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La izquierda popular frente a la nueva etapa
Por Patria Grande - Thursday, Dec. 03, 2015 at 12:14 PM

2 de Diciembre de 2015 | El apoyo de PATRIA GRANDE y otras fuerzas a la fórmula del FPV en el balotaje del 22 de noviembre tuvo gran impacto en la militancia popular y fue recibido como una novedad positiva por sectores politizados de la población que nos conocían superficialmente o directamente ignoraban nuestra existencia. Como señalamos en el número anterior de Cambio, el “no da lo mismo” no fue un slogan inventado para el balotaje sino una posición sostenida durante años y que viene marcando las importantes diferencias entre el kirchnerismo y la oposición antikirchnerista. Del mismo modo en que no nos daba lo mismo quién ganaba la pelea por las retenciones o si se aplicaba la ley de medios o si se acataba el fallo Griesa, tampoco nos dio lo mismo quién ganaba en el balotaje.

La izquierda popular...
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Pero indudablemente en este caso hemos dado un salto cualitativo importante. No sólo por la referencia pública conquistada con este pronunciamiento, sino por la aparición en el escenario político de “otra izquierda”, justamente aquella que de manera tan sencillamente comprensible se resumió en el slogan elegido. PATRIA GRANDE y la Izquierda Popular representan entre otras cosas eso: una izquierda a la que no le da todo lo mismo.

Pero más allá de esta coyuntura particular, debemos pensar cómo se relaciona esta política con la nueva etapa que se abre en el país a raíz del triunfo del PRO y las potencialidades de la Izquierda Popular en la misma.

Balance y debate en la militancia popular

Naturalmente los próximos años serán de intensa reflexión y debate en la militancia. La explicación del triunfo del PRO, su subestimación como fuerza política novedosa, su correspondencia con un posible giro a nivel regional, los límites del “modelo”, las deficiencias y errores de la conducción del FPV, las debilidades del progresismo y las izquierdas no kirchneristas, entre muchos otros tópicos. Indudablemente entre la militancia que apoyó al gobierno estos doce años, será inevitable cierto “pase de facturas”.

La Izquierda Popular debe prepararse para intervenir en ese debate. Pero como no se trata de una discusión académica, la meta no es “tener razón” elaborando el argumento más irrebatible. El objetivo es político y debemos definirlo. Resulta necesario elegir los argumentos, aquellos que contribuyan mejor a ese objetivo. Es preciso asumir una actitud en el debate, que nos garantice mayor escucha a nuestros planteos.

El objetivo es ganar. La Izquierda Popular debe ser una izquierda que se rompe la cabeza pensando en cómo ganar y ese objetivo supera al de tener la mejor denuncia, la mejor lucha, el mejor programa. Ganarle el gobierno a la nueva derecha del PRO-Cambiemos. Que sea dentro de cuatro, ocho o más años dependerá de diversas variables, muchas de las cuales no controlamos. Pero el objetivo no varía: construir una alternativa de mayorías al gobierno liberal de Mauricio Macri. Esta opción de mayorías debe superar la experiencia del kirchnerismo, aunque contenerla. Siguiendo la máxima de Cooke, no se puede sin peronismo pero tampoco alcanza.

Nuestros argumentos en el debate de la militancia popular son que hay que confiar menos en el consumo y más en la política. Menos en las instituciones y más en la calle. Menos en las estructuras y más en el pueblo. Si algo demostró el triunfo del PRO es que la moderación no es garantía de continuidad. Lo que no avanza, se estanca y retrocede. Privilegiar las estructuras rancias por sobre una democratización real de la política, le dio una enorme ventaja a la derecha reconvertida como “lo nuevo”.

Un importante sector de la militancia kirchnerista está pensando en aceptar un reordenamiento del PJ como fuerza de oposición bajo una conducción más conservadora. El propio Scioli, personajes como Urtubey, Gioja y los “renovadores” liderados por Sergio Massa aparecen como posibles protagonistas. Humildemente decimos que esta salida sería persistir en el camino equivocado.

Si el kirchnerismo fue la vía de reconciliación de amplios sectores de la población con la militancia y en las camadas más jóvenes el primer contacto con la política, es necesario desatar y liberar esa energía en lugar de maniatarla a quienes entienden la construcción política exclusivamente como fuerza electoral y administración burocrática de los recursos del Estado.

Nuestra actitud debe ser firme, pero también autocrítica y fraterna. El debate en cuestión no es un tema del kirchnerismo, sino de todo el campo popular. Cada uno con sus responsabilidades, bien diferentes, claro está. Pero de ninguna manera nuestra construcción y nuestra política son ajenas a los dilemas planteados. Ni quienes pronosticaron un “ascenso de la izquierda” cuando lo que ocurría era lo opuesto, un “ascenso de la derecha”, ni quienes mantuvieron una posición desde el progresismo anti-K.

Flaco favor le haríamos al campo popular si nos paráramos en el pedestal a decir “vieron que teníamos razón” autoproclamándonos una autoridad política que aún no nos hemos ganado. Pocas cosas han sido más inútiles en la tradición de la militancia de izquierda de nuestro país. La militancia que formó parte del kirchnerismo deberá balancear los problemas de engordar y apostar a un empresariado nacional que como siempre termina abrazado al liberalismo. También deberá balancear no haber apostado decisivamente a la participación popular.

Pero las fuerzas populares que no formamos parte del FPV también debemos plantearnos las razones de no haber logrado una mayor incidencia en la disputa de poder en nuestro país y el haber subestimado momentos de conflicto en que, visto desde hoy, se hace evidente que estaba en juego más de lo que parecía para el futuro de nuestro país.

Una oportunidad para construir una Izquierda Popular

El nuevo escenario abre enormes desafíos para construir el proyecto de la Izquierda Popular. PATRIA GRANDE en su último Plenario Nacional de Delegados y Delegadas definió como orientación fundamental para la etapa la búsqueda de una confluencia con lo mejor del proceso político argentino desde el 2001 hasta aquí. La mayor parte se expresa en la militancia y la base social del kirchnerismo.

Para llevar adelante esta política, el debate que abierto con el triunfo de la derecha es fundamental. ¿Qué tipo de oposición y alternativa presentaremos al macrismo? ¿Será una versión más moderada del FPV liderada por el sector más conservador del PJ? ¿O será una nueva plataforma política nacida de la confluencia de lo mejor del kirchnerismo con la izquierda a la que no le da lo mismo? ¿Se atreverá ese posible reagrupamiento a colocar como central la participación popular, la transformación del Estado y la democratización del sistema político? ¿Y a desafiar el horizonte de un “capitalismo con inclusión”? Para dar esa batalla resulta imprescindible afianzar y fortalecer la construcción de la Izquierda Popular en la Argentina, hacerla crecer, profundizar su inserción social y perfeccionar su capacidad de intervención política. Los próximos años presentan una gran oportunidad para ello. ¡Vamos a hacerlo!

 

Por Itai Hagman

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