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Acá falta Leonel Martínez
Por Martín Stoianovich - enREDando.org.ar - Wednesday, Dec. 02, 2015 at 11:40 AM

El chico, de 15 años, está desaparecido desde el 6 de noviembre luego de haber sido reiteradamente amenazado por un policía de Villa Gobernador Gálvez. Se conformó una multisectorial de organizaciones sociales, políticas y gremiales, para exigir la aparición con vida de Leonel y que se investigue a la policía. El viernes próximo habrá una conferencia de prensa y una movilización.

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Leonel Martínez, de 15 años, lleva 27 días desaparecido y no hay ningún tipo de rastro sobre su paradero. Vive junto a su familia en Villa Gobernador Gálvez, pero desapareció de una vivienda de Rosario, en la cual estaba siendo resguardado por una serie de amenazas que el chico recibía directamente del personal de la Comisaría 25 de la localidad vecina. Como en los casos de Franco Casco y Gerardo Escobar, se convocó a una multisectorial conformada por gremios, organizaciones sociales y políticas, quienes junto a los familiares de Leonel organizaron una serie de actividades para exigir su urgente aparición con vida. El viernes a las 10 realizarán una conferencia de prensa en la zona de Ituzaingo 1033 en Rosario, donde fue visto por última vez, y por la tarde se movilizarán en Villa Gobernador Gálvez, concentrando a las 17 en la Plaza de la Madre para luego marchar hacia la Comisaría 25. Exigirán también que se investigue al personal policial a raíz de las reiteradas y evidentes denuncian que recayeron sobre Leonel y su familia los días previos a su desaparición.

Roberto, padre de Leonel, es albañil y trabaja cada día en la ciudad de Rosario. Cuenta que dejó el cuarto año de la secundaria porque se interesó por la construcción, aprendió el oficio y lo convirtió en su trabajo. Pero quiere que Leonel y sus demás hijos puedan terminar la escuela. Habla de ellos como lo que son: niños. Roberto describe a Leonel como un pibe tranquilo, al que no lo seducen las atracciones de la tecnología moderna, no le interesan los celulares, la computadora ni las redes sociales. Le gusta ir a la isla a acampar y pescar. Roberto descarta que Leonel se haya ido por su cuenta, porque su vida es muy cercana a su familia. Entonces menciona una serie de amenazas que toda la familia, pero sobre todo Leonel, sufrió por parte del personal policial de la Comisaría 25, y dirige todas las sospechas hacia allí. Roberto está al tanto de las recientes desapariciones forzadas de Franco Casco y Gerardo “Pichón” Escobar,  y contextualiza lo que ocurre con su hijo dentro de las posibilidades de que la policía esté involucrada.

A la primera reunión de la multisectorial que se conformó para reclamar por la aparición con vida de Leonel, asistió Roberto junto a primos y tíos del chico. También estuvieron Luciana Escobar, hermana de Pichón, y Elena y Julieta, madre y hermana de Jonatan Herrera, entre otros familiares de víctimas de distintos tipos de violencias. Roberto habló de una democracia entre comillas, en la cual están desapareciendo pibes. “Primero pedimos por los pibes de Malvinas, después por los pibes desaparecidos por la dictadura, y ahora estamos pidiendo por los que desaparecen en democracia”, sentenció.

El repaso de los hechos, que enREDando describió en publicaciones anteriores, deja ver una participación policial que cuanto menos permite que se vuelva a sospechar de la fuerza. La familia Martínez apunta principalmente contra un policía de la seccional 25 de apellido Ojeda Medina y apodado “El Pelado”. La primera intervención policial a la familia fue a fines de mayo pasado, cuando esta persona allanó la vivienda junto a personal del Comando Radioeléctrico sin ninguna orden judicial, y detuvo a Roberto junto a sus hijos, todos menores de edad, y su nieta de dos años. El pretexto fue un conflicto familiar con una hija mayor de Roberto que reclamaba la tenencia de la bebé, que tiene a cargo el papá de Leonel, y por entonces acusaba al hombre de haber incendiado una vivienda. Dicha denuncia quedó sin sustento y la causa fue archivada, como así también la familia Martínez denunció  el procedimiento ilegal junto al defensor regional Gustavo Franceschetti y la defensora pública María Eugenia Carbone.

A partir de aquel hecho, la relación entre “El Pelado” con la familia Martínez se volvió más conflictiva. Apareció en escena el hijastro del policía, llamado Juan Cruz C., de 19 años, quien protagonizó con Leonel un violento episodio. Roberto cuenta que el muchacho le vendía ropa a Leonel, a pesar de su consejo de que no tuviera contacto con él por su parentesco con “El Pelado”. El hecho ocurrió el 5 de octubre pasado, cuando Leonel esperaba a Juan Cruz en cercanía del frigorífico Swift, porque le había ofrecido ropa para venderle. Aquella tarde el hijastro del policía sorprendió a Leonel amenazándolo con un arma de fuego, y en un repentino forcejeo el arma se disparó y lastimó en un brazo a Juan Cruz. Leonel huyó y le contó a su padre lo sucedido, por lo cual hicieron la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación. Por este hecho, a Leonel se le imputó abuso de armas, decisión que su familia no entiende, por tratarse de un menor de edad y por no ser él quien manipulaba el arma.

A principios de noviembre volvieron los conflictos. Cuenta la madre de Leonel que una mañana de los primeros días del mes la visitaron en su casa dos personas vestidas de civil pero con botas policiales, que no se identificaron pero asimismo pidieron datos sobre Leonel, y sobre el domicilio de trabajo de su padre. Argumentaron que era información que requería el Juzgado de Menores, por lo cual la mamá de Leonel sospechó porque toda esa información ya había sido brindada. Ante la negativa, estas personas se retiraron amenazando con dañar a Leonel. La señora recuerda que cuando se retiraban, alcanzó a ver que desde un auto a pocos metros observaba el policía Ojeda Medina.

Un día después, Leonel se encontraba junto a su padre y un ayudante de trabajo esperando el colectivo de la línea 35/9 para dirigirse a la obra en Rosario, y entonces tuvo lugar otra amenaza. Se acercó un patrullero en el cual Ojeda Medina iba como acompañante, y cuando sólo Leonel lo miraba le realizó la típica seña amenazante de quien corta un cuello. Por estos días, Roberto cree que al subir al colectivo, fueron seguidos por el patrullero hasta la vivienda de Rosario, momento en el cual pudieron dar con la dirección que habían ido a pedir a la mamá de Leonel. Por esta serie de hostigamientos, Roberto decidió resguardar a Leonel en la obra en la cual trabaja en Rosario, además de un Hábeas Corpus que el Asesor de Menores Daniel Papalrdo presentó para salvaguardar al niño.

Finalmente, Leonel desapareció el 6 de noviembre por la mañana. Su padre y el ayudante se retiraron de la vivienda de calle Ituzaingo cerca de las 7 de la mañana, acordando previamente con Leonel que sólo abriría la puerta si escuchaba el silbido de su papá. Cuando los trabajadores volvieron cerca del mediodía, las puertas del pasillo y de la casa estaban abiertas, las llaves de Leonel tiradas en el piso. El chico ya no estaba, aunque sí las pocas pertenencias que llevaba consigo. Lo curioso para la familia Martínez es que desde el mismo día, el joven Juan Cruz y su madre, pareja de “El Pelado”, se ausentan de su domicilio. El policía, por su parte, fue trasladado para cumplir función en la Comisaría 26.

Desde el 18 de noviembre la familia está asesorada jurídicamente por los abogados de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud. Junto a Roberto presentaron una denuncia por desaparición forzada de persona ante la Fiscalía Federal Nº 1, a cargo del fiscal Santiago Marquevich, que fue aceptada por el Juzgado Federal Nº 3 que preside el juez Carlos Alberto Vera Barros. También se realizó una presentación a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desde donde se dispusieron medidas cautelares para que el Estado argentino se comprometa a dar con el paradero de Leonel. Lo busca la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía Aeroportuaria, pero no hay ni un rastro. Por eso, la familia exige que se investigue la participación policial, y que Leonel aparezca con vida.

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