir. El único que tuvo un atisbo de reconocimiento fue Ernesto Barreiro, cuando le dijo a un periodista español: ‘Si una bofetada es tortura, está bien, hubo tortura’”.

El gran número de víctimas y la necesidad de presentar las historias de un modo sucinto, no releva al compromiso de los fiscales con cada una. “Relatos muy parecidos se escuchan una y otra vez, todos terribles. Pero eso no significa que los alegatos se conviertan en rutinarios. Una se sensibiliza con cada víctima, con cada historia. Eso también ayuda a que se intente buscar hasta la última prueba en cada caso”, sostiene Virginia Miguel Carmona.

El juicio se retomará el próximo 19 de diciembre, pues el fallecimiento del abogado Osvaldo Viola –representante de seis acusados–, obligó a gestionar un reemplazante.

Tras el balotaje en el que se impuso Mauricio Macri, y a través de un editorial publicado en el diario La Nación, se presentaron otra vez cuestionamientos a estos juicios, que de todos modos no fueron respaldados por el presidente electo y por la Corte Suprema.

“Acá no se está hablando de cosas que se puedan modificar con voluntad, acá se está hablando de delitos imprescriptibles, inamnistiables e inindultables, porque hay una ley nacional que dice esto. Le ha costado mucho al Estado argentino poder ser bandera de los derechos humanos”. La afirmación es de Rafael Vehils Ruiz.

“Es importante que se despeje la cuestión: los imputados, o quienes están en contra de estos juicios, hablan de presos políticos. Acá no hay política; hay privaciones ilegítimas de la libertad, tortura, homicidios y desapariciones de cuerpos”, apuntala Miguel Carmona.

“El juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad es un compromiso que el Estado argentino asumió a nivel internacional. En cuanto a las condiciones de prisión de los imputados, es necesario aclarar que no depende de su edad sino de sus estados físicos: (Luciano Benjamín) Menéndez, el principal genocida del Tercer Cuerpo, hoy está en prisión domiciliaria”, sostiene Trotta.

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